Construí muros y jardines de las más hermosas flores
Un hermoso hogar al que ir cuando todo era difícil
El paraíso el cual era mi hogar
Un hermoso castillo con ventanales brillantes
Con piedras blancas hermosas y pulcras.
Pero allí en ese hermoso paraíso la realidad empezó a expandirse y con eso su crueldad.
Los cristales se volvieron garrotes
Las piedras se oscurecieron y se apagaron
Grietas rompieron la estructura tan hermosa.
El moho se encargó de llenar las grietas,
Las flores de su jardín se marchitaron y
Susurros de la noche llenaron los vacíos silenciosos.
Mientras, en la soledad la sonriente niña solo pudo llorar.
Lágrimas gruesas, lágrimas negras y cargadas bajaban por su infantil rostro con angustia lacerante.
Los gritos de la noche empezaron a marearla
Los golpes rompían su inocencia
Y las promesas volvían polvo su corazón
Eran vacías, cada una de esas promesas eran simples palabras vacías. Las escuchaba luego del desastre
Y consiente de su falsedad dejó de creer en ellas.
Todo cuanto había creído ya no existía
Los muros a su alrededor fueron tan apremiantes que ya no resultaba cómodo estar allí
Su alrededor se desmoronaba y solo deseaba que todo aquello parase
Que el tiempo se revelará y fuera en reversa
Que se detuviera justo cuando ella sonreía,
Justo cuando ella se sentía bien consigo misma
Y que allí estuviera toda la vida
En ese lugar en el que reía,
En ese lugar en el jugaba,
Y en ese lugar en que su corazón no había sido roto jamás.
Pero nada la devolvía, nada la salvaba de aquél lugar lleno de tinieblas y se acostumbró tanto a ellas que se convirtió en una.
Inestable, sola, danzando en la oscuridad y ocultando sus rotos pedazos del resto del mundo.
Inseguridades, miedos, sueños rotos y una mente demasiado cruel como para reclamarle la poca luz que le había hecho creer.
Porque a la final si nunca hubiese vivido la fantasía en la que antes estaba, nunca hubiese estado tan rota. Porque aquella ilusión y esperanza, la habían llenado de una luz que ahora solo añoraba.
Como quién añorá un sueño.
Como quién añorá un amor.
E incluso como quién añorá una estrella.
Lo hizo sabiendo que quienes añoran de esa manera
Solo reciben la desesperación de un sueño hecho añicos, de un amor no correspondido y de una estrella lo suficientemente lejana como para poder observarla, admirarla.