Habibi

Capítulo 8: Metida de pata

Me miro al espejo con los ojos completamente rojos y ojerosos por la falta de sueño y lloro un poco más, he recibido una serie de fotografías antiguas de mi madre por parte de mi tía quien aparentemente ha recordado mi existencia y ha decidido comunicarse conmigo a través de las redes sociales y luego de muchos años.

En su mensaje además de las fotos se escribe una serie de palabras que se leen como recuerdos agradables y cariñosos saludos, breves palabras que terminan con "nosotros somos felices y esperamos que tú también lo seas" recordándome nuevamente que hago parte del porcentaje de personas desafortunadas.

No he superado nada, sigo tan rota como el primer día.

Luego de abrazar mi miseria me obligo a regar las pocas plantas que se despliegan por el apartamento y luego a darle de comer a Odín para luego llorar un poco más sin poder evitar extrañar a mi madre y como acto reflejo imprimo las fotos para dejarlas pegadas en el modesto espejo del tocador.

Miro a mi sonriente madre devolverme la mirada desde el espejo y suspiro.

— Ojalá estuvieras aquí. Me siento tan perdida...

Jadeo sin censura hasta que me callo de manera abrupta por el sonido la puerta principal. Limpiando mi rostro lo mejor que puedo me dirijo hacia el origen del sonido tomando en el camino el medicamento para mi rinitis hasta que abro sorbiendo por la nariz.

Debo verme como la mismísima mierda.

Al abrir me encuentro a Ethan sonriente, pero dicha sonrisa muere al ver mi patético estado.

— Por Dios bonita tus ojos.

Me obligo a sonreír y dejo a la vista el medicamento que me ha ayudado más a mentir que a mi propia condición.

— Es solo alergia. —Aseguro de manera convincente y me aparto un poco para que pueda entrar— ¿He olvidado alguna ocasión?

Inquiero curiosa al verlo vestido con jeans negros y una camisa de lino color caramelo de mangas remangadas a los codos y cuello chino. Ethan se encoge de hombros yendo directamente a mi gato como ya es costumbre y lo acaricia entre sus brazos.

— Hoy es lo de Euforia, los chicos me han enviado por ti en lo que ellos se adelantan porque no encontraron reservaciones.

¿Tan rápido pasó la semana?

Miro los dedos de mis pies desnudos y los encojo meditando sobre alguna excusa para no asistir, pero no encuentro ninguna. Creo que esta vez será mejor ser honesta.

— Lo había olvidado por completo —admito caminando hasta a mi habitación sintiendo los pasos de Ethan detrás de mí— No creo que sea buena idea ir no me siento del todo bien.

Al decirlo Ethan deja a un lado al gato para rodearme y así encararme, su rostro es un poema; luce genuinamente preocupado.

— ¿Es por la rinitis?

Su inocencia me hace sentir mal por mentir tan descaradamente y asiento al no poder profundizar el engaño.

Guardando silencio por unos minutos me toma de los hombros guiando mi camino hacia el baño en donde me deja con un evidente plan en mente.

— Toma una ducha. Yo me encargo del resto, pero por favor salgamos un rato.

Temiendo que esta conversación es sea una batalla perdida asiento en silencio para luego encerrarme y hacer lo que dice, quizá una ducha fría es lo que necesito para levantar un poco mi ánimo.

Mientras me ducho escucho como desde la sala se reproducen los acordes de una canción de rock un tanto movida seguido de algunos ruidos que parecen provenir de la cocina. Para cuando salgo luego de unos minutos salgo al pasillo mirando hacia la música viendo como Ethan se mueve de un lado a otro con Odín como pareja de baile y al verme solo sonríe por unos segundos antes de regresar a lo que hacía y yo simplemente sujeto la toalla en mi cuerpo y me dirijo a mi habitación para poder ponerme algo de ropa.

No quiero hundirme más en la miseria y tampoco quiero hacerlo en el alcohol por lo que sé que ir a un club nocturno quizá no sea buena idea, pero también sé que quedarme encerrada será peor, así que suspirando derrotada busco ropa decidiendo por una falda talle alto y un suéter holgado, dejando mi cabello en una coleta y usando todo el maquillaje necesario para borrar mis ojeras demorándome una serie de largos minutos hasta que creo verme lo suficientemente presentable para salir.

Al verme Ethan se detiene por completo y asiente pasando un poco de saliva.

— Luces. Te ves. —Ríe un poco deshaciéndose de Odín— muy guapa.

Carraspea en lo que se acerca a la encimera y levanta en sus manos una humeante taza de lo que parece te.

— Te he preparado una bebida caliente para calmar un poco tu rinitis. Tiene algo de limón y jengibre con miel, disculpa mi asalto a tus cosas.

No puedo evitar sonreír y agradecer a pesar de sentirme agotada emocionalmente, el pobre se encuentra genuinamente preocupado por mí y eso me genera una enorme ternura por él.

— Gracias.

Me acerco y sin perder tiempo bebo de a poco él te disfrutando su sabor y el característico picor del jengibre en mi garganta, mientras lo hago Ethan textea moviendo sus dedos de manera frenética manteniéndome al tanto de la situación en el club. Luego de asegurarme que nos encontramos a tiempo y luego de restarle importancia a su gesto toma mi cartera dejándola colgar en su hombro dirigiéndose a la puerta.



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En el texto hay: musica, romance, jovenadulto

Editado: 05.08.2022

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