Hasta que el contrato nos separe

Capítulo 4 : "La boda"

Capítulo 4: “La boda”

Amaneció.

Un rayo de sol se cuela por la ventana e ilumina su rostro.

Acaricio suavemente su mejilla mientras duerme apenas cubierto por una sábana blanca, que también me cubre a mí.

¿Cómo podría dejarlo? Le haré daño, y me lo haré a mi misma. Ni siquiera sé cómo creció todo este amor. Fue como un torbellino que me arrastró dentro.

Siento una dolorosa tristeza mezclada con ese amor. Lo dulce y lo amargo juntos. Lamento que me haya conocido y que esté metido en todo esto por mi culpa.

De pronto se escuchan golpes en la puerta, cada vez más fuertes.

¿Quién será? ¿La policía?

Me levanto y comienzo a vestirme.

Alex abre los ojos y se coloca los pantalones.

—Iré yo—me dice luego de que me besa. — ¡Ya voy!— grita.

Lo espío detrás de la puerta del dormitorio, mientras abre la de la calle.

—Arda ¡Buen día! ¿Cómo estás?

— ¡Vine a llevarlos a la ciudad!—sonriendo — ¡Hay que casarse!

Alex bosteza, es que no ha dormido nada, hemos tenido una noche intensa.

— Ahmet y Elvan los están esperando en la camioneta.

—Vaya, recién nos despertamos, pasa, ponte cómodo, espéranos cinco minutos.

No hay mucho tiempo. Cierro la puerta y me coloco el vestido de novia que me dio Elvan, me perfumo y me maquillo sencilla, con colores pastel.

—Estoy lista mi amor—abrazándolo cuando entra al baño.

—Estás hermosa, pero ya sabes— en mi oído— me gustas más sin ropa.

En su oído—A mí también—sonrío.

Alex suspira mientras me abraza, luego entra al baño.

Lo oigo cantar, puedo inferir que está feliz, y también que es bastante afinado. Tendré que enseñarle a cantar en italiano.

Ahora silba. Por dios, qué he hecho de bueno en mi vida, para tener este hombre conmigo.

No podré sepárame de él…  no podré hacerlo.

Alex sale del baño con un traje gris claro, otro que le dio Ahmet, se coloca el sombrero, me guiña un ojo y me toma de la mano.

Sin duda, tenerlo a mi lado es más de lo que puedo soñar. Espero que todo esto no sea solo eso. Un sueño.

Tomamos nuestras identificaciones y salimos.

Elvan y Ahmet están sentados dentro de la camioneta esperándonos con una amplia sonrisa.

— ¡Pícaros!, se escaparon anoche, queríamos brindar con ustedes.

—Lo siento es que estaba muy cansada—quería tener una noche íntima con mi futuro marido y padre de todos los hijos que desean que tenga, pienso. No es fácil tenerlo tan cerca y no poder besarlo.

Nos sentamos en el asiento trasero junto con Elvan.

Alex me toma de la mano.

Durante el viaje Ahmet y Elvan nos cuentan sobre su boda, todas las tradiciones que en ese tiempo se hacían y todo lo que les ocurrió ese día.

Ambos reímos, soy tan feliz viéndolo reír. ¿Qué clase de encantamiento tengo?

Su sonrisa, su risa es tan auténtica, tan linda, tan transparente, podría pasar horas viéndolo reír.

Alex se baja primero, me toma de la mano y me ayuda a bajar, Ahmet le quita mi mano de mala manera. ¡Qué carácter!, es bastante cascarrabias. Le dice que debemos estar separados, hasta que nos casemos.

Elvan me acompaña a la oficina, que está subiendo unas escaleras.

Observo a mi alrededor. No hay policías, pero sí hay mucha gente.

Enseguida una mujer nos llama para que ingresemos al salón.

Alex está del otro lado junto a Ahmet, parece que estuviéramos peleados.

Nos dejan ingresar primero.

Detrás de un escritorio hay un señor sentado, debe ser el juez.

Nos saluda amablemente y nos invita a sentarnos

—Bienvenidos, necesito sus documentos— se los pide también a Ahmet y Elvan que están sentados al lado nuestro.

Alex entrega nuestras credenciales.

Tengo miedo. Espero que no descubra que son falsos.

Alex se toca el bolsillo, puedo ver el borde del móvil, lo ha traído con el chip que le dio Martin.

—Ustedes—mirándolos luego de leer sus credenciales— ¿Son familia?

—No señor, ellos no son de aquí. Mi amigo Serín, nos aconsejó acompañarlos…él ¿no está?

—No, me pidió que lo reemplace…entonces ellos ¿Son turistas?—levanta la ceja inquisitivamente, parece un investigador del FBI.

Estoy comenzando a sudar. Alex me mira nervioso, y entiendo su mirada, si hace algún movimiento raro, debemos huir, porque nos denunciará. Sujeta mi mano más firmemente.

El sabueso observa nuestras credenciales detenidamente y levanta su mirada para vernos varias veces.

Nuestras manos juntas, sudan, no sé si más la mía, o la de él.

—Vinimos ayer—dice Alex tranquilo, es buen actor, lo tendré en cuenta— queríamos casarnos aquí.

—Está bien—devolviéndonos los documentos—no demoremos más. Firmen aquí.

Elvan y Ahmet están emocionados. Nosotros también, porque aunque nada de esto es “real” nosotros sentimos que lo es, somos fugitivos, y con papeles o sin papeles, estaremos casados.

—Por el poder que me confiere la ley, los declaro marido y mujer.

Nos levantamos.

Alex, me abraza y me levanta en el aire.

—Por fin eres mi esposa

—Y tú el mío.

Nos abrazamos fuertemente. Alex está exultante de felicidad, era importante para él este paso.

Ha sido bastante breve, pero mejor así.

Salimos con la libreta de matrimonio en la mano.

Arda nos abraza

— ¡Felicitaciones! Que el señor los colme de bendiciones.

Está emocionado…qué suerte hemos tenido de conocer tanta gente buena.

Elvan nos abraza y Ahmet también, luego nos bendicen.

— ¿Quieren que los lleve a recorrer la ciudad?

Nos miramos.

—No, gracias Arda, tengo otros planes para esta noche-me mira con una sonrisa de costado que me incendia por dentro, por dios va a matarme si lo hace diariamente. ¿Existirá una vacuna para esto?



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En el texto hay: romance, matrimonio por contrato, policía.

Editado: 20.07.2024

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