Niko
Acabo de llegar a mi apartamento, y siento como si este día hubiese sido el peso de una semana entera, eran las 5:37 de la madrugada y no había dormido nada. Tenía entrenamiento a las diez de la mañana, y no sabía como me las iba hacer para poder estar en plena forma, después de la nochecita que había tenido. Pero ella...creo que habría valido la pena cada minuto en esa azotea. Al menos Kev, estaría este finde con mis padres.
Dejo las llaves del coche encima de la isla de la cocina, y me dirijo a mi habitación, me quito la ropa, y me pongo unos pantalones cómodos cortos de deporte.
Me siento en el borde de la cama, el eco de esa conversación en la azotea sigue rondándome la cabeza. La chica...no me había dicho su nombre, pero no importaba, para mi era como un pequeña pixie, con esa belleza, y esos ojos verdes, llenos de algo que no termino de comprender. Miro mi móvil, dudo, pero al final hago lo que siempre hago cuando me siento así. Inhalo profundo y comienzo hablar, aunque se que estas palabras no van más allá que al vacío.
CHAT: LEAH <3
MENSAJE DE VOZ.
Hey, Leah...sé que debe sonar como una estupidez, y probablemente te estas riendo de mi desde donde estés, pero...anoche estuve en la azotea. Si, nuestra azotea. Esa, que compre por que tu siempre decías que ese lugar era un pedazo de cielo en esta ciudad de locos. Aunque si he de ser sincero, anoche no iba con la intención de buscar tranquilidad o reflexión a nuestro sitio, si no tal vez a cometer una de esas estupideces por las que me hubieras insultado. Compre el edificio por ti...para que nadie más pudiera estar en nuestro sitio. Para tener al menos un lugar en el que pudiera sentirte cerca... ¿sabes? No dejo que nadie suba ahí, solo a Loui por supuesto. Es mi regla. Pero...
Hago una pausa, buscando las palabras.
Anoche me topé a una chica ahí. Al principio me molesté. No por que estuviese en la azotea, si no por que me había interrumpido, aunque si somos justos realmente la había interrumpido yo a ella. Estaba a punto de tirarme a Gema Pierce en la azotea, en nuestro sitio. En ese lugar que era como un santuario, o mejor dicho, lo es. ¿en que clase de idiota me he convertido Leah?
Siento el peso de la soledad, esa misma que ha estado ahí desde que ella se fue, y continúo, a pesar del nudo en la garganta.
Luego pensé que, bueno, que no había forma de que otra persona pudiera entender lo que significa ese lugar. No me gustan las sorpresas, ya lo sabes. Pero...algo en ella...tenía algo raro, algo como lo tuyo, pero más intenso. Ese brillo en los ojos, esa forma de querer escapar y a la vez quedarse. No sé como explicarlo. No he podido sacármelo de la cabeza. Sé que tú siempre me decías que debía abrirme más a la gente, pero... ya sabes que nunca fui como tú. Y sin embargo eres tú la que no está....
Está chica era diferente. Suena raro, lo sé, pero es verdad. Me hizo pensar en ti, no sé por qué, pero de repente fue como si ese sitio hubiera sido menos mío y tuya y más de...de los dos. De alguien nuevo. No tiene sentido, y dirás que estoy loco, pero lo sentí así.
Me recuesto en la cama, mirando el techo. La pausa se alarga, y finalmente suelto algo que he estado evitando desde hace tiempo.
Te extraño, Leah. A veces no se como continuar sin ti, a veces me pregunto si te podría haber ayudado, y haber evitado ese final. Todo esto de la universidad, los partidos, las fiestas... no tiene sentido. Me esfuerzo por mantener todo en orden, sobre todo por que sé que Kev me necesita, pero nada se siente igual. Nadie me entiende como tú, ni siquiera el cabeza hueca de Loui. No dejo que nadie me conozca, porque... no sé. No quiero perder a nadie más. Pero esta chica...se veía tan pequeña, tan delicada...siento que...
Suspiro, sabiendo que no hay respuesta, que es solo mi voz en la habitación vacía. Pero sigo hablando, porque, aunque sea en vano, es como si por un momento Leah estuviera ahí, escuchándome.
Bueno, lo dejo así. Igual no creo volver a verla. Aunque si la encuentro de nuevo... a lo mejor, debería dejar de ver esto como una intrusión. Quizá es una señal para cambiar algo, no sé. En fin, buenas noches, Lee. A veces me gustaría poder verte aquí abajo... aunque sé que estás mejor ahí arriba. Porfa, sigue brillando más que cualquier otra estrella, yo siempre te estaré observando.
MENSAJE ENVIADO
MENSAJE BORRADO
Espero algún día comprender por qué, por qué carajo Leah hizo lo que hizo, porque no me pidió ayuda a mí... a Louies...
Luego de sentirme derrotado, decido dormir un par de horas antes del entrenamiento, con la esperanza de recuperar las fuerzas y que el entrenador no se de cuenta, de que no he dormido las horas que debería y eso afecte a mi rendimiento. No puedo permitirme equivocaciones.