Hasta que el contrato nos separe

Capítulo 6 : "ALEXANDER: Persecución"

Capítulo 6 : “ALEXANDER: Persecución”

Llamo desde el interno y pido ropa.

 Sophia quiere una remera blanca y vaqueros, y yo unos vaqueros y una camisa blanca.

La chica casi de inmediato golpea la puerta del cuarto con las bolsas. Son los talles que pedimos, asique le pago.

Nos vestimos y  salgo de la habitación a buscar la cena.

 Presiono el botón y espero a que llegue uno de los elevadores, me dirijo a la planta baja.

 En el elevador, por un momento se me cruza la imagen de Nicole, no porque la extrañe, solo porque estuve aquí con ella.

Ojalá la hubiera conocido antes a Sophia. Toda esa vida de lujos, me gustaría haberla disfrutado con ella, pero es imposible, al menos por ahora.

Ojalá podamos hacerlo en el futuro, me encantaría llevarla a recorrer el mundo. Aunque soy feliz en cualquier parte si está a mi lado.

Cuando llego a la planta baja me sorprenden las luces parpadeantes de la policía reflejadas en todos los espejos de la gran sala.

Maldición, son varios móviles estacionados en la puerta del Hotel.

¿Nos encontraron?

Me acerco ocultándome en las columnas, dos policías conversan con la chica que hizo nuestro ingreso.

Me escondo cerca de ella, para escuchar.

— ¿Son ellos?—pregunta el policía, mostrandoles algo en su movil.

—Sí, pero no se identificaron con esos nombres..

Maldita sea, pienso.

—Ingresaron como Sophia Bronx y Alexander Harrison.

—Se han cambiado el apellido, hay que emitir un alerta—le dice uno de ellos a su compañero.

Ahora la reconozco, es la chica que nos atendía cuando veníamos con Nicole...se hicieron bastante amigas, ella nos delató.

Debo buscar a Sophia ya mismo.

Corro al ascensor, pero no es buena idea, podrían detenerlo en algún piso o traerlo de nuevo a la planta baja.

Subiré por las escaleras, debo hacerlo antes que ellos, Sophia ni siquiera tiene un móvil.

Lo hago a toda velocidad. Ingreso al cuarto con la tarjeta.

— ¡Amor! ¿Qué pediste?—Sophia abrazándome—la tomo de la mano.

—¡Nos encontraron!—agitado, he subido diez pisos en segundos, por suerte se ha vestido.

— ¿Qué?—cubro su boca con mi mano, y la arrastro afuera.

Suena la campana del ascensor.

Nos ocultamos detrás de una cortina del pasillo.

Dos policías bajan del elevador, y golpean fuertemente la  puerta de nuestro cuarto

— ¡Policía! ¡Abran!—comienzan a patear la puerta.

Abrimos sigilosamente la que da a las escaleras y bajamos de la mano a toda velocidad.

— ¡Escaparemos por la cocina!

Llegamos a la planta baja, Alex se asoma, hay muchos  uniformados dando vueltas.

— No sueltes mi mano Sophia—le susurro—saldremos al estacionamiento por la cocina. Este hotel lo construimos nosotros.

— ¿Qué?—mientras corremos.

—Hemos construido varios en esta ciudad.

Salimos por una puerta que da a la cocina, los cocineros nos miran sorprendidos, hemos irrumpido abruptamente.

—Buenas noches—los saluda Sophia.

Corremos por un largo pasillo, y llegamos al estacionamiento.

Debo buscar un vehículo, pienso, cuando veo la garita del guardia.

Hago una inspiración profunda, no debe verme agitado.

El hombre me reconoce cuando me acerco… tengo suerte, no sospechará que me robaré un coche.

—Necesito la llave de mi porche.

— Señor... Green ¿Verdad?

—Claro.

—Recién tomo el turno, ¿Cuál es? –conozco las llaves de los porche, he tenido varios.

—Esta —la tomo—Gracias.

—Que tengan buenas noches.

Sólo hay uno, asique no es difícil encontrarlo, color rojo, como a mí me gustan.

Nos subimos, y acelero a toda velocidad, mientras Sophia se coloca el cinturón.

—Sostente fuerte, volaremos.

— ¿Qué?

—Debemos salir de aquí.

Salgo de la rampa, pero a velocidad normal, los móviles sospecharían.

Pero cuando estamos a media cuadra observo en el espejo retrovisor que comienzan a seguirnos.

—¡Maldita sea!

Golpeo el volante.

— ¡Me entregaré Alex!, no debes hacer esto por mí, diré que te he secuestrado…detente.

— ¿Te volviste loca? Donde vayas, estaré contigo, soy tu esposo ¿Lo olvidas?

Varios móviles con sus sirenas encendidas nos persiguen por las calles de Estambul, volteo hacia atrás, son cuatro y están acercándose a toda velocidad.

Unos policías motorizados esquivan los coches y se aproximan a nosotros, solo debo encontrar la carretera…solo debo llegar.

— ¡Alex!—grita Sophia—¡Están disparando!

—¡Agachate! ¡Conozco esta ciudad!—mientras manejo frenético, esquivando camiones y vehículos.

Cuando llegamos a la carretera,  acelero hasta el tope.

— Los dejaremos atrás o nos mataremos.

No puedo ver su rostro, estoy demasiado concentrado en no estrellarnos, a esta velocidad cualquier obstáculo puede ser letal. Pero supongo el susto que tiene.

Sophía comienza a gritar mientras se sujeta de la puerta y del techo, he tenido que maniobrar bruscamente.

Pero logré esquivar a un camión, los móviles y las motocicletas, quedaron detrás de él.

-¡Iuju!—grito de felicidad —¡Los hemos perdido! ¿Estás bien?—la miro, está pálida y asustada.

—Sí, estoy bien.

—Ahora debemos ocultar este coche.

—¿Has visto mucha películas de acción verdad?

—Suficientes para saber cuál es el próximo paso para que no nos atrapen.

Nos detenemos en un descampado y estaciono cerca de un río.

Nos bajamos, y dejo el vehículo en marcha. Este cae al río.

—Me apena, un vehículo tan lindo— Sophia, de mi mano.

—Era necesario, esto nos dará tiempo. Pero descuida cuando todo pase, le devolveré el dinero del coche a su dueño. La abrazo—Estamos vivos, y juntos, nada más importa.



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En el texto hay: romance, matrimonio por contrato, policía.

Editado: 20.07.2024

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