Hannah Krane

IV

Hannah Krane

 

     El sol se estaba ocultando, cuando estaciono su moto, se quito el casco y bajo de ella, dejo salir una respiración profunda y se encamino hacia su nuevo destino.    Una gran finca de Ladrillo decorativo y desgastado,  en las afueras de la gran ciudad.    Por la parte de afuera era totalmente vieja y nada bonita.    Y porque no decirlo, le hacia ver un tanto tétrica la forma en la cual las hojas secas de los árboles  estaban regadas por los suelos, las telarañas en la entrada de este, era como si hubieran decorado el lugar de esa manera, pero, por las pequeñas arañas que estaban ahí, era mas bien por falta de limpieza.

     Pego el casco a su pecho y  antes de tocas la gran puerta de metal, esta se abrió por si sola, dandole la bienvenida.

     __Muy buenas noches 

     La voz dulzona de una mujer rubia, esbelta de estatura media la hizo detenerse en la entrada en el preciso momento en el cual iba entrar a la finca.

     Carraspeo un poco antes de hablar.

     _S... soy 

     __Se muy bien quien eres.   Te estaba esperando.

     La mujer rubia la invito a pasar,  le guiño un ojo y se encamino hacia el interior, invitándola a seguirla.   Hannah trago saliva varias veces, antes de dar el primer paso detrás de la mujer.    Sentía como sus piernas se volvían débiles como gelatina y como la respiración se volvía errática a cada paso en el cual se adentraba dentro de la finca.

     No era para nada como la fachada del lugar, todo lo contrarío, era elegante y, con un ligero toque Romano.    

     Al adentrarse un poco mas,  se empezaron a ver como las luces brillaban y relampagueaban sin cesar.    La música sonaba cada vez mas cerca, haciendo que sus oídos retumbaran como dos tambores.    Al llegar al interior de la finca los gritos y silbidos de los invitados le dieron la bienvenida.    El corazón de Hannah se lleno de un leve calor y jubilo.    No pudo evitar esbozar una gran sonrisa ante ese hallazgo.    Finalmente había llegado.

     Caminaron entre la multitud que había esa noche.    Los caballeros reunidos, se divertían, bebían y de vez en cuando ..... follaban.

     Las mujeres, todas y cada una de ellas, vestían únicamente túnicas en color rojo.    Tan ensimismada se encontraba Hannah que, no sintió la mano de la mujer rubia cuando se poso en uno de sus brazos, haciendo que se sobresaltase un poco.    Con un movimiento de cabeza esta le indico donde era el lugar en el cual, debía entrar.

      __Este, es tú camarote, camerino o, como gustes llamarlo.   Puedes decorarlo como desees.

     Hannah levanto una de sus cejas en modo de pregunta y la mujer rubia solo se alzo de hombros como si hubiera comprado unas galletas en la tienda.

     __Son ordenes de él.

     Hannah esbozo una sonrisa cálida.   Asintió con un movimiento de cabeza y entro al camerino.    La mujer cerro la puerta y esta se sintió como en casa.   

    Dejo salir un gran suspiro y se encamino al vestidor el cual estaba alumbrado con una leve luz pero, se podían apreciar todos los vestidos dentro de este.

     Hannah, tomo un traje en color negro con azul, lo toco despacio y lo llevo a su nariz e inhalo profundamente el olor a piel    <amo el olor a nuevo>   era la versión sexual de Kitana.   Levanto ambas cejas y sonrío socarrona.   Esto se pondrá..... mas que bueno.

     Pasadas las dos horas, Hannah estaba vestida con un ligero tanga negro con una pequeñas tiras sobre sus caderas con la cual se detenía la pequeña tela, un ligero  taparrabo delgado el cual solo cubría la parte de enfrente y, llegaba hasta sus rodillas de color negro.   La parte trasera de sus nalgas estaba al descubierto.   Sus senos eran sostenidos por un pañuelo negro.   El cabello estaba completamente recogido en una coleta despeinada, en su mano derecha, sostenía un bastón de madera con dos cráneos plata y sobre ellos una mujer de madera tallada totalmente desnuda.    El tallado era tan real que, mas de uno se escandalizaría. 

    Se dio un leve vistazo en el espejo y sonrío.   Esa era ella.   En eso se había convertido y estaba mas que feliz por ello.     

     Unos leves toques sonaron en la puerta de su camerino y esta abrió de inmediato.  

     La mujer rubia le sonrió y la escaneo de pies a cabeza varias veces, afirmo con un movimiento de cabeza en aceptación y ambas se encaminaron por el pasillo hasta llegar donde el ambiente estaba  a tope.

     __¿De que estas vestida?

     Hannah le clavo la mirada en la nuca, la mujer rubia iba frente a ella contoneando las caderas de una manera muy sutil.    

     _¿No es obvio?

     __No me mal entiendas.   No te ves mal.   De hecho, te ves muy..... muy apetecible.    

     Le dio una mirada sobre su hombro y paso la lengua por sus labios, dejando una leve humedad en ellos.    

     _Ten cuidado con la forma en la que me hablas

     __¿Es una amenaza?

     _Es una advertencia.

     __Mejor dime.   ¿Qué harás esta noche?

     La mujer paro su andar y tomo la mano de Hannah entre las suyas y le dio un ligero apretón, dandole toda la confianza del mundo. 

     __No soy tu enemiga.   Puedes confiar en mi.

    Hannah asintió y no volvió a decir palabra alguna, mas que para dar el nombre de la música que esa noche tenia que sonar en los altavoces del lugar.

      

      Caballeros!!

     Esta noche tenemos carne nueva!!!!!

Ha llegado hasta ustedes una piedra preciosa

Demos la bienvenida a la revelación de la noche....

    Ella es..... Amatista

Preparen la cartera, estamos a punto de.....




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