Habibi

Capítulo 19: sin poder relajarse

El trabajo me ha ocupado por completo, es como si de un día a otro toda la responsabilidad de ser una mujer independiente cayera sobre mis hombros y por primera vez no me quejo. No me quejo porque uso mis responsabilidades como distracción, pues, aunque mi vida profesional es bastante estable debo admitir que todo lo que respecta mi vida personal no tengo la menor idea de lo que estoy haciendo y francamente no tener el control me aterra. 
Me aterra no saber decir que no. 
Me aterra no poder distinguir mis deseos personales de lo que es correcto. 
Pero sobretodo, me aterra repetir la misma historia de mi padre. 
Es por eso que he pasado la mayor parte de la semana fuera de casa, con mi computador trabajando cerca a la playa y en el jardín botánico, resguardada de los pocos rayos de sol y de los pocos amigos que tengo. Intentando obviar las mariposas en mi estómago cuando los mensajes de Ethan aparecen en la pantalla de mi computador pidiendo verme o simplemente hablar. 
Pero, no te veré hoy Ethan. 
Todavía no soy lo suficientemente fuerte y todavía me duele tu silencio. 
Estiro mi cuello soltando un quejido cuando molestos sonidos de crujido explotan sonoramente liberando la tensión causada por pasar horas en la misma posición y termino mi refresco frutal. Aunque el reportero del tiempo dijo que llovería, el calor incesante bajo un cielo encapotado no ha hecho más qué empapar mi camisa de sudor. 
- ¿Quiere algo más? 
Elevo la mirada al apuesto moreno y asiento con una modesta sonrisa en mi rostro, pido una ensalada mediterránea y otro refresco aprovechando el tiempo a solas para terminar algunos reportes de las nuevas especies del jardín. 
La música que se reproduce en mis audífonos habla sobre   el optimismo del amor mientras el sistema de aire acondicionado repara poco a poco los estragos del calor  en mi ropa. Pasan unos cuantos minutos cuando finalmente mi comida llega y con ella el rugido de mi estómago que me recuerda la importancia de comer a tiempo. 

