¿Es importante tener un padre en tu crianza?, ¿Deben acaso estar los dos?, ¿O simplemente… basta que la persona que te está criando te muestre amor?, es confuso, tan solo de pensar en el hecho de que tus verdaderos padres no están ahí para ti, hacen que se forme un pequeño vacío en el corazón, te hacen cuestionar como hubieran sido contigo, como serian sus expresiones al ver tus logros, te hace… desear en una realidad distinta, te hace soñar con rostros que ni siquiera en sueños se pueden visualizar, es tan…
“Frustrante”
Naila continuaba esperando una respuesta… quería que su increíble padre le diga que la estará observando y que pase lo que pase, haga lo que haga, la amara ciegamente con todo su corazón, pero también… sabe que no puede quedarse ahí para siempre, debe conformarse, debe creer que, en alguna parte del inmenso cielo, la esta observando, viendo cada paso que da.
—Te amo…
El corazón de Naila se hizo pequeño, las lagrimas que estaba conteniendo comenzaron a brotar, regresó la mirada y por un segundo pudo visualizar en Melisa un gesto que la dejaría satisfecha con la respuesta, se la veía feliz al sentir los brazos de Melisa a su alrededor… se sentía… protegida.
—También… te amo, mamá.
Naila se limpió las lágrimas, regreso la mirada al frente y con una sonrisa dijo, “Gracias… por no dejar que me quede sola”, palabras que hicieron que Melisa la abrazara con mas fuerza y que sintiera sus lágrimas caer, aunque su sonrisa estuviera mas presente que nunca, todo fue un sentimiento tan genuino que Lune solo podía observar desde la distancia con pequeños lagrimeos, feliz de que sus lazos lejos de debilitarse… se fortalecieran aún más.
Los minutos pasaron y tenían que volver, pero antes que nada todos se despidieron dejando flores, prometiendo en algún momento volver a visitarlos para no olvidar lo que alguna vez fue… el hombre más fuerte del universo el cual les salvó… de más de mil maneras.
Volvieron a casa donde le esperaban Evans, Irene y para sorpresa de Melisa, también estaba Tala, Zakia y el rey de las hadas junto a dos hadas más que hacían de guardaespaldas.
—Mamá bienvenida— Dijo Evans e Irene recibiendo a Melisa con un abrazo.
—Oh, por fin llegaron— Dijo Zakia desde la cabellera de Tala.
—Los estábamos esperando— Dijo Tala sentado en el sillón.
—¿Cuándo llegaste? — Cuestiona Melisa.
—No hace mucho, cuando llegué los chicos me dijeron que habías salido a visitar la tumba de Even y pues-
Interrumpe Naila.
—¡Oh! ¡Maestro! — Dijo con mucha emoción acercándose a Tala —¡Cuánto tiempo!
—¿Cómo estás pequeña? — Has crecido bastante ya —¿Cuándo fue la última vez que nos vimos?
—Ehmmm— Piensa un poco —Creo que hace tres años, fue cuando me empezaste a entrenar, luego luchamos— Sonríe de forma burlona —Y te gané.
—Sisisi, lo que no sabes es que te deje ganar para que no lloraras.
—El grito que pegaste ese día por el enojo no dice lo mismo.
—¿Ah sí?, entonces tocara luchar enserio eh.
—Con gusto maestro, te ganaré nuevamente con facilidad.
Interrumpe Melisa
—Sisisi, luego hablan de eso, ahora vamos a comer— Regresa la mirada al rey —¿Usted también comerá?
En eso el enojó de alguien explotó de la nada.
—¡Muestre un poco más de respeto al rey, humana insolente! — Dijo uno de los guardaespaldas poniéndose de pie —Entran como si nada ignorando al rey que les da cabida aquí— Observa con odio mientras avanza hacia Melisa —¡Dejen de creerse la gran cosa y póstrense ante el rey ahora mismo!
Todos observaron sorprendidos, excepto Melisa, ella aún se la veía tranquila, aunque con una mirada asesina, Irene y Evans tenían un ligero temor ante tal situación puesto que la tensión del ambiente había incrementado de golpe, así que decidieron quedarse apartados de esto esperando a que su madre resuelva el conflicto. Naila por su parte observaba confundida, pero debido a su curiosidad, regresó a observar al rey quien se veía bastante mayor y con una mirada llena de seriedad, cuestionándose si esa hada, realmente era alguien tan importante.
Melisa se mantenía firme y callada, sin embargo, estaba al tanto de los pasos que daba el guardaespaldas, no cabía duda… si este mismo daba un paso más, ella lo mandaría a volar. Por suerte, una presencia mas entró a la casa, impidiendo que esto ocurriese.
—¿Quién dices que nos da cabida aquí? — Dijo Lune sumamente enojado —¿Sabes acaso quien es ella?, ¿Sabes acaso… quien te salvó el culo?
Ambos guardaespaldas temblaron de miedo, ya que el aura que estaba desprendiendo generaba un terror absoluto.
—Lune…— Susurra el rey observando su rostro molesto —……— Suspira —Chicos, esperen afuera.
—Pero señor, debemos estar cerca por si-
—¡Dije que esperen afuera, me están avergonzando inútiles! — Ella es fue la mujer del hombre que puso fin a la invasión del emperador, y todos ellos son sus seres mas cercanos que lucharon por el bienestar del mundo, si su odio les va a cegar de esa manera ¡Los delegaré de su cargo ahora mismo!
Ambos guardaespaldas cerraron la boca y en silencio salieron de la casa para hacer guardia.
—¡¿Qué fue eso de tus subordinados?! — Cuestiona Lune enojado.
—Me disculpo por el comportamiento hostil, me avergüenza enormemente tal comportamiento, realmente no esperé que reaccionara así por una pequeñes.
—No hay problema— Dijo Melisa —Pero si vuelve a traer a gente problemática ante mi familia, no lo dejaré pasar, aunque se trate de usted, ya pasamos por mucho como para que nos traiga mas problemas.
—Pido perdón.
—Bueno…— Observa hacia un costado.
En eso interrumpe Zakia algo preocupada.
—Esos dos… aun odian mucho a los humanos.
—Bueno es normal— Dijo Tala —No todos los humanos eran un pan de Dios, debieron haber vivido algo terrible.
—Si…— Dijo el Rey mientras tomaba un sorbo del té que tenía a disposición —Antes de que ocurriera la invasión del emperador, esos dos tenían un gran fastidio por los humanos, los portadores que les tocaron hicieron eran soldados en guerra que hicieron cosas horribles, mataban… violaban, torturaban… todo en nombre de una falsa justicia— Se muestra algo serio con una sensación de asco recorriendo su garganta —Tuvieron que presenciar todo tipo de cosas sin siquiera poder quejarse, eran consideradas meras herramientas para cumplir esos deseos tan cuestionables de sus portadores, por ende… piensan que todos los humanos son igual que escorias, por eso, pido que los perdonen.
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Editado: 03.02.2025