Años Después...
- ¡Abue Agne! - gritaba el niño - ¡Mira! - le muestra sus exámenes - ¡Aprobé!
- ¡Felicidades! - le da un abrazo cariñoso - ¡Eres tan brillante como tú madre! - sonríe.
- Sí, me hubiese gustado conocerla... - dice nostálgico y feliz - ¡Abue Agne! - se levanta de pronto - Iré al bosque.
- Ve - sonríe - cuidado con los extraños - advierte viendolo marchar.
Él pequeño Hao corre con el viento. Llegando a un acantilado. Siempre iba a ese lugar, oculto en el bosque.
- ¿Quién anda ahí? - vocifera al observar a una persona de pie con una capa. - ¡He dicho! ¿Quién anda ahí? - se acerca apuntando con una rama.
La persona se da vuelta. Solo sé vislumbra su sonrisa.
- Soy una mujer - dice viéndolo en detalle.
- ¡Eso lo puedo ver! - continúa desconfiado - ¿Cuál es su nombre? ¿Qué hace aquí?
- Lo mismo que tú - sigue sonriendo. - Estoy esperando a alguien - muestra un reloj de bolsillo.
- ¿Y por qué dice eso? - responde confuso. - Yo no espero a nadie - baja la mirada.
- ¿Te cuento algo? - sale revoloteando un mechon rojizo de su capa. - Hace mucho tiempo conocí a una mujer, su nombre era Saura - el niño presta atención - una mujer extraordinaria, un talento único para la magia... Sus estudios sobre la magia que poseía, la empujó muy lejos de este lugar...
- ¿Ella era de aquí?
- Sí, de Ágata - se acerca a él - vamos a sentarnos - él duda - no te haré daño - se sienta junto a ella.- Llegó a un nuevo continente, un Reino poco conocido por el mundo - sus ojos se iluminan - repleto de magia. - sonríe - por sus capacidades y talento llegó a ser la Maga imperial del Emperador Hong Ming Lu - el niño abrió los ojos asombrado.
- ¿Qué tan lejos está? ¿En verdad así se llama el Emperador? - habla todavía asombrado.
- Muy muy lejos - asegura - tomaría un par de años llegar por mar - sonríe. - Sí, así se llama el Emperador ¿Por qué? - pregunta.
- ¡Oh! - se muestra decaído - ¿Entonces en qué tiempo llego Saura? - titubea - Es que mi nombre es Hao Ming - susurra.
- Un hermoso nombre - muestra una encantadora sonrisa - poco común pero hermoso - le acaricia el rostro -No debes decirle tu nombre a los extraños.
- ¿Lo cree? ¿Sabe el significado? - vuelve el entusiasmo - es que usted no es una extraña ¿Cuál es su nombre? - dice sonrojado y feliz por el toque de la mujer, lo siente tan familiar...
- Sí, claro que lo sé. Hao "vasto" Ming "brillante"- sigue dándole mimos - gracias Hao - sonríe - eres un chico listo, ya te he dicho mi nombre - él se queda mirando perplejo y confundido.
- No recuerdo - se avergüenza.
- Descuida lo recordarás, hasta entonces nos veremos aquí todos los días ¿Te parece? - se queda pensando - es un secreto, nadie debe saber - puntualiza.
- Sí - la abraza, ella lo estrecha en sus brazos como tantas veces deseo pero no pudo...
Se cae la capucha revelando el rostro de la desconocida y él se queda mirando atónito.
- Es hermosa - susurra - lo siento - ella lo vuelve a estrechar en sus brazos.
- No tienes porque disculparte, no me ofendiste - le reparte besos en la cabeza - gracias por tu elogio.
- Hueles a mamá - murmura dormido - te extraño - dice.
- Cariño mamá siempre ha estado, solo que no la has visto - sigue meciéndolo en sus brazos - te protegeré siempre Hao - se acomoda la capucha - aunque deba mantenerme oculta - sonríe.
Antes de que llegue la noche. Hao se despierta.
- Despertaste - sonríe la mujer hermosa.
- Sí, gracias - sonríe - ¿De verdad podemos seguir viéndonos? - ella asiente - gracias.
- A ti Hao - lo baja de sus brazos - es momento de regresar a casa deben estar preocupados - se abrazan - cuídate mucho.
- También usted, srta. Hermosa - ambos ríen.
Hao se marcha corriendo con el viento, siendo seguido por Saura, asegurándose que llegue a salvo.