Tras el largo día afuera de casa llego justo para alimentar a Odín quien me mira con desdén desde su posición en el marco de la ventana. 
- Lo siento, lo siento. 
Me excuso como si el peludo gato entendiera mis intenciones en lo que sirvo su comida y un poco más de agua fresca en sus tazones, aunque solo me haya retrasado quince minutos el peludo animal maúlla desganado antes de enredarse en mis piernas para llegar a su comida. 
Al verlo  ruedo los ojos y me alejo para servirme un poco de té helado cuando  celular suena con un poco de insistencia para mí gusto. 
Prefiero los mensajes, ¿Por qué tienen que llamar? 
Al sacarlo de mi bolsillo trasero miro la pantalla notando rápidamente que se trata de Rose. 
Contesto. 
- Ya tengo los disfraces para Halloween. 
Sonrío sin poder evitarlo. 
- No voy a ser la tercera rueda en tu disfraz en pareja, Rosi  
Mi amiga responde riendo al otro lado de la línea. 
- Tu serás mi pareja para la feria de Halloween, los chicos quieren disfrazarse de monos por un vídeo musical que a todos les gusta. 
Hago una mueca curiosa aunque nadie pueda verla. 
- ¿Cuál vídeo? – Inquiero divertida. 
- Ugh luego te lo muestro. -Asegura regresando rápidamente al tema inicial de la conversación- si Rami quiere ser un idiota para Halloween yo seré cualquier cosa letal y sexy que lo obligue a cambiarse el ridículo disfraz. 
Jodida Rose es diabólica. 
Por eso es mi mejor amiga. 
- Ok, ok ¿Cómo entraría yo en tu plan? 
Al otro lado Rose suelta un dramático suspiro  
- Me voy a disfrazar de Harley Quinn y tú podrías ser… mmm -se detuvo un par de segundos- Poison  Ivy, te verías de muerte vestida de verde  
Ruedo los ojos en diversión llevando conmigo al sofá una bolsa de frituras. 
- No conozco a la primera persona que se vea de muerte en verde. -Admito sin perder la diversión- Además ¿Qué tan mal deben ser esos disfraces de monos para que quieras vengarte de Rami? 
Mi amiga se queja y refunfuña cosas inentendibles mientras escucho el tecleo de su laptop, acto seguido mi celular vibra en mi oreja anunciando un mensaje nuevo. 
- Rami sabe que amo Halloween, es mi día favorito. Muy, muy por encima de mi cumpleaños y sabe que soy muy seria con mis disfraces… 
No puedo con la risa por más que intente esconderla, Rose Lee Yang una mujer inteligente, independiente, la mejor en su jodida oficina no necesita un disfraz de un villano de cómics para resaltar en una multitud, sin embargo, aquí estamos; discutiendo la posibilidad de hacer hervir a su novio de celos porque este decidió tener un momento de chicos con su hermano y amigos. 
- …¿Lo viste?  
Oh. 
- Penny ¿Estás ahí? 
Regreso a la realidad y bufo alejando el celular para ver el mensaje entrante notando que son pantallazos de un vídeo musical. 
- No son tan feos. 
Comento distraída. 
- ¡¿QUÉ?! 
El grito de mi amiga resuena incluso aunque no tenga la llamada en altavoz. 
Creo que no debí decir eso. 
- Penélope Waters, no te atrevas a decir eso otra vez, espera ¿Sabes qué? Espérame con la puerta abierta. Voy ya mismo a hacerte entrar en razón. 
Río sonoramente solo para escuchar como Rose termina la llamada con un gruñido. 
Dejo el celular a mi lado suspirando divertida, abriendo las frituras para poder comerlas y encendiendo el televisor para ver cualquier cosa que llame mi atención. 
Odín salta sobre el sofá y se enreda en mi mano metiendo su pequeño hocico dentro de la bolsa de frituras solo para sacarlo rápidamente maullando de asco. 
- No seas entrometido. 
Musito acercando la bolsa de frituras a mi pecho, mirando finalmente la película que he encontrado a pocos minutos de haber empezado. He escuchado de esta película; nada especial, solo una adaptación moderadamente agradable de un libro de adolescentes. 
Distraída me sumerjo en la trama ridícula riendo cuando el personaje masculino y evidentemente tóxico decide acercarse a su interés amoroso y muestra sus movimientos. 
- Hmmm. 
Musito divertida más que otra cosa mirando cada detalle que puedo criticar hasta que la puerta principal suena varias veces. 
Dando un pequeño salto me levanto sin molestarme en pausar nada y abro la puerta mirando a Rose con la cara roja por la humedad  y su ropa de trabajo. 
- Haz un te helado mujer, tenemos una discusión larga y muero de calor. 
Ruedo los ojos cerrando la puerta detrás de ella y enciendo el sistema de aire acondicionado para ayudar a combatir su problema con la temperatura. 
- ¿Tan aburrido estuvo la jornada que has venido directo a discutir sobre disfraces conmigo?  
Comento divertida haciendo un poco de té, tal como lo pidió mi amiga. 
