Habibi

Capítulo 10: No estoy celosa

Estoy en problemas, en serios problemas. Debí insistirle a Ethan que no siguiera con sus besos, pero no pude ¿por qué? Simple, porque estaba tan ocupada disfrutándolos y correspondiéndolos que la lógica salió de mi cuerpo bailando Charleston.

Desde entonces todos hemos estado trabajando y viéndonos solo algunas noches a la semana lo que me parece ideal porque necesito distanciarme del factor distractor de Ethan y sus ojos adormecidos, aunque le aseguré que lo sucedido no debe cambiar nuestra situación como amigos siento que le he mentido descaradamente; después de lo ocurrido no podemos ser amigos.

No podemos ser amigos por varias razones, la más importante es porque hay una enorme probabilidad que caigamos de nuevo.

En un intento de escapar de los recuerdos confusos pongo algo de música en aleatorio y me dispongo a pasar todas las imágenes de la cámara al computador, tarea que me toma un par de horas entre la edición de las mismas y la clasificación por carpetas.

Varios mensajes llegan a mi celular sobresaltándome, abro la interfaz en el computador ignorando deliberadamente los tres mensajes de James y paso directamente los mensajes laborales. Luego de sus opiniones sobre el viernes he decidido estar molesta con él y desde entonces no he respondido ni un solo mensaje o llamada. 

Quizá sea un poco drástico, pero merezco una disculpa sincera no tres palabras impersonales.

Cuando me encuentro a punto de terminar lo que tengo entre manos un nuevo mensaje me alerta, esta vez se trata de Ethan quien cordialmente me recuerda que en la noche debo ir a La Perla a tomar algunas fotos y usando todo mi autocontrol para evitar negarle lo que evidentemente no es una invitación contesto con un simple “vale” y dejó todos mis aparatos tecnológicos en la cama alejándome de ellos para poder concentrarme en otra cosa.

Hago el aseo a todo el apartamento tomándome todo mi tiempo y sin bajarle a la música que no soy consciente de todo el tiempo que pasa hasta que Odín se posiciona frente a la escoba de manera tajante recordándome que debo alimentarlo. Poniéndose de acuerdo con mi gato mi estómago ruge y finalmente dándome por vencida me alejo de todo para preparar algo rápido luego de dejar algo de agua y croquetas en el plato del felino.

Mantenerme lejos de mi computadora y celular me han resultado de bastante ayuda, ha logrado que mi día sea bastante productivo y me desconecte de todo por un momento para darle prioridad a mis pensamientos. Sin duda es un hábito que debo tomar cuanto antes posible.

Luego de horas de haber quedado libre y de haber comido la puerta suena sin cesar amenazándome con caerse estrepitosamente para revelar a quien sea que tenga al otro lado, cansina arrastro los pies hasta mi destino y abro murmurando maldiciones al ver a Rose quien me mira con los ojos entrecerrados y sus zapatos de tacón en una mano, con la mano libre me señala y acusadora mientras que sin esperar mi invitación entra.

— ¿Por qué demonios no contestas mis mensajes?

Ugh. Primero que nada, buenas tardes.

— Porque estaba ocupada devolviendo la decencia a mi apartamento olvidado.

Admito señalando vagamente a mi alrededor. Luego de cerrar detrás de mí y ver como Rose se tira en el sofá soltando todas sus pertenencias me dirijo a la cocina en donde sirvo dos vasos de soda para luego acercarme hasta quedar en uno de los sillones, dejando uno de los vasos sobre la mesa.

— Ethan a estado extraño desde el viernes pasado ¿alguna idea de por qué?

Eh...

— No, ¿no deberías preguntarle a su hermano?

Al escucharme Rose aparta el brazo de su rostro entrecerrando sus ojos nuevamente.

— Él me dijo que te preguntara a ti.

La soda que intentaba bajar por la garganta se estanca y regresa por su camino haciéndome escupir todo en mi recién limpiado apartamento.

Genial.

— ¿Yo? —Carraspeo intentando miserablemente no verme afectada por su comentario. — ¿Que tengo que ver yo en lo que le pase a Ethan?

Rose se yergue en el sofá riendo no tan disimuladamente por mi reacción y se encoge de hombros bebiendo finalmente su bebida.

— Se han hecho muy buenos amigos Penny —asegura cuando por fin se ha tranquilizado— además, ¿crees que no soy lo suficientemente lista para notar que ha pasado algo entre ustedes dos? ¿Por quién me tomas?

Wow, pasivo agresiva.

Mi amiga me acusa y no tengo más escapatoria que admitir que ha pasado algo entre los dos y cuáles fueron los causantes de dicho suceso. Me tomo mi tiempo detallándole todo lo que el tonto de James me dijo lo cual hace que ella gruña y lo insulte tanto en inglés como en coreano y luego tome mis manos cuando llego a la parte de mi madre; aunque todos saben que mi madre falleció nadie, ni siquiera james sabe completamente mi historia.

— Te he dicho que él no te merece nena. Sabes que creo que está haciendo cosas a tu espalda.

Niego haciendo una mueca.

— Lo sé y entiendo que lo creas porque casi nunca está —suspiro— estoy molesta con James, pero nunca hemos tenido mayor discusión y eso no debe ser excusa para justificar la cagada monumental que hice.



#25908 en Novela romántica
#5957 en Joven Adulto

En el texto hay: musica, romance, jovenadulto

Editado: 05.08.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.