Habibi

Capítulo 11: Líneas borrosas

*Ethan*

No voy a mentir, saber que Penélope vendrá a La Perla hoy me pone un poco nervioso, desde que nos besamos se ha mantenido distanciada y no la culpo, yo mismo me he alejado de algunas reuniones casuales con los chicos para evitar incomodarla.

Las cosas con ella son complicadas; me pide que la bese y lo hago. Me pide que no lo haga más y obedezco, pero entonces cuando me mira con esos ojos suplicantes y me rindo como idiota ante ella no puedo hacer más que besarla y ella siendo presa de solo Dios sabe que me corresponde y de la mejor manera solo para volver a repetir el ciclo.

Es un juego y uno muy cruel.

He pasado el día entero moviendo y arreglando la tarima; escondiendo algunos cables y posicionando los amplificadores de modo que no estorben durante la presentación y todo esto en compañía de Ruben, Vik y Pilar la amable camarera que ha pasado su día entre organizar el bar y ayudarnos a nosotros.

Junto con los chicos hablamos de tonterías y banalidades descansando un poco en una de las mesas más alejadas, hemos optado por no beber alcohol hasta después de la presentación para asegurarnos de hacer bien nuestro trabajo.

Pilar quien bebe al igual que nosotros un poco de soda nos comenta cuales son los mejores días para venir a tocar o simplemente a pasar el rato, robándonos algunas risas con sus anécdotas sobre las diferencias entre algunos de los clientes ebrios.

— Les digo que es muy insoportable —ríe cantarina— siempre viene con una hoja de papel perfumada en donde tiene versiones muy específicas de las canciones que quiere oír.

Río mirando a la bonita morena a mi lado sin poder terminar de creer lo que deben pasar cada noche entre servicio y servicio cuando Ruben levanta ambas manos sobre su cabeza y sonríe en dirección a mi costado.

Curioso miro en la dirección en cuestión encontrándome con Penélope, educada saluda a todos sujetando en sus manos un vaso con líquido ambarino. Mantengo el silencio y regreso mi atención a mi bebida escuchando como mis amigos intercambian palabras con Penny quien se sienta donde antes estaba Vik.

— Bueno me encantaría seguir con ustedes, pero ya debo regresar al trabajo.

Miro a pilar quien hace un bonito puchero y se levanta dejándome sorprendido cuando besa la comisura de mi labio antes de finalmente alejarse. Sonrío regresando a mi bebida.

— Amigo, esa chica está prácticamente lanzándote sus bragas.

Río negando con la cabeza al encontrar gracia en la imprudencia de Ruben.

— No lo creo, solo es muy amigable. —Admito de buen humor.

— No me jodas.

¿Qué?

Mis ojos inmediatamente se dirigen a los de Penélope quien luce exasperada ante mi comentario. Curioso la observo.

— ¿Qué? ¿Acaso no han visto a una chica cazando? —Señala vagamente el camino que antes tomó Pilar— está tanteando un poco el terreno antes de lanzarte sus cartas.

Penélope me escrudiña con sus ojos tras terminar su comentario y aunque fue solamente eso, un comentario, mi lado egoísta me grita que está celosa y ese es un sentimiento del cual no creí poder disfrutar. Para ocultar mi satisfacción llevo una mano a mis labios con aspecto pensativo.

— ¿Por qué suenas molesta?

Vik genuinamente curioso inquiere a Penny haciendo que ella titubee un poco y que yo baje la mirada a la mesa. No debo verla para saber que se ha puesto roja y ciertamente su silencio me ha dicho todo lo que debo saber, aun así, seguiré respetando los límites que me ha impuesto.

— ¿Lograste tomar las fotos?

Pregunto cambiando de tema y sacándola del aprieto mientras intento no lucir afectado al terminar

el contenido que queda en mi vaso, luego de eso aparto el cabello de mi rostro.

— Eh. Si, las tengo en la cámara ¿quieres ver?

Niego mirando la hora en mi celular dándome cuenta que pronto debemos empezar a prepararnos.

— Confío en tus habilidades —admito sonriendo en su dirección.

Quiero besarla.

Agh, maldición.

Me alejo para poder poner una distancia física entre Penélope y yo y la aprovecho para acercarme a la barra en donde pido una botella con agua y pago lo todo lo que había consumido pues ya es hora de subir a la tarima. Me permito intercambiar palabras con Pilar quien amable se ofrece a seguirnos asistiendo, pero declino su ofrecimiento y en cambio le invito una soda como agradecimiento porque sé que en horario laboral no tiene permitido beber.

— Gracias, suerte con la presentación.

Asiento respondiendo con un agradecimiento educado riendo entre dientes cuando se acerca para dejar nuevamente un beso en mi mejilla.

— Gracias Pilar y gracias a ti por tu ayuda.

Aseguro regresando a mis amigos para indicarles que nuestro turno ha llegado. Miro a Penélope quien se encuentra ensimismada en su celular y llamo su atención intentando no verme afectado por su sola presencia.



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En el texto hay: musica, romance, jovenadulto

Editado: 05.08.2022

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