Todos en el instituto estaban muy emocionados y no paraban de hablar del festival, estábamos a menos de un día que fuera.
Me emocionaba porque habría un baile, me imaginé lo que Alondra hubiera hecho de saber que haría un baile. Hubiera saltado de la felicidad y no me habría dejado de insistir en ir a buscar unos vestidos para ir combinadas.-Como la extraño- hablé por lo bajo.
-Bueno ya sabes que te pondrás- hablo Camila.
-Aún no, eso de usar vestido no es lo mío.
-Por Dios Mili, tienes que lucir ese cuerpo que tienes, eres demasiado linda solo que no te sabes arreglar, pero descuida yo lo solucionaré.
Yo no tenía el cuerpo de una modelo, no tenía muchas curvas ni demasiado pecho, después de todos los días que pasaba sin comer y llorando adelgacé demasiado, pero poco a poco he ido recuperando peso, pero aún sigo estando muy baja de mi peso ideal.
- No ni loca dejaré que me pongas- repele- nada de esos vestidos que solo te cubren lo necesario y enseñan lo demás; Yo estoy bien con mis vaqueros y mi sudadera.
-No, ni loca irás así.
- Que tiene de malo, es cómodo- defendí mi ropa.
-No tiene nada de malo… pero es el baile e irás con Aron, aparte ya tengo el vestido, que es perfecto para ti.
-No, ni loca- la imité-dejaré la comodidad de mi sudadera por un vestido.
-Mili ya lo he decidido y no está en juego si quieres o no.
-"Está bien mama"-Me crucé de brazos para demostrar mi descontento.
- Pues si no te comportaras como una niña pequeña, no tendría que obligarte.
Hablar de mi mamá me recordó, un poco a Ale, ya que aunque me haya hecho mucho daño, yo la consideraba de mi familia aún sabiendo la verdad.
-A qué hora llego a tu casa para que me transforme en una "Mean Girls"- traté de reprimir una risa.
-Hay Dios que comparación, llega a las seis para estar a tiempo.
-En serio tú eres Regina George por mando - reí
-Y tú quien serías- hablo con ironía.
-Yo sería el claro ejemplo de Damien.
Comenzamos a reír.
De regreso a casa nana se encontraba preparando la cena, nuestra comunicación iba regresando, al que tenía sin ver después de lo ocurrido fue a mi padre; ya que había salido de viaje según lo que nana me dijo.
Cada que me ponía a pensar en lo que mi padre me contó, un dolor emergía de mi pecho así que solo hice lo mejor que sé hacer, fingir que nada de eso pasó, sé que está mal, pero aún no puedo superar muchas cosas y reprimir eso por algún tiempo serviría.
El día pasó muy rápido, la noche se hizo presente, el olor a café rondaba la casa tome una ducha y me puse mi pijama, bueno realmente no era un pijama es solo una sudadera y un pans holgado.
-
Al día siguiente me levante tarde, entonces tome rápido de mi armario un pantalón negro y una sudadera roja y salí rápido de mi casa, lo único bueno era que por el festival hoy solo asistiríamos hasta medio día, ya que la escuela era una de las encargadas en ayudar a organizar.
Corrí para llegar a mi salón, rezando que el profesor aún no llegara y por suerte así fue el profesor aún no se encontraba.
-Pero que cara te cargas-hablo Camila mientras tomaba asiento al lado de ella.
Trate de fingir una sonrisa-Se me ha hecho tarde-
-Lo he notado-rio y yo le puse mala cara. Después de eso el profesor Pablo se disculpó por llegar tarde y comenzó a dar la clase.
Cuando terminaron las clases, decidimos ir por un café, al entrar la cafetería estaba casi vacía, no había muchas personas, y reaseguro porque la mayoría se preparaba para la noche. Yo solo no podía dejar de pensar en Alondra y lo feliz y emocionada que estuviera.
-¿Estás bien?- pregunto Camila antes de darle un sorbo a su café.
-Si solo he recordado que tengo que hacer algo- Tome mi mochila- Nos vemos a las seis en tu casa-salí caminando de la cafetería, Camila quedo con cara de completa confusión.
Me dirigí al cementerio donde se encontraba Alondra, camine por el lugar, que de tantas veces que había venido ya conocía el lugar perfectamente. Cuando llegue a la fosa donde ella se encontraba, tome asiento.
-Hola- hablé- Tanto tiempo sin venir pequeña- jugué un poco con mis manos- sabes me haces mucha falta, cada día que pasa te extraño un poco más- se dibujó una sonrisa en mi rostro, mientras mis ojos se comenzaban a cristalina.-Sabes he conocido a alguien, un día lo traeré, en el tiempo que hemos pasado me ha hecho sentir de nuevo.- las imágenes de Aron y yo aparecieron en mi cabeza.
-Solo quiero que sepas que lo estoy logrando; estoy intentando ser feliz, por mí, por nosotras es pronto para decir que soy completamente feliz, pero lo intento, han pasado demasiadas cosas-suspire-pero sé que lo podré superar, solo quería que supieras que por fin estoy cumpliendo la promesa que te hice.-seque mis lágrimas y me levante, mire por última vez la lápida de mi hermana- Gracias, por haber estado en mi vida-
Salí del cementerio y me dirigí hacia mi casa, cuando llegue entre directo a bañarme, al salir saqué una ropa cómoda, ya que en la casa de Camila me arreglaría.
Siendo sincera me encontraba un poco nerviosa, porque nunca había asistido a un baile con alguien, no sabía cómo comportarme o que hacer.
Antes de salir de casa me despido de Nana ella asistirá al festival, pero llegará más tarde; salgo de casa, el sol está a todo su fulgor, por suerte la casa de Camila no es muy lejos.
Cuando llego ella ya está lista- Dios te ves muy bien- lleva un vestido rojo que queda perfecto con su piel blanca y Hacienda sus curvas, el corte del vestido que es en cuadrado que levanta sus pechos y se ve tan sexi.
-Gracias- responde un poco sonrojada-Bueno pues comencemos contigo que solo tengo una hora para arreglarte.
Sacó todo su maquillaje, su plancha secadora etc., tome haciendo en una silla y comenzó a arreglarme, solo veía como agarraba sombra tras sombra, labiales etc.