V

Hannah Krane

     __¿Podrías quedarte mas tiempo?    La noche todavía es larga y amena.

     _Mmmmmm.

     La mujer rubia llamada Billie le daba una mirada tierna.    Desde el primer baile los caballeros dentro de la finca habían derrochado todo el dinero, y ni hablar del tanga de Hannah, el cual, estaba lleno de dinero.

     _No puedo quedarme.

     Miro la hora en el teléfono móvil y lo guardo de inmediato.    Tomo el casco entre sus manos y salió del camerino.   Billie iba detrás de ella.   Tenia ordenes de no molestarla, sin embargo, no podía evitar preguntar cosas de las cuales ella misma tenia las respuestas.

     Hannah suspiro, aunque tenia muchas ganas de quedarse un par de horas mas, no podía hacerlo, estaba por salir el sol y, tenia que regresar al Bar de Cillian.    No podía esconderse mucho mas tiempo.

     Al principio, cuando se alejo de ellos sin decir absolutamente nada, a los casi cuatro meses, había recibido un mensaje de texto.   Había regresado la contestación, sin embargo, no se atrevió a poner un solo pie dentro de esa ciudad, aun no se encontraba lista.    Tuvieron que pasar cuatro años para poder regresar.    En todos estos años había aprendido muchas cosas de ella entre otras cosas.

     Billie tomo la delantera y la tomo del brazo, jalando de este.    Hannah se dejo llevar.    

     __Antes de irte, tienes que presentarte correctamente con las chicas. 

     A pesar de que estaban a punto de salir los primeros rayos del sol, todo el lugar se encontraba totalmente abarrotado, las mujeres completamente desnudas, sin la túnica que cubría sus cuerpos.    Los caballeros solamente en calzoncillos y con sus cuerpos totalmente sudorosos decían mucho mas que todas las palabras que puedan existir.

     __Espero que puedas unirte a las filas..... muy pronto.

     Billie hablo bastante fuerte para que todos en el lugar escucharan, sin embargo, Hannah, rodo los ojos y se alejo a paso rápido del centro de atención. 

     ¿Qué pensaría Cillian de ella?    ¿Qué pensaría su nueva familia?    Hannah estaba mas que consciente de que no quería que ninguno de ellos se enterara de su nueva profesión, sabía que nadie estaría de acuerdo con lo que a ella le gusta.    Cuando se encuentra en la pista, ella es libre, puede expresarse con su cuerpo y sus movimientos sublimes e insinuantes, con solo mover sus caderas ella manda miles de respuestas, pero sabe que Cillian y Quetzal no lo entenderán.    

          Dio una leve sonrisa y se coloco el casco, subió en la motocicleta y salió quemando llanta del lugar, a pesar de estar la mayoría de noche bailando, no se sentía para nada cansada. 

     Se fue directo al Bar y estaciono frente a el.    Inspiró bastante fuerte y bajo de la motocicleta,   entro en el lugar y se fue directo a la oficina, pero en su paso por el Bar, se dio cuenta de un ligero detalle.    Todo estaba hecho un completo desastre.    

     Botellas rotas, cerveza derramada por todo el lugar, el olor a vomito y por si fuera poco, los baños estaban fuera de servicio.

     __¿Que carajos paso aquí?

     Su voz salió como un gruñido salvaje, nada que ver con la niña mimada que solía ser frente a su hermano y todos los demás.   Estaba mas que claro que, una fiesta, no hubo en este lugar.

     Es como si hubieran ido a destrozar todo el lugar, por simple diversión.

     __Pregunte  ¿Qué putas paso aquí?

     Pero ninguno de los dos chicos dentro del lugar le hizo caso, estaban tan concentrado en tratar de arreglar el desmadre que, ignoraron por completo todas y cada una de las preguntas de Hannah.

     Tomo un pose de altanería y se incorporo de inmediato, retomando su rumbo, la oficina de su hermano, que es donde se supone que tiene que llegar. 

     Nada mas al llegar los grito y maldiciones que provenían dentro de la oficina hicieron que Hannah se detuviera justo detrás de la puerta.    

    Recargo su espalda sobre la pared del lado izquierdo y espero a que terminaran los gritos y maldiciones

     ___¡¡Hijos de perra!!

     Escucho varios golpes, como se rompían cosas en la pared.    Hannah estaba a punto de entrar cuando, la puerta se abrió de golpe y, un Cillian totalmente desaliñado apareció por la entrada.   Ojeras profundamente marcadas, como un maldito panda, el cabello alborotado como si tuviera un gran nido de aves viviendo sobre él, la barba incipiente por el paso de la noche y, el olor ranció a alcohol.

     __¿Algo que decir?

     A pesar del tono moderado de Hannah, Cillian sintió como si hubiera sido captado realizando alguna fechoría.

     __Y creí que yo era la de las malas ideas.

     ___No empieces Hannah.

     __Por lo que veo la noche no fue nada bien.    ¿A quien hiciste enojar hermanito?

     ___A nadie importante.   Un imbécil que se siente importante solo por ser.....

     Hannah lo miró curiosa y espero a que terminara la frase, pero Cillian siguió su camino.

     __Vas a necesitar remodelar el lugar.          Mis cosas   ¿Aun sigue todo donde lo deje?    

     Hannah se quedaría la semana que estaba de visita por trabajo forzado en su antiguo hogar, en su antigua cama, su antigua habitación.

     ___Por supuesto que sí.    Mi mujer se a encargado de que todo este en orden para tú llegada.

     __Ya, claro.

     Hannah rodó sus ojos y siguió sus pasos.   Todo el lugar apestaba, pero la mayoría de las cosas ya habían sido levantadas.   Ahora había mas personal,  todos vestían un traje blanco, el cual cubría toda la piel.    Hizo una mueca de desagrado y negó. 

     __Remodelare tú maldito bar y, cuando la semana haya terminado, me iré sin mirar atrás Cillian.

     Al darle la espalda para alejarse de él, queda completamente pasmada al quedar frente a la persona que no pensó que se toparía en este lugar.    Se mueve a un lado para no toparlo, pero este la toma del brazo y detiene su camino.    Hannah siente como su nerviosismo la hace flaquear ante ese agarre, no la esta lastimando, solo la esta tocando lo suficiente para hacerle saber que esta frente a ella.