Capítulo 10: "El cometido"

Me dirijo a la recepción:

—Seima, buen día, aún ¿Nada?

—Lo lamento Señora Nicole.

—Parece que se los hubiera tragado la tierra literalmente—estoy furiosa, ese amigo policía del que me habló esta chica, es un inepto. Ya ha pasado casi un mes desde que los vieron en este hotel, y¿Ni una sola pista? Traeré a Philips, él policía retirado, ex mano derecha de Shin, me negaba a llamarlo, porque sé que sigue en contacto con Shin y no quiero verlo ni en figuritas, pero él los encontrará, pienso—Está bien querida, no te preocupes, si te llama, o  te enteras de algo, por más insignificante que parezca, debes informarme.

—Claro, así será.

Le entrego algo de dinero, para que no olvide que puede ganar mucho más, si consigue lo que necesito.

Ella lo guarda y enseguida busca su móvil, así la mantendré motivada.

Camino a mi suite, me duelen los pies, asique me quito los zapatos por el pasillo, son de taco aguja. He aprovechado a visitar unos amigos en Estambul, y casi no he podido probar bocado. Todos me preguntaban por Alex,es que en cada lugar donde viajamos, hemos hecho amigos, y siempre me lo recuerdan. Maldigo la hora que conoció a esa chiquilla tonta.

Me arrojo en la cama.

Suena mi móvil.

—Erick, ¿No puede estar un solo día sin llamarme? Si sigues haciéndolo, pensaré que te has enamorado de mí.

—Sabes que no eres mi tipo.

—Tú tampoco lo eres, pero me encantaS

—Tengo buenas noticias. Sé dónde están.

Mi corazón salta de la emoción.

— ¿Qué? Dímelo ya…

—En Golyazi. Pude sobornar al que piloteó el avión y escuchó que contrataron una camioneta hacia ese destino.

—Eres el mejor Erick. Creo que tenemos que festejar.

Ríe—Claro Nicole, aguárdame en la suite.

Corto e inspiro aire profundamente.

Erick es tan hermoso, creo que soy adicta a él.

Preparo el hidromasaje, le coloco sales perfumadas, llevo la copa con mi vino preferido y me sumerjo.

Cierro mis ojos, imaginando la noche de pasión que me espera, mientras bebo de mi copa.

La dejo vacía sobre el suelo y en ese instante siento una mano que presiona mi boca, y no me deja respirar.

Abro los ojos asustada. El toilette está repleto de hombres con trajes negros y caminando lentamente entre ellos, aparece Shin. La única persona en este mundo que me aterroriza.

El que sostiene mi boca me suelta.

— ¿Qué haces aquí?—pregunto furiosa, pero con calma, no es bueno alterarlo, conozco bien las consecuencias.

—Nicole, Nicole… ¿Acaso pensaste que con divorciarte te desharías de mí? Eso sucede con tus leyes, en tu mundo, pero recuerda que yo me rijo por las mías, y en el mío  lamento informarte que no existe el divorcio, o la separación. La mujer que ingresa, no puede salir, cuéntaselo a la bella Sandy, dile que me encargaré de ella, en cuanto tenga un poco de tiempo.

— ¿Qué quieres?—tiemblo y tengo la mandíbula apretada

—Verás, tengo unos amigos árabes que buscan mujeres americanas, y tú harás de cupido ¿No me digas que no te gusta el papel? Creo que naciste para esto.

—Ve al grano.

—Eso es lo que más extraño de tí, esa brutalidad para expresarte—sonríe, luego se pone serio y continúa—necesito que consigas cinco americanas, bellas, jóvenes, y fértiles, los señores quieren tener descendencia, también necesito a la esposa falsa de tu amante ¿Cómo se llamaba?¡Ah! ¡Sí! ¡Sophía! Un amigo ruso quedó impactado con ella, la necesito, traéla con las otras.

—Ella ha desaparecido, nadie sabe dónde está.

Se acerca, se agacha y tira de mi cabello hacia atrás.

— ¡Suéltame, me lastimas!—grito de dolor, mientras mi cara mira hacia el techo. Coloca su rostro casi pegado al mío

—Es lo que necesito— mientras estoy sumergida en el agua—Sabes que no hay imposibles para mí, y tampoco los hay para tí.

Luego se retira, y sus hombres salen detrás de él.

Me quedo llorando.

—Maldito seas Shin, voy a matarte, juro que te mataré algún día—mientras golpeo la superficie del agua, y sigo llorando.