No sé si alguna vez llegarás a leer estas palabras, pero necesito decirte todo lo que guardé en silencio durante tanto tiempo.
Aunque ya no estemos juntos, quiero que sepas que fuiste y siempre serás alguien especial en mi vida.
Recuerdo el primer día que te vi, tan llena de vida y energía, irradiando felicidad a tu alrededor, desde ese momento, supe que eras diferente, que nuestra conexión trascendía lo común, fuiste mi estrella, mi guía en momentos oscuros, mi fuerza cuando me faltaba.
No puedo negar que no todo fue perfecto entre nosotros, tuvimos nuestros desafíos, nuestras peleas y desacuerdos, pero a pesar de todo, siempre preferí recordar los buenos momentos, aquellos en los que nos reíamos sin control, compartíamos secretos y soñábamos con un futuro juntos.
Cuando decidiste poner fin a nuestra relación, mi mundo se derrumbó, no comprendía qué había ocurrido y por qué no funcionó entre nosotros, intenté evitar el resentimiento, no quería odiarte ni amargarme con pensamientos negativos, a fin de cuentas, el amor que sentí no se desvaneció de la noche a la mañana.
Y ahora estoy aquí, escribiendo esta carta que probablemente nunca leerás.
Quiero que sepas que no te guardo rencor, que guardo en mi corazón los momentos felices, aquellos que jamás olvidaré.
Te amo, Carolina. Siempre lo haré, incluso si solo soy un recuerdo borroso en tu mente, quiero que sepas que siempre estarás en un rincón especial de mi corazón.
Querida amada,
Hoy mi pluma tiembla al escribir estas palabras, el destino ha decidido separarnos y no puedo más que aceptarlo con dolor en mi corazón, fui presa de mi ingenuidad al pensar que nuestro amor sería eterno y qué juntos enfrentaríamos cualquier adversidad, pero la vida, caprichosa como es, ha decidido llevarse contigo lo que pensé que era mi felicidad.
Recuerdo con claridad el día en que nos conocimos, cuando nuestras miradas se cruzaron y el mundo pareció detenerse, tú llegaste a mi vida como un viento refrescante, llenando de alegría y esperanza cada rincón de mi existencia.
Sin embargo, el tiempo implacable ha dejado su huella en nosotros, y nuestras almas han ido evolucionando en direcciones opuestas, no puedo negar que ha sido un proceso doloroso enfrentar esta realidad, pero también es cierto que no sería justo para ninguno de los dos seguir adelante condenados a la infelicidad.
Sé que pensarás que con estas palabras renuncio a todo lo que hemos construido, pero permíteme decirte que no es así, cada momento compartido a tu lado ha dejado una marca imborrable en mi ser, y guardaré nuestros recuerdos como tesoros preciados en lo más íntimo de mi ser.
Y así, con lágrimas en mis ojos, tengo que atreverme a pronunciar la palabra que nunca quise decirte: adiós. Sé que habrá noches en las que tus risas y tus abrazos se materializarán en mi mente, pero también sé que el amor verdadero implica aprender a soltar aquello que se nos escapa de las manos, sería egoísta de mi parte aferrarme a ti, sabiendo que mereces ser plena y feliz, aunque ello signifique estar sin mí.
Con todo mi amor y gratitud, Tu eterno amor.