Zack.
Era sábado por la mañana, dos semanas enteras había pasado desde mi comunión con guaperas Jayden, y no había tenido oportunidad de hablar mucho con él, ya que cuando yo regresaba a la habitación él estaba en la práctica de básquet, cuando el regresaba, yo estaba haciendo tareas, cuando terminaba, él estaba haciendo las suyas, y cuando el terminaba, Yo ya estaba dormido.
Claro que coincidimos la mayoría de las mañanas en el baño, y eso era suficiente para tenerme pensando en él y en sus pezones todo el día.
Finalmente era sábado, y, aunque me esté haciendo ilusiones, estaba casi seguro de que Jayden ya tenía planes, como gran deportista que es.
Lo mire por un minuto entero, el ya acostumbraba a tomar esa posición de estrella de rock en las mañanas.
Nuestras alarmas usualmente suenan a las 7:45, pero cuando nos dimos cuenta de que tener dos alarmas a la misma hora es un revuelto de canciones, decidimos usar la mía a las 7:45, y la de Jayden sería para los fines de semana, sólo para asegurarnos de no quedarnos dormidos hasta el domingo.
Love yourself sonaba de fondo, con su reloj de ben 10 marcando las 10 de la mañana.
Él se estiró un poco, apago la alarma y se volteó hasta quedar boca arriba. A pesar de que tenía los ojos cerrados yo bien sabía que cuando se ponía así, ya no volvería a dormir.
- buenos días, Zack - dijo de la nada, rompiendo con el silencio de la habitación.
- estoy dormido - le dije.
- claro, y yo que tenía ganas de invitarte a desayunar, Ahora tendré que ir por Landon.
Sonreí sin poder evitarlo. Y es que mierda, con lo mucho que me gusta sonreír -nótese el sarcasmo- estaba convencido de que cada vez me gustaba más el pelirrojo a sólo unos metros de mí.
- sólo si son Waffles.
- no te compraría nada que no fueran Waffles.
- invitaré las bebidas.
Ambos nos pusimos de pie después de eso, Waffles y jugo de naranja era algo que descubrimos que teníamos en común ese día que Landon llego en la mañana con un paquete lleno de Waffles.
Eran para Jayden, claro está, y aunque moría de hambre y de ganas, no me atreví a pedirle nada, hasta que el mismo me dijo "vamos, hombre, te has estado comiendo el Waffle con la mirada, sólo tomo algunos, ni siquiera deberías preguntar"
Lo amé aún más después de eso.
Tomé una de las sudaderas negras que mamá ma había dado para mi cumpleaños y cambié mi pantalón de pijama por un Jean, sin molestarme en quitarme la camiseta de pijama.
Me puse los Converse que resaltaba más de la cuenta y sonreí cuando recordé como mamá solía decir que era raro que mi color favorito sea negro, a excepción de mis zapatos.
Desde pequeño amaba usar zapatos coloridos, es algo que Jayden noto hace unos días.
"¿fuiste parte de un circo?" Recuerdo que pregunto.
"Claro, pero no me resultó, así que dejé mis sueños de ser cirquero y vine a estudiar"
Ambos reímos después de eso.
Justo cuando íbamos saliendo, Landon venía entrando. Tener a Landon rondando en nuestra habitación ya se nos había hecho costumbre. Al parecer el novio de Madison iba de vez en cuando a visitarla, y como él había desarrollado una extraña amistad pinta-uñas con ella, él les concedía la habitación para que pudieran ser tan empalagoso como deseen.
En consecuencia, el rubio venía muy seguido.
- ¿a dónde se van sin mí?
- a una cita - respondió Jayden. - ¿quieres venir a tocarnos el violín?
Casi me atragantó con mi propia saliva, Pero termine guardando la compostura de todos modos.
- sí, ya, ¿a dónde van?
- a comer Waffles - respondí por él.
Jayden me miro como diciéndome que acaba de delatar nuestra posición secreta.
- oh, con lo mucho que amo los Waffles.
- siempre puedes poner el jugo de naranja tú.
- el plan es perfecto, pero tengo que hacer algunas cosas antes de regresar a hacer del vago.
Jayden suspiró, quizá de decepción, quizá de alivio, da igual, amo cada una de sus exhalaciones.
- ¿te metiste en problemas otra vez? Por favor dime que no tiene nada que ver con los del cable.
- No, Jaydy, no sería tan tonto.
- Lo fuiste. Dos veces.
Ambos chicos eran notoriamente más altos que yo, así que ignorar mi mirada perdida fue sencillo, hasta que Landon se compadeció y comenzó a explicar.
- Los chicos del cable son como una pequeña mafia aquí en el internado, ya sabes; son los proveedores de todo tipo de cosas. También molestan a cualquiera que se les cruce.
- El idiota de Landon se involucró con ellos un par de veces, me costó todo un semestre de mesadas sacarlo de allí.
Me contuve de suspirar. Jayden era un chico tan puro y lindo que por un momento me sentí culpable por tener pensamientos indecentes sobre el y su polla. Solo por un segundo, luego todo volvió a la normalidad.
- Por suerte, este año sus habitaciones están en el otro edificio.
- Evita cruzártelos, Zack.
- Y si te los cruzas, nos avisas.
Ambos siguieron hablando como si nada hubiera pasado; o como si no fuera la primera vez que alguien me hubiera dicho que podía contar con él; como si no fuera la primera vez que veía preocupación en los ojos de otra persona que no fuera mamá.
Salimos del complejo con prosa, al parecer los asuntos pendientes de Landon eran fuera del plantel, así que nos acompañó hasta Firestreet, pero luego dobló a la izquierda, dejándonos finalmente solos.
- Landon es un idiota – me dijo – pero de verdad puedes contar con él si lo necesitas.
Asentí.
- Gracias.
- Oh… si te metes en problemas también puedes contar conmigo, aunque yo no tengo un gancho derecho tan bueno como él.
- Pero tienes mesadas – le recordé, logrando sacarle una sonora risa.
Cielos, amaba hacerlo reír.
Nos sentamos en una mesita de las que usualmente están reservadas para los ancianos que llegaban a tomar café por las mañanas.
Editado: 16.08.2021