Habibi

Capítulo 13: Trata de sentir más allá de ti

*Ethan*

¿Por qué debo tener buena memoria? ¿Por qué me siento decepcionado?

Ver a Penélope semidesnuda con el cabello alborotado causó muchas sensaciones agradables en mí, pero ver que la única prenda que la cubría era una camisa camuflada masculina me desinfló tan rápido que no pude notar lo evidente; ella está con alguien más y no fue hasta que salió el maldito Sawyer Ryder que noté como todo se había ido a la mierda.

El mismo militar celoso que quiso arrancar mi cabeza cuando comía con su novia semanas atrás fue el mismo que me encaró esta mañana dándome una bofetada en el rostro con sus palabras.

"Sawyer James Ryder. El novio"

¿Penélope estará al tanto?

Niego con la cabeza mientras termino de vestirme, no es el pensamiento que debo tener en mi cabeza, no debo permitir siquiera que esto consuma mi día. Mentir es agotador y hacerlo durante todo el día se sintió fatal.

Necesito salir, distraerme; necesito recuperar el humor y las ganas de seguir siendo el idiota al que nada parece afectarle.

Tomo las llaves del apartamento y salgo rumbo a la playa, aunque el sol se esté ocultando sé que el vaivén cadencioso de las olas podrá causar el efecto de tranquilidad que necesito y sin ganas de compañía me alejo en un taxi admirando los colores mezclarse en el cielo mientras en la cabina una canción pegadiza hace que el conductor mueva los dedos en el volante.

Al llegar luego de unos largos minutos camino directamente hacia una de las cafeterías con música y me siento justo frente a la playa; el lugar está concurrido mayormente por familias que con parsimonia recogen sus pertenencias y grupos de amigas que toman fotos a la improvisada fogata. Todo es tranquilo y me gusta.

— Buenas tardes joven ¿Puedo ofrecerle algo de beber?

Al escuchar la voz masculina me veo obligado a girarme en su dirección encontrando a un hombre algo mayor de aspecto amigable con una toallita en su hombro y una sonrisa en su rostro.

— ¿Whisky?

Inquiero esperanzado, pero ante la negativa pido un café helado.

— Penas de amor eh.

El hombre sin perder la sonrisa deja una mano en mi hombro de manera fraternal y niega con la cabeza cuando refuto su comentario.

— He vivido lo suficiente hijo, he visto esa mirada cientos de veces.

Frunzo el ceño en silencio mientras veo como se aleja a lo que asumo es la cocina y quedo nuevamente solo aprovechando para tomar mi cuaderno y leer algunas de las canciones que tenía en proceso, luego de varios minutos el hombre está de regreso

— Aquí tiene joven, un café helado y un panecillo.

Agradezco mirando el panecillo de aspecto apetecible y me obligo negar con la cabeza.

— Lo siento yo no he pedido panecillo.

Aclaro llevando el café a mis labios.

— Lo sé, descuide que va por cuenta de la casa ¿Puedo sentarme? Por cierto, soy George.

Agradeciendo su gesto acepto su compañía mientras me presento amable.

— Gracias George ¿Como sabe por lo que estoy pasando?

Inquiero sin poderlo evitar, rompiendo así el silencio que ha quedado en la mesa luego de las introducciones.

— Porque he estado en tus zapatos.

Bufo luego de darle un sorbo nuevamente a mi bebida.

No sé por qué de repente siento la imperiosa necesidad de dejarlo salir todo, de confesarle a este amable extraño todo lo que sé y que quema en mi garganta, pero me detengo.

— Se siente como la mierda —digo finalmente entre risas carentes de humor— cuando ha empezado a atraerte una chica que está con alguien más.

George a mi lado chasquea la lengua mientras lo veo asentir.

— Ni que lo digas. Es como ser quemado lentamente en la hoguera, ante los ojos de un público indiferente.

Al escuchar aquella frase no puedo evitar ir a la alegre letra que había empezado a escribir sobre ella.

— Lo es —admito carraspeando mientras rayo con tranquilidad la mayoría de la letra que para este punto siento ajena. — Sé que es una pregunta personal e incómoda, pero usted luce como un hombre sabio. ¿Debería alejarme?

Busco respuesta en George mordisqueando la cara interna de mi mejilla mientras jugueteo con el lapicero en mi mano.

George quien hace una mueca en lo que se levanta entre quejidos se encoge de hombros.

— No importa lo que un extraño te diga hijo, al final lo que tiene que suceder sucederá.

Cierto.

— Ahora debo seguir atendiendo a los clientes, pero fue un placer conocerlo Ethan.

Sonrío amplio en dirección a George hasta que lo pierdo de vista y continúo con mi aperitivo mirando el atardecer naranja esfumarse en el cielo cuando una llamada interrumpe mi tranquilidad. Al ver el nombre de mi hermano arrugo el rostro, pero me obligo a contestar.



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En el texto hay: musica, romance, jovenadulto

Editado: 05.08.2022

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