Al terminar la clase le entregamos las calaveras a la maestra que nos las pidió para la ofrenda, cuando se acabaron las clases yo salí ese día me quedaba a el taller de música y solo practicamos dos acordes lo demás no importaba tanto ya que era para otros instrumentos, cuando se acabó el día me fuí a dormir y pensé en como sería el día siguiente.
Al amanecer yo hice lo mismo de siempre creo que ese día no hicimos nada interesante además de pasar nuestra calaverita literaria a computadora, y yo le puse una letra muy tétrica y de color rojo lo que le dió un toque siniestro, al otro día llegué a la escuela otra vez, llevé mi guitarra y la bien la que llevo mis cosas para danza, ( yo no puedo usar zapatos de tacón) solo llevaba mi falda yuna toalla, cuando llegué entré a mi salón y después fui a los casilleros y me preparé para el día entonces en la primera hora ( integración curricular) nos fuimos a hacer la ofrenda,