*Ethan*
Estos días han sido extremadamente productivos para mí a pesar de mi relación amor odio con el clima lluvioso; he logrado terminar por completo una canción, he agendado una presentación en un club bohemio y dentro de poco podré volver a tocar con mis compañeros de academia que se encuentran en el pueblo gracias a su recorrido por el país.
Como no tengo mucho que hacer he pasado gran parte de la tarde y primeras horas de la noche limpiando un poco la habitación que hemos adecuado poco a poco mi hermano y yo hasta convertirla en un improvisado estudio de grabación dentro de lo que era la academia de ballet. He dejado mi guitarra junto al modesto amplificador a un costado de la estancia dejando campo para los instrumentos que traigan mis amigos los cuales seguramente ocuparán más espacio. Cuando me doy por bien servido con el aspecto del lugar y me dispongo a descansar un poco soy interrumpido por el incesante sonido de una llamada entrante.
— Viejo, ¿estás seguro que este es el lugar? Se encuentra clausurado.
La inconfundible voz de Vik me arranca una sonrisa en lo que me dirijo a su encuentro luego de asegurarle que se encontraba en el lugar indicado.
— ¿Esta es tu bienvenida? ¿Mandarnos al lugar más sospechoso de un pueblito olvidado?
Para cuando llego a la salida de emergencia y mi sonrisa se rehúsa a alejarse de mis labios rodeo trotando la zona encarando así a Ruben y sus acusaciones, terminando la llamada me acerco cauteloso hasta quedar detrás de mis amigos.
— Pero vamos a ver ¿acaso no les he dicho que confiaran en mí?
Al escucharme los dos pelirrojos giran abalanzándose en mi dirección para engullirme en un fuerte abrazo y divertidos intercambiamos algunas palabras.
— Es bueno volver a verlos.
Aseguro palmeando las espaldas de Vik y Ruben antes de frotar las manos cuando una fuerte briza fría envía escalofríos por mi cuerpo.
— Venga, bajemos todo antes de que decida llover nuevamente.
Vik Hardy y Ruben Vanhoutte fueron por mucho tiempo mis acompañantes musicales durante mi periodo en la academia y los pocos trabajos que surgieron durante la época, acompañantes que se encargaban del piano y la batería respectivamente; ambos son holandeses y mientras descargamos los instrumentos de la camioneta me ponen al día de cómo se encuentran todos de regreso en casa, mandándome especial saludo de parte de mis compañeros de clase. La cuestión conmigo es que cuando empecé a hacer algo de dinero con la música muchos en la academia intentaron acercarse para buscar algo a cambio, por lo que dichos saludos me resultan un tanto forzados y hasta sobrantes en la conversación, pero no los culpo pues ellos simplemente son los mensajeros.
Bajar todo de la camioneta nos toma un par de viajes en los cuales recibo mensajes de Rami asegurándose de que viene en camino con las chicas y algo de comer y para cuando finalmente llega nos encontramos completamente instalados y probando las afinaciones de los instrumentos.
— Joder, pero si son nada más y nada menos que los mismísimos Ruben Vanhoutte y Vik Hardy. Mira nada más semejante belleza europea.
Rami que parece no conocer la palabra prudencia entra a la estancia completamente cargado de cervezas y mis amigos quienes no pueden con la dicha de ver alcohol o a mi hermano, no estoy seguro, se abalanzan a su encuentro ayudándolo a descargar todo e intercambiando cálidos abrazos. Por mi parte me quedo en el piano de Vik, moviendo mis dedos de manera agraciada desprendiendo del teclado una suave melodía aleatoria.
Se siente bien volver a tocar piano.
— ¿Cerveza?
Levanto la mirada a mi hermano cuando mueve de manera sugerente una lata de mi cerveza favorita muy cerca de mi rostro sin darle tiempo de reaccionar arrebato la lata de sus manos y le doy unos golpecitos en la parte superior antes de abrirla para eliminar así un poco de la presión interna y no me explote en el rostro.
A gusto hablamos de todo un poco riendo de las ocurrencias y anécdotas de Vik cuando se escuchan unos tropezones y maldiciones femeninas antes de que Rose haga su aparición cargando varias bolsas de lo que parece ser comida y detrás de ella Penélope cargando de igual modo una caja de aspecto algo pesado. Rami al ver a su novia la ayuda sin pensarlo dos veces.
— Déjame ayudarte.
Digo en dirección a Penélope cuando dejo la cerveza a un costado, al acercarme y tomar la caja noto lo realmente pesada que es y como dejó marcas rojas en el antebrazo femenino.
— ¿Te duele?
Inquiero con voz baja para que solo ella escuche y soy recompensado con una sonrisa de mejillas sonrojadas y una negación de cabeza.
— Estoy bien, descuida. —Asegura apartándose el cabello del rostro y dirigiendo su atención a los dos extraños pelirrojos que nos acompañan.
No voy a mentir, verla sonreír me gusta, es como si estuviera siendo testigo de algo que pasa muy pocas veces y lo que es más tan tonto aún, no puedo evitar seguirla con la mirada.
Dejo como puedo la pesada caja al lado del amplificador y curioso reviso su contenido llevándome una grata sorpresa al ver equipamiento de sonido junto con algunos pedales para la guitarra. Impresionado miro la castaña quien ajena sonríe educada cuando Rami hace las debidas presentaciones, pero lo dejo pasar porque no quiero acaparar su tiempo, simplemente retomo mis actividades detrás del piano y regreso a mi cerveza.