5/07/22.
Era un día soleado y la familia que ahora conformaban Matthew, Harry y Diane se encontraban en la playa, el mayor se había quedado en una asoleadora dejando que su piel pálida se bronceara con ayuda del sol, mientras que el ojiverde junto a la pequeña hija se encontraban jugando con la arena en la orilla dejando que el agua los mojara levemente.
Matt estaba usando una pantaloneta blanca y unos lentes de sol cubriendo sus ojos azules, Harry con una pantaloneta azul turquí dejando su torso desnudo y su pequeña hija usaba un vestido de baño de una pieza de varios colores.
Los gritos de la pequeña Diane y de Harry que disfrutaban de la playa molestaban a Matt, por lo cual este hace una mueca y se levanta de la cama asoleadora para subirle el volumen a la música, su esposo al darse cuenta de aquel gesto, hace una mueca de tristeza y después de unos minutos se levanta de la arena junto a su hija para acercarse al mayor pensando en decir lo que tiene en su mente sin que el otro se moleste.
-Cariño… ¿por qué no vienes con nosotros? Diane…
-¿Qué pasa con Diane, Harry? – interrumpe Matt mientras se sienta quitándose sus lentes mirando con fastidio a su esposo y la pequeña.
-Yo… um… no quiero molestarte, y menos discutir en un día tan lindo, pero…
-Harry, ya me estás molestando, ¿no ves que me tapas el sol? Vete a jugar con la niña y déjame intentar no lucir como un puto fantasma.
El que Matt lo trate de esa forma y se refiera así con respecto a Diane empieza a irritarlo, pero cierra sus ojos y toma unas cuantas respiraciones profundas mientras soba la espalda de la pequeña cuando esta recuesta su cabecita a su hombro.
-Matty, ¿entonces para qué vinimos a la playa si esto podrías hacerlo en casa o en otro lugar? Vinimos para pasar un momento en familia, por favor, no te pido un gran esfuerzo, Matthew – Harry intenta manejar el tono de su voz haciéndola sonar suave para no discutir con su esposo frente a su hija, ya que, al tener casi cinco años, aunque no lo parezca empieza a entender lo que hablan los mayores.
-Mierda, Harry, pero tu propusiste venir aquí, no yo, ¿por qué coño también me añades en el plan si sabes que odio la maldita playa?
-Cuida tu lenguaje, Matty, por favor, Diane también es tu hija… – murmura el ojiverde meciendo suavemente a la niña, la cual se encuentra cargada contra la cadera de Harry y con su cabecita todavía en el pecho del que es su padre.
-Diane es una carajita que no entiende un malparido carajo de lo que estoy hablando, Harry, deja de ser tan idiota y no me pongas de mal humor.
-Matt, solo te estoy pidiendo que pases cinco minutos con nuestra hija, no veo eso como algo muy difícil…
-Todo era mejor cuando éramos solo nosotros dos, Harry – interrumpe Matt nuevamente ahora levantándose – No sé tú, pero yo me voy de aquí, estoy harto de tu insistencia para que conviva con una carajita que nunca he querido en mi maldita vida.
Al escuchar aquello Harry se queda completamente quieto en su lugar mirando fijamente a Matt con sorpresa y sus labios entreabiertos mientras el otro se va caminando molesto hasta la camioneta en la que llegaron hasta la playa.
Harry sigue a Matt hasta el auto intentando irse a su lugar feliz mentalmente mientras juega con la manita de Diane, cuando consigue despejarse un poco, acomoda a la pequeña en la silla que hay en el auto especialmente para ella y luego de que Diane le da una pequeña sonrisa, Harry le da un beso en la frente y cierra la puerta para subirse al asiento del copiloto y de inmediato, sin esperar a que se abroche el cinturón, Matthew enciende el auto empezando a conducir para salir de la playa. Ese día nunca será un buen recuerdo para Harry.
Cuando llegan a la casa, Matthew aparca la camioneta en el garaje y se baja enseguida, Harry lo mira con lástima, se bajo igualmente del auto y abre la puerta de los asientos de atrás para sacar cuidadosamente de la sillita a Diane que en el trayecto se quedó profundamente dormida chupando su dedo pulgar.
***
-Harry, ¿qué es esta mierda? – dice Matthew enojado saliendo del garaje, Harry apenas alcanza a oírlo ya que está en la sala – Harry, respóndeme cuando te estoy hablando.
-¿Qué pasó, cariño? – Harry está acostumbrado a que Matt lo trate de esa forma, aunque sabe que eso está mal… pero todo lo hace por amor y su familia.
-¿Dónde está la carajita, Harry? – Matthew se encuentra con el ceño fruncido notablemente molesto, lo cual el ojiverde no entiende.
-Te agradecería que dejes de llamar así a nuestra hija, lleva bastante tiempo con nosotros, ¿no crees que su nombre ya quedó muy claro? – dice Harry serio mirando a su esposo de la misma forma.
-Harry, no tengo paciencia…
-No me importa, Matthew, trata bien de una jodida vez a nuestra hija, por favor.
Matt al notar lo tenso que se ponía Harry pasó su mano por su cabello y suspiró.
Pocas veces se le veía al ojiverde de esa forma.
-Harry, Diane mojó todo el maldito carro...
-No es su culpa que tu hayas estado tan desesperado por largarte de la playa, es una pequeña niña de cinco años – Harry interrumpe a su esposo – Perdón porque no me haya dado tiempo de secarla y cambiarla, no te casaste con Flash, Matthew – dice Harry irónicamente y dejando el televisor encendido, se va de la sala y sube las escaleras para verificar que Diane no se haya despertado.
-No estás tomando el tema con la importancia que lo requiere, Harry, tu nunca lo entiendes – murmura Matt a espaldas de Harry pensando que este no lo escucharía, pero el que no haya sido así, molestó al ojiverde.
-¿Qué dijiste, Matt? Creo, o espero no haberte escuchado bien – dice Harry sin voltearse a mirar a su esposo.
-Siempre pones de primer lugar a esa carajita, desde que llegó solo te enfocas en ella y el resto del mundo no existe, ¿acaso... ya no me amas? – Matt se acerca un poco a Harry hasta llegar a estar detrás de él y sujeta su brazo derecho.