Haití: La República del Crimen

Capítulo 1: Orígenes de la Violencia (continuación)

Con la caída de los Duvalier en 1986, Haití entró en una espiral de inestabilidad política. Durante los siguientes años, golpes de Estado, gobiernos débiles y la corrupción institucional destruyeron cualquier intento de orden. Pero el verdadero vacío de poder no estaba en los despachos oficiales, sino en las calles.

De la política al crimen: el caos tras Duvalier

Después del fin de la dictadura, Haití vivió un breve intento de democracia con la llegada de Jean-Bertrand Aristide en 1991. Sin embargo, su gobierno duró poco: un golpe militar lo derrocó en menos de un año. Durante este periodo, muchos de los exmilitares y agentes de los Tonton Macoutes, desempleados y sin una estructura de mando clara, se convirtieron en mercenarios o delincuentes.

Cuando Aristide regresó al poder en 1994, trajo consigo un nuevo problema. Para contrarrestar la influencia de los antiguos militares, apoyó la formación de grupos armados leales a su gobierno, conocidos como los Chimères. En teoría, eran milicias populares; en la práctica, se convirtieron en las primeras pandillas modernas de Haití. Extorsionaban, atacaban a opositores y controlaban barrios enteros.

Con la salida definitiva de Aristide en 2004, estas bandas, sin liderazgo político y sin enemigos claros, se transformaron en redes criminales autónomas. Fue entonces cuando el crimen dejó de ser una herramienta política para convertirse en un negocio imparable.

El papel de Estados Unidos: deportaciones y el fortalecimiento de las pandillas

Mientras Haití caía en el caos, un nuevo factor entró en juego: las deportaciones masivas desde Estados Unidos. Durante los años 90 y 2000, miles de haitianos que habían cometido delitos en Miami, Nueva York y otras ciudades fueron expulsados y enviados de vuelta a su país de origen.

Entre ellos había pandilleros con experiencia en extorsión, narcotráfico y tráfico de armas. Al llegar a Haití, encontraron un país sin ley, donde su conocimiento criminal les daba una ventaja sobre las bandas locales. Así nacieron algunas de las pandillas más poderosas de hoy en día, como 400 Mawozo y G9 an Fanmi e Alye, grupos con tácticas mucho más violentas y organizadas que sus predecesores.

La llegada de estas nuevas estructuras criminales también atrajo el interés de carteles internacionales. Haití se convirtió en un punto clave del narcotráfico, una zona de paso donde la droga de Sudamérica iba rumbo a EE.UU. y Europa, con la protección de estas bandas.

Del desorden al control: el crimen organizado toma Haití

Lo que comenzó como un fenómeno disperso se convirtió en un sistema perfectamente estructurado. Las pandillas dejaron de ser solo grupos violentos y pasaron a dominar sectores clave:

  • Extorsión a comerciantes y empresarios.
  • Control de carreteras y puertos.
  • Narcotráfico y tráfico de armas.
  • Secuestros masivos como principal fuente de ingresos.

En pocas décadas, Haití dejó de ser un país gobernado por políticos corruptos para convertirse en una nación donde el crimen es la verdadera autoridad.

Cierre del capítulo

Este capítulo ha establecido cómo la política, la inestabilidad y la intervención extranjera contribuyeron al crecimiento de las pandillas. El siguiente capítulo se enfocará en los líderes actuales de estas bandas, su estructura y cómo operan en la actualidad.



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En el texto hay: pandillas, documental, haití

Editado: 27.02.2025

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