Mañana nos iremos a la casa de mis suegros, a pasar el fin de semana con ellos. Después de tanto tiempo sin verlos ya es hora de visitarlos. Milo, mi esposo debe llegar hoy temprano para ayudarme con los últimos preparativos del viaje. En ese momento escucho la puerta principal ser abierta y después ser cerrada.
__ ¡Llegue a casa! –Anuncio mi esposo en la entrada.
__ Bienvenido a casa amor. _Le dije a mi querido esposo que recien llegaba a donde estabamos.
__Papi _Adrián se le abalanzo a los brazos de Milo-
__Hola campeón. _lo cogio en sus brazos para darle un fuerte abrazo.
__Vamos a comer, antes de que se enfrié.
La mesa ya estaba lista por lo tanto solo faltaba que sirviéramos la comida, nos sentamos cada uno en su silla a compartir nuestro día. Terminamos de comer y Milo me ayudo a terminar de organizar las cosas que faltaban para el viaje.
Sueño de Emma
¿Dónde estoy?... Ya reconozco este sitio, es su apartamento. ¿Pero qué hago aquí? Acaso es un sueño, si debe ser eso.
__Emma tenemos que hablar –su voz es hermosa.
__Claro amor ¿Sucede algo? –le respondi animada su semblante ha cambiado.
__ Si, lo que tengo que decirte es que lo nuestro se ha acabado para siempre. –Tan fácil lo dijo que sus palabras me apuñalaron el corazón-
__¿Q-que estás diciendo? ¿Por –me aclare la garganta para continuar- Porque me estás diciendo esto?
__El suspiro fastidiado- ¿Que no es obvio? Ya se acabó el amor, creo que nunca existió el amor entre nosotros. Me voy y olvídate que alguna vez tuvimos un nosotros, quédate con el apartamento.
Esas fueron las palabras suficientes para romper por completo mi corazón, desde ese día, desde ese trágico día que perdí mi todo lo que conocía.
__Entonces ¿Por qué me enamoraste?... ¿Por qué me dijiste todas aquellas palabras de amor?... ¿Por qué me hiciste falsas promesas de amor? Me alejaste de ellos, por tu culpa ellos murieron. –mis lágrimas me nublaron la vista, y no logre ