Hasta que el contrato nos separe

Capítulo 2 : "Buenos vecinos"

Ahmet se acerca a Alex.

— ¿Tienes los anillos?

—Debo comprarlos.

—El joyero está aquí cerca, hace unos muy bonitos, hablaremos con él, acompáñame-mientras camina en dirección a la puerta. Alex lo toma del brazo para ayudarlo a caminar, porque se nota que le cuesta hacerlo. Juntos salen, pero antes me guiña un ojo.

Le arrojo un beso en el aire.

—Te ayudaré a limpiar esta casa, vamos querida.

—Yo puedo hacerlo, gracias señora Elvan pero no es necesario.

—De ninguna manera, debes estar radiante para esta noche, ese esposo tuyo está locamente enamorado se le nota en el brillo de su mirada, y tú también lo amas, se nota en la tuya. Te ayudaré con todo esto, luego te darás un baño perfumado, y te pondrás lo mejor que tengas. Yo preparé bebidas y una cena propia de un compromiso.

Elvan es tan amable, parecida a mi tía,  y quizás a la abuela que nunca conocí.

Juntas limpiamos todo, luego me trae ropa limpia, y llena de ropa mi placard. Lavamos las sábanas que había, mientras hablamos sobre mi vida y la de ella.

ALEXANDER:

Estoy nervioso, sé que Sophia piensa que esto es una puesta en escena, y en parte es cierto, tenemos nombres falsos por lo cual no tiene validez real, pero mi corazón está exultante, de saber que viviremos juntos, que podré verla cada mañana, pasear de su mano cada atardecer, preparar la cena juntos.

 Mi estómago se llena de una extraña mezcla de alegría y nerviosismo, de solo imaginarlo,  y Elvan no deja de nombrar tantos preparativos previos, que no ayuda a tranquilizarme.

La amo y quiero que esta boda sea algo que jamás olvide.

Mientras caminamos hacia la casa del joyero

— ¿De dónde son?

—Venimos de Manhattan.

_ ¿De tan lejos eligieron este lugar?

 —Me lo recomendó Will, él suele venir a veranear.

—Lo conozco, siempre viene con una esposa distinta, ese hombre no entiende el amor, o nunca lo ha sentido. No es una buena influencia para tí, no intentes seguir sus consejos, o terminarás como él- es cascarrabias lo admito, pero auténtico y muy sabio—Si buscan un lugar tranquilo, lo han encontrado, no vivirán en un lugar con mayor paz que en este, además aquí todos somos familia ¿En qué trabajabas?

—Mmm… en una Joyería.

Lanza una carcajada.

—Entonces quizá sea mejor que ayudes a Emre en su local.

—No, solo las vendía, no sé nada de confeccionarlas, además lo ayudaré a usted—quiero hacerlo, lo veo un buen hombre y bastante grande, con una salud endeble, a menudo tose.

Llegamos al local.

Enseguida sale un hombre de mi edad.

—Hola señor Elvan.

—Hola Enre, te presento a mi nuevo vecino, él es…

—Alexander Harrison—me da la mano.

—Si eres amigo del señor Elvan, entonces eres mi amigo mío también—sonriendo.

—Necesitamos unos anillos para este muchacho, urgente esta misma noche, cóbrate de lo que te dí de más la semana pasada.

Me acerco y le susurro—Le daré el dinero.

— ¡Patrañas!, ¡Es un regalo!

— ¿Cómo los quieren?—mirándome, y no tengo ni idea que decirle, jamás pensé en cómo debe verse un anillo, una paradoja, siendo que gran parte de mi fortuna proviene de la joyería. En ese instante percibo que no me he involucrado lo suficiente con la actividad en sí, solo estaba pendiente de nuevos negocios, inversiones, pero nunca del producto que hacemos. He delegado todo, pero quizás hubiera sido bueno inmiscuirme un poco más, conocer de qué se trata. —No lo sé…

—Hazles unas alianzas para que la unión perdure, ya sabes, como las que tenemos Elvan y yo.

—Como ordene señor, a la tarde se las llevo.

Cuando salimos, vuelvo a repetirle.

—Gracias señor Ahmet, pero no debe pagarlas. Tengo dinero ahorrado—me toma del brazo mientras caminamos— ¡Patrañas! Lo necesitarás para cuando nazcan tus hijos, tómalo como nuestro regalo de boda.-el señor es testarudo, sencillo, y terriblemente sincero.

—A tu edad, debes pensar en construir tu familia, mejorar tu casa, agasajar a tu esposa.

— ¿Cuánto tiempo hace que está casado?-mientras caminamos.

—Cincuenta años, nos conocimos muy jóvenes, ha sido mi primer y único amor. Estar con ella ha sido mi mayor bendición.

Qué lindo escuchar eso, pienso, que de donde vengo la mayoría de la gente maldice haberse casado.

—Y… ¿Se puede saber el secreto?

—Jamás olvides las fechas importantes, jamás dejes de conquistarla. Jamás des su amor por sentado, conquístala todos los días, un pequeño detalle, una flor a la mañana, un beso de las buenas noches, un baile al anochecer, todo suma.

—Es justo lo que pensaba… solo me preocupa, no tener dinero suficiente, muchas parejas se separan cuando el dinero escasea.

— ¡Patrañas!, ¡Excusas!— ¡Vaya! Es muy frontal, directo y vehemente en sus opiniones—el amor es como el bote en el que salgo a pescar, si es fuerte, resistirá las tormentas, incluso los rayos de sol excesivos, pero si la madera es frágil, cualquier lluvia por más leve que sea, lo destruirá. Debes preguntarte si tu vida volvería a ser la misma sin ella. Si podrías vivir sin saber qué hace, o dónde está, si podrías olvidar su sonrisa.

Claro que no, pienso, es el de motivo por el que estoy aquí, escondiéndome del mundo, solo para permanecer a su lado, pienso.

Llegamos a la casa, Sophia y Elvan no están.

Lo invito a pasar, pero niega.

-Prepárate, tu esposa debe estar por llegar, seguramente Elvan la estará ayudando a ella. Esta noche festejaremos el compromiso, asique trae los anillos que Emre pronto te hará llegar.

—Así lo haré—antes que se vaya lo retengo del antebrazo—gracias por todo lo que están haciendo por nosotros.

—Hijo querido, ustedes ya son parte de nuestra familia. No hay nada que agradecer.

Tenía razón Arda, es gente muy amable y hospitalaria.

 




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