Mili
Me encontraba parada enfrente del armario, apuntó de volver a sacar mis cosas para pintar, entre en él, la caja se encontraba hasta el fondo de todo.
Aún se encontraba como yo la había dejado con un poco de polvo, en cima de ella se encontraba un osito de peluche de Alondra, un elefante rosa.
Saqué la caja y el peluche y los llevé dentro de mi habitación, no puedo me repetí cuando deje la caja sobre la cama y comenzaba a sacar las cosas.
Recuerdos invadieron mi mente, Alondra jugando mientras yo pintaba o dibujaba, pero uno siempre en especial, La noche en que fui violada, horas antes para entretenerme hice el dibujo del sol con el atardecer.
-A pesar de que el sol se esconda, al siguiente día volverá a brillar con mayor intensidad - hablo mi padre mientras miraba lo que dibujaba y yo asía pucheros porque comenzaba a oscurecer.
Sonreí en un gesto amable- Algún día seré como el sol, pero en la pintura papá- hablo aquella niña de ojos miel y cabello quebrado, con unas cuantas pecas.-Seré una excelente Artista pintando y alumbrar con mi arte a las personas- reí.
-Tú sin necesidad de hacer nada alumbras a las personas con tu sonrisa, pequeña- me abrazo.-Bueno comienza a recoger porque pronto llegarán mis amigos- ordeno.
Quien se imaginaría que al siguiente día su luz se apagó y se llenó de varias nubes de dolor, lágrimas y mucho sufrimiento.
Recordar duele, y más cuando esos recuerdos son de cosas que nos han lastimado, destruido, es por eso que no quería regresar a dibujar.
Saqué mi antiguo cuadernillo y comencé a ver mis pinturas y dibujos, cada dibujo que cambiaba, una lágrima rodaba por mi mejilla.
Cómo era ingenua, cómo creí que toda la gente era buena, y duramente medí cuenta que no, qué hay gente mala que te lastima, que destruye cada parte de tu ser, crecer fue doloroso para mí, de niña quería ser grande, pero ahora solo quiero regresar a esos momentos donde yo era pequeña, donde nada dolía.
Quiero volver a sonreír y que nada vuelva a doler, ni que mi mente diga que no soy digna de serlo, quiero volver a mirarme a un espejo y no dudar de mí, poder aserrarme a las personas y no pensar que me lastimaran, tener el valor y coraje de afrontar lo que pase y paso.
Limpie mis lágrimas y tome mi teléfono, sabía que no lo podrá hacer sola así que marque el número de Aron.
Aron: -Hola- saludó- ¿sucede algo?-
Mili: Puedes venir a mi casa- mi voz era casi un susurro
Aron: salgo para haya
Acomode mis cosas, y esperé a que llegara. El timbre de la puerta sonó y bajé por él, por suerte Nana no se encontraba, ya que salió a arreglar unos papeles. Entramos a mi habitación.
-Que sucede Mili- se preocupó al ver mis ojos rojos.
- El maestro de Arte me dejo hacer una pintura, pero duele y no quiero derrumbarme.
-No lo aras, eres más fuerte de lo que crees-me ánimo.
-Sé que no, pero cuando tú estás conmigo lo soy tú me hace ser más fuerte.
Lo tomé de la mano y lo atraje asía mi, uni nuestros labios en un reconfortante y lento beso, después hundí mi cabeza en su pecho.
- Tú puedes- dejo un beso en mi cabeza.
Me despegué de él y acomodé mi lienzo para comenzar, tome el pincel entre mis manos, las cuales templaban, cuando iba a dar el primer pincelazo, él me tomó de la otra mano.
- Aquí estoy no estás sola, nunca volverás a estarlo- susurró.
Tome firme mente y comencé a pintar deje llevar mi mano y mi imaginación; Recuerdos y más recuerdos, cada pincelada el dolor aumentaba, entre lágrimas y muchos colores, termine.
Caí al piso, llore, gemí y grite como nunca, se inclinó hacia donde yo me encontraba, me atrajo junto al limpio mis lágrimas, estuvo conmigo no hablo, solo dejo que llorara y se lo agradecí porque desde ace tiempo lo necesitaba.
Cuando estaba más calmada, me ayudo a levantarme sin despegarme de el- Gracias- le hablé.
Tengo mucho que agradecerte, y agracias por no juzgarme, por no marcharte.
-No tienes que agradecerme, te quiero y por eso lo hago, ahora ¿Quieres ver tu obra maestra?
Sinceramente no quería ver ni quería ver la porquería que había hecho, porque sabía que después de eso nada bien podría haber salido, lindo o como una obra maestra.
-No, Bueno si- dude
Nos acercamos hacia él, lo primero que note fueron los colores, el contraste perfecto, era un paisaje maravilloso, pero la figura principal era una linda y enorme mariposa, de un lado se encontraban los colores de un hermoso atardecer y del otro un triste y oscuro anochecer.
-Es...-no tenía palabra
-Perfecto- complementó por mí.
****
Faltaban dos semanas para terminar el semestre, los exámenes finales empezarían en la anti penúltima semana.
Estas dos semanas las disfrutaría al máximo con Camila y Aron, ya que no hemos pasado demasiado tiempo juntos.
-Camila corre- pase a su lado
-¿Por qué? ¿Estás loca?- grito por todo el pasillo.
-CORRE!!!- volví a gritarle, y no tuvo más remedio que hacer lo que decía.
-Que pasa contigo, me has hecho a ser todo el ejercicio de un mes- se quejó mientras entrábamos a la cafetería.-Bueno ahora dime cuál fue la urgencia, de que escapábamos-
-Quería alcanzar una meza vacía, ya sabes que a esta hora se llenan todas- reí
¡-Dios!! Estás loca Mili, por eso me has hecho correr-exagero.