Capítulo 14: Estados Alterados

*Ethan*

Ok, está pasando.

Klaus Vance ha decidido viajar con su secretaria hasta este jodido pueblo, hemos recibido una llamada para adelantar una cita en nuestro estudio improvisado y eso es en menos de una hora. Los chicos y yo hemos hablado en busca de un acuerdo en donde se nos permita una libertad creativa de al menos el ochenta por ciento, eso si finalmente deciden firmarnos claro. Entre tanto hemos limpiado por completo el lugar y hemos comprado algunos bocadillos y el mejor vino que pudimos encontrar.

Espero sea de su agrado.

Luego de afinar todos los instrumentos y dejarlos sobre sus soportes saco mi celular para leer un texto entrante de Pilar en donde asegura que todo va a ir bien, de buen humor contesto agradecido y la invito a una cena durante la noche independientemente del resultado de la reunión; quiero demostrarle lo agradecido que estoy por todo lo que ha hecho por mí desde que llegué.

— Hey todo está listo ¿quieres ensayar un poco?

Miro a Vik y asiento frotando mis manos luego de poner el celular a un costado, pero Ruben entra con el rostro rojo y detrás de él queda a la vista Klaus Vance con su imponente altura, su traje y sus gafas de sol junto a su hermosa y pelirroja secretaria dejando de lado toda idea de calentar un poco.

Es ahora o nunca.

Sonriente me acerco a un curioso Klaus quien mira con una modesta sonrisa todo el lugar y estiro mi mano a modo de saludo.

— Señor Vance, es un placer —admito intentando no pensar en como se adelantó incluso aún más a la cita.

Sin duda es un hombre de sorpresas.

— Ethan Thys —estrecha mi mano de regreso y luego se acerca a Vik para saludarlo del mismo modo — Es un verdadero placer, no he hecho más que recibir vídeos de ustedes.

Sonríe tomando asiento y acomodando su altura en el modesto sillón.

— Mi secretaria Anette tomará nota de todo tema de interés durante el intercambio.

Miro a Anette y la saludo manteniendo mi humor.

— Estamos extasiados ante la sola idea de trabajar con usted, señor.

Ruben sonríe amplio y rodea a Anette para ponerse junto a nosotros quedando frente al imponente empresario y su secretaria.

Las manos me sudan y el corazón me va a mil, esto es sin duda lo más importante que ha pasado desde que abandoné la academia y debe ser vergonzosamente notorio pues Klaus aparta sus gafas de sol y ríe.

— Díganme Klaus, piensen en mí como un fanático más.

Lo dudo.

— Iré al grano chicos, este último mes he sido bombardeado en mis redes sociales por adolescentes insistentes asegurando que debo prestarle atención a un trío de chicos tristes que tocan como ángeles —bufa divertido y se encoje de hombros levantando sus manos— estoy citando los mensajes.

>> El caso es que han insistido tanto que me he topado con algunos de sus presentaciones y debo admitir que tienen razón, su propuesta es demasiado interesante como para dejarla pasar por alto y por eso estoy aquí en busca de un trato que nos beneficie a todos.

Anette escribe frenéticamente en su anotador para luego pasarnos tres carpetas en donde luego de ojear rápidamente leo la palabra “contrato” en la primera hoja.

— Más tarde y con calma pueden leer mi propuesta y condiciones en el contrato de momento estoy interesado en escucharlos —Klaus mira los instrumentos detrás de nosotros para luego frotar sus manos. —Si tienen algún cover ahora es cuando deben tocarlo, necesito ver el cien por ciento de su material.

Asiento limpiando las manos sudorosas en mi pantalón y me pongo en pie dirigiéndome hacia mi guitarra, es evidente el nerviosismo pues tanto Vik como Ruben carraspean como único indicio de que siguen vivos. Es primera vez que algo tan grande como esto sucede y no queremos arruinarlo por completo.

Una vez posicionados en nuestros lugares decidimos ir por el cover primero, tocando una vez más lo que usualmente tocamos en La Perla y que es del agrado de todos, pero en estos momentos es difícil saber si es de su agrado pues su semblante es tan estoico que es difícil identificar qué pasa por su mente.

Mejor cierro los ojos.

Al terminar el cover no hay aplausos, solo cuchicheos entre los dos extranjeros frente a nosotros para luego ver a Klaus sonreír educadamente.

— Buen trabajo chicos —comenta sin perder su porte— ¿Qué esperan para tocar la otra canción que les pedí?

Evito deliberadamente no enarcar las cejar y simplemente río por lo bajo y giro hacia los pelirrojos para sonreírles a modo de apoyo pues ahora más que nunca creo que quizá me haga en los pantalones.

— Buen trabajo. —Susurro en su dirección antes de empezar a tocar los acordes de una de nuestras canciones originales cerrando los ojos para no ver como frente a nosotros hay un juez con el poder suficiente de cambiarnos la vida o arruinarla por completo.

Vamos viejo no pienses en eso.

Me reprendo en el momento indicado entre un corte musical pues si sigo en este camino puedo tocar la nota equivocada o decir la palabra errónea y simplemente me dejo guiar de la música y de nuestro talento.

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Todo este tema del contrato y la decepción monumental del productor estrella me tiene tenso y de pésimo humor. Por más que quiera decir que si y firmar no lo haré, no lo haremos y en cuanto intentamos relajarnos en un pub cerca al muelle veo entrar al maldito Sawyer con aspecto petulante y al verme tensa la mandíbula y sigue su camino a la barra.

— ¿Ese no es el novio de Penny? —Inquiere Vik.

— Lo es.

Mascullo terminando la segunda cerveza y con un gesto de mi mano pido la tercera.

— Quiero preguntar esto para saber que todo estamos en la misma página. No firmaremos el contrato ¿Cierto?

Miro a Rubén y luego a Vik y bufo sin humor.

— Setenta por ciento de ganancias totales va directamente a la productora además del control de nuestra imagen y libertad creativa. Chicos, básicamente estamos vendiendo nuestra alma por un poco de dinero. Obviamente no firmaremos. —Me encojo de hombros.