Capítulo 11: Martin: “Convencer al juez”

Golpeo la puerta, una señora la abre

—Buenos días usted debe ser ¿La tía de Sophia, verdad?—pregunto tímidamente. La mujer lleva el cabello corto blanco, y posee anteojos. Viste sencilla y me mira con desconfianza.

—Así es ¿Quién es usted?

Extiendo mi mano para saludarla, pero la señora arquea una ceja y me mira con recelo.

Sonrío.

—Soy el socio y mejor amigo de Alexander Green Carter, el jefe de Sophia…

—Ellos tienen algo, no es sólo trabajo, ella supone que no me he dado cuenta, pero no soy tonta. He llamado a su oficina, porque estoy preocupada, no me ha escrito desde que se fue, y su teléfono está siempre apagado. Me dijeron que estaban en un viaje de negocios. Con John estamos pensando en llamar a la policía, si sigue sin contestar.

—John ¿Está aquí?

—Vive ahí enfrente—señalando el departamento que está detrás de mí.

— ¿Podría llamarlo? Sería bueno hablar con todos.

—Pase, le enviaré un mensaje

Entro a su departamento, el lugar es sencillo, lleno de cuadros y de aroma a comida casera.

Me acerco a  uno de ellos, que está repleto de flores multicolores.

— ¿Los hace usted?

—Sí, querido, es mi cable a tierra, desde que pasó lo que pasó, ha sido mi tabla de salvación...

—La muerte del padre de Sophia ¿Verdad?—indago, cualquier dato por insignificante que parezca puede servir a la causa, me dijo Will.

—Así es— mientras sirve dos tazas de té humeante—era mi hermano. Desde joven fue un dolor de cabeza para toda la familia, siempre de fiesta en fiesta, pero eso no fue nada, cuando comenzó con el juego, mi madre lo echó de la casa. Yo fue son contarle iba a retirarlo de la comisaría. Cuando conoció a Irma, pensamos que había cambiado, que por fin había madurado, nació Sophia, él había dejado la noche y  las apuestas pero después de nacer Tomi, ella falleció en un accidente y volvió al juego. Cuatro años tenía Tomy cuando se quitó la vida en el cumpleaños de quince de Sophia, ni para morir tuvo un poco de empatía. –Suspira—en fin…no te aburriré con mi pasado, quiero saber de Sophia...

—Es que, lo que me cuenta es importante, todo está relacionado…

En ese momento golpean la puerta, la señora Glenn quiere levantarse.

—Deje, iré yo—me levanto y cuando abro la puerta una chica de cabello rojizo hasta los hombros, crespo y con una mirada alegre, está del otro lado.

Los dos quedamos impactados al vernos.

—Hola—cuando por fin salgo de esa especie de trance.

—Hola, soy Julia la amiga de Sophia…tú eres...

Le extiendo la mano—Soy Martin, el amigo de Alex.

—Sophia me habló de tí —Alex me habló de tí—decimos al mismo tiempo.

 Nos miramos y nos sonreímos.

Me corro y entra.

Su presencia le ha aportado colores a esta noche. Tranquilo Martin prometiste no enamorarte, pienso, ya viste lo que le pasó a tu amigo.

Ella saluda  Glenn y se sienta enfrente mío.

—Sophia me dijo que eres un buen amigo.

—Alex me dijo lo mismo de tí…

Seguimos sonriendo, Glenn nos mira a ambos, hace unos sonidos, pero al ver que no desviamos la mirada, se levanta

—Traeré un poco más de té. John estará llegando.

Cuando la señora se retira, se inclina hacia mí— ¿Sabes algo de ella?

—Lo sé todo, ellos está ocultos y bien, pero necesito que tu ayuda, y la de todos. Debemos colaborar en la causa, Will  el abogado que los defiende, y me pide que declaremos, que contemos cómo es Sophia, que ustedes cuenten lo de su padre. El juez necesita saber cómo es ella, y que no sería capaz de cometer esos delitos sino fuera porque fue amenazada.

— ¿Qué hizo? No me lo contó—susurra.

—Envío dinero de personas millonarias las cuentas de los mafiosos, colaboró con ellos porque la tenían amenazada.

Glenn entra y tocan la puerta.

Abre, es John apenas me ve, exclama de mala manera

— ¿Qué hace este tipo aquí?—mirando a Glenn.

—Pasa, siéntate, trae noticias de Sophia, y quiere hablarnos.

—Estoy con Paris.

Paris se asoma, por detrás— ¿Puedo pasar?—enseguida cuando me ve— ¡Hola Martin!—entra y me abraza — ¿Cómo estás? Desde que estuvimos en la mansión de Nicole, no supe más de tí.

Observo que Juli, la mira de reojo.

— ¡Bien!, bueno un poco preocupado y ocupado con lo que le pasó a nuestros amigos

— ¡Qué gran amigo eres! ¡Alex debe estar orgulloso de tenerte!—continua diciendo, me ha soltado pero permanece muy cerca, me alejo.

—Somos hermanos, no de sangre, pero lo somos desde pequeños. Vine a hablarles de cómo podemos ayudarlos.

Cuando todos estamos en la mesa, comienzo a explicarles.

—No les mentiré Sophia está en graves problemas legales, y Alex, por ayudarla a escapar, también.

—Pero ¿Qué dices? —la señora Glenn, con el ceño fruncido.

Inspiro aire profundamente antes de comenzar. No pienso ocultar nada, ellos nos necesitan y debemos estar a la altura de las circunstancias.

—El día de la fiesta de Garamond, un policía amigo me llamó, tenían órdenes de interrumpir la fiesta y llevarla a la cárcel, todos los móviles se dirigían allí. La estaban buscando hace un tiempo.

Glenn se cubre la boca.

—Estuvo pagando durante años, la deuda que le dejó su padre, y la amenazaron para que cometiera delitos para ellos, ella accedió para protegerlos, pero quedó filmada en muchas de las cámaras de los bancos.

Glenn hace gestos con la mano—Por favor, habla bajo, Tomi duerme.

—No sabían su nombre pero la buscaban,  y cuando el comisario la vio en la televisión la reconoció y pidió su detención enseguida. Yo pude advertirle a Alex, y él no dudó en llevarla lejos, hasta que todo pudiera aclararse.

—Quizás hubiera sido mejor, hablar con los jueces, ellos deberían entender su situación—dice John ofuscado.

—Escucha John, si ella no se hubiera ido, ahora estaría en prisión, y te aseguro que no es agradable, hasta que dicte sentencia puede ser 6 meses o 1 año. Pudimos evitar eso, pero es necesario que todos ustedes declaren y cuenten la vida de Sophia, la de su padre y todo lo que pueda aportar para demostrar que fue coaccionada, y que ella no se dedicaba a estafar a la gente, ni vivía de eso.