Hada de hielo 3

Capitulo 11

Por otro lado… ¿Sabes cuál es la diferencia entre una persona que sufre, con la de alguien que finge sufrir?

Sus ojos…

En esas pupilas que ya no reflejan un brillo hermoso… solo reflejan… un interminable vacío en nuestro interior, aunque nos movamos, aunque avancemos, aunque riamos y digamos a nosotros mismos, “Estoy bien”, nuestros ojos no mienten…

Nunca mienten.

Keyla fue trasladado a la parte baja de castillo donde se encuentra ubicada la prisión que habían construido, antes de encerrarlo lo desnudaron, y lo inspeccionaron de pies a cabeza para finalmente pasarle un fuerte detector de metales por si tenía algún tipo de comunicador o chip en concreto debajo de su piel. No encontraron nada, así que lo dejaron en paz, dándole ropa nueva y desechando la vieja. En el momento que los guardias abandonaron la prisión, Keyla sonrió mientras la oscuridad de la prisión lo envolvía.

La paz que unos intentan proteger, es la misma que otros la quieren tomar.

Volviendo a la casa. Melisa estaba regañando tanto a Naila como a Irene, resulta que cuando ella llegó y preguntó si todo estaba bien, a Zakia se le escapo diciendo, “Ya está todo bien, una pequeña pelea entre las niñas solamente”, a lo que Melisa pidió una explicación rápida y así se enteró de todo lo sucedido, quedando muy molesta con ambas, mientras que Lune, Tala y Zakia observaban desde la distancia.

—Melisa ¿no crees que ya les retaste suficiente?, ya hicieron las pases incluso.

—¡No te metas Tala! — Responde muy enojada —¡Si hay algo que deben entender es que son hermanas y no deben estar peleándose de tal manera, no son enemigas! — Regresa la mirada a Naila —No quiero saber que le pegaste a tu hermana mayor nuevamente— Su mirada se torna débil —Tu eres más fuerte Naila, ¿Qué crees que hubiera pasado si se te pasaba más la mano?

—Yo…

—Pudiste haberla matado…

—……— Agacha la cabeza —Lo siento.

—……— Desvía la mirada —Irene… se que no fue tu intención, sin embargo, intenta compartir más con tu hermana, ella no conoció a Even, y entiendo que puede llegar a sentirse frustrada— Observa con tristeza —Pero por eso sobrevivimos juntas… para que podamos contarle a Naila todo aquello que no pudo observar— Se agacha y abraza a ambas —No se odien ni se tengan envidia… estamos vivas… no olvidemos… lo que nos queda aún por proteger, ¿sí?

—Si mamá— Respondió Irene al borde de las lágrimas.

Naila quedo en silencio, sabía que lo que hizo estaba mal, aun así, aunque se esfuerce en no sentirlo… muy dentro de ella, no esta conforme, lo acepta, pero le duele tanto… tanto así, que ese se convertiría en su único gran deseo, “Escuchar a sus verdaderos padres diciendo que la aman”.

Mientras esto pasaba, Lune se acercó a Tala diciéndole que quería hablar con él de algo importante, a Lune se lo notaba muy serio y con algo de preocupación, por lo que sin dudarlo salió de la casa junto con Zakia para poder tener esa conversación con mas tranquilidad.

Unos minutos después.

—Ya veo, entonces quieres que lo vigile para estar seguros que no hará nada raro, aunque no quisiera dejarme llevar por una suposición como esa tras lo que me has contado, pero viendo cómo está la situación con los humanos creo que es lo más sensato.

—Por favor, te lo encargo.

—Déjamelo a mí.

—Al menos cambiaremos de aires, ya me estaba fastidiando la frontera sinceramente— Dijo Zakia.

—Supongo— Dice Tala sonriendo —Bueno, yo me retiro por hoy, iré al palacio a comentarle al rey esto, también le mencionaré eso de que quieres que aumente la seguridad de todas las zonas costeras, ¿no?

—Si, hazme ese favor, con todo, yo más noche estaré por ahí.

—Hecho— Dijo mientras se iba del lugar.

Luego de aquel momento las cosas volvieron a la normalidad. Cayó la noche y después de la cena Lune le dijo a Melisa que se tenia que ir al palacio para hablar con el rey y asegurarse de que acepte bien su petición de aumentar la seguridad, Naila quedó escuchando ya que todos estaban en la sala de lo mas tranquilos. Melisa le dio su consentimiento y Lune se fue de la casa, a lo que Naila aprovecho para preguntarle a su madre que era lo que estaba ocurriendo.

—¿Es tan grave lo de ese humano mamá?

—¿Uh? — Regresa la mirada —Oh… no es que sea grave… simplemente estamos tomando nuestras precauciones.

—Es solo un humano común y corriente por lo que tengo entendido— Dice Irene mientras abraza su almohada —No creo que tengamos que preocuparnos, dudo si quiera que pueda salir del palacio.

—¿Lo despojaron de sus pertenecías verdad? — Cuestiona Evans —Si no tiene nada, dudo también que pueda salir en caso de querer eso…— Se acuesta en el mueble —Yo creo que simplemente ya no tiene a donde ir… hay que ser muy tonto para venir a parar a un continente enemigo sin absolutamente nada para evitar que te atrapen— Se ríe —O solo quiere ayuda… o es el enemigo más estúpido, con el peor plan jamás antes visto.

—“Me sorprende lo mucho que dedujeron todo con tan poca información” — Pensó Melisa con una sonrisa —Sea como sea… no es algo que los niños tengan que preocuparse— Dice mientras se acerca a los tres —Ya es tarde, así que vayan a dormir tranquilos y dejen esto a los adultos— Le da un beso a cada uno en la frente —Todo estará bien— Sonríe.

Luego de eso todos se fueron a sus habitaciones, Naila e Irene tuvieron que dormir juntas, esto a petición de Melisa por la pelea que tuvieron, mientras que Evans si tenia un cuarto propio en el cual dormir.

La noche transcurría con normalidad, todos dormían plácidamente excepto una, Naila, sentía mucha curiosidad por lo de aquel humano que fue capturado, no podía dormir en lo absoluto, quería saber el motivo por el cual terminó aquí, por ende, antes de que amaneciera, salió de casa y se dirigió al palacio el cual, sabía cuál era la ruta mas cercana para llegar ahí. Ella no podía volar, pero su gran agilidad y velocidad sobrehumana, le permitieron llegar en tiempo récord al castillo.




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