Rose se deshace de los zapatos altos y recoge su cabello en un moño alto agradeciendo la frescura del piso y de la temperatura agradable que poco a poco se apodera del apartamento. 
- El día no estuvo aburrido, pero si estuvo un poco molesto. Discutir sobre lo asquerosos disfraces de monos es lo más interesante que ha sucedido en toda la semana. 
Admite dejándose caer en el sofá llevando la bolsa de frituras a su posesión. 
Debo darle crédito por eso; si Rose Lee Yang ha dicho en voz alta que la semana ha estado aburrida es porque realmente no ha pasado nada siquiera lo medianamente interesante que amerite un texto en la madrugada para contar algún chisme. 
- Además -continua- todos hemos estado tan ocupados con nuestras vidas que apenas y hemos quedado para vernos.  
Asiento regresando a su campo se visión para entregarle un vaso lleno de hielos y el frío líquido ambarino. 
- Lo sé -claudico escudándome en las responsabilidades. Al parecer Rose no sabe mucho de Ethan y eso es bueno, pues lo último que quiero es más sermones.- Por fortuna casi termino mis reportes de las especies nuevas del jardín botánico, una vez que las envíe estaré libre por al menos un par de días. 
Me tiró a su lado bajando un poco el volumen de la película y como un poco más de frituras. 
Rose asiente tomando su celular, luego de teclear un par de cosas lo extiende hacia mi rostro obligándome a alejarme un poco para enfocar lo que sea que intenta mostrarme. 
- Espero que esos días libres sean casi una semana porque la feria es la otra semana y se une con tu cumpleaños. ¿Qué haremos? 
Pensaba irme a vacacionar a la ciudad vecina. 
- No lo he decidido aún -admito- pensaba pasar el día comiendo y caminando por algún lugar. 
Mi amiga rueda los ojos cansina. 
- Siempre es lo mismo contigo -se queja- creo que ya sabes que Ethan también cumple en pocos días y pensamos hacer una sola fiesta para ambos.  
No es buena idea. 
- ¿Ethan también cumple en octubre? -Inquiero con genuina curiosidad. 
Mierda ¿De verdad quiero saber eso? 
Rose enarca ambas cejas y asiente con una sonrisa en el rostro. 
- ¿No sabías? 
Niego. 
Somos amigos, creo, pero no tanto. Creo. 
- Cumple un día antes que tú.  
Oh… 
- ¿Y el plan es hacer una fiesta en la feria? 
Mi amiga niega nuevamente sin dejar de beber su te helado. 
- Tú déjanos todo a nosotros -comenta- ¿Todo está bien entre ustedes, no? Digo, lo usual. ¿Cierto? 
Hmm supongo. 
- Si, bueno luego de su presentación y del fiasco de mi relación de la cual el estaba al tanto no ha pasado nada. Creo que nos hemos estado evitando mutuamente. 
Mentira. 
Yo he decidido evitarlo para no tener que afrontar mis sentimientos. 
Soy una cobarde. 
Mi amiga me estudia en silencio por un rato para luego continuar bebiendo de su té. 
- Bueno nena sabes que no haré algo que no quieres y si no te sientes cómoda celebrando su cumpleaños juntos entonces no lo haremos. Solo pensábamos que. Bueno. Cómo somos amigos entre nosotros… 
Dejo una mano en su rodilla de manera tranquilizadora. 
- Tranquila Rose, se que lo haces con la mejor de la intenciones. 
Ella asiente sonriendo amplio en busca de aprobación y que demonios se la concedo. Necesito vivir mi edad, disfrutar y no pensar en nada más que mi bienestar. 
Por una vez en la vida. 
- Entonces está decidido. -Rose chilla pletórica- fiesta de disfraces en casa de Ethan -me señala pícara – para que no tengas que limpiar este lugar al día siguiente- llevaremos más comida que alcohol porque nadie tiene tiempo para resacas y mucha música a un volumen demasiado alto. 
Ruedo los ojos con ligera diversión. 
- No me hagas arrepentirme de esto Rose. 
Sentencio de buen agrado para terminar de ver la película en compañía de mi mejor amiga y mi gato. 

********* 

Me despierto en la mañana con el incesante sonido de una llamada entrante, con un mal humor creciente luego de notar que son poco más de las dos de la madrugada miro la pantalla de mi celular solo para ver un número desconocido. 
No debería responder. 
Sin embargo lo hago. 
- ¿Bueno? 
El suspiro de alivio masculino al otro lado de la línea hace que los vellos de mi nuca se ericen. 
- Penélope querida mía. Por fin logro dar contigo. 
Mi respiración se vuelve superficial en cuestión de minutos. 
- ¿Cómo conseguiste mi número? 
El hombre al otro lado de la línea ríe un poco. 
- Verás, cuando estás en la cárcel tienes bastante tiempo libre y bueno necesito saber de la vida de la querida hija mía que me metió en la cárcel. 

 



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Editado: 05.08.2022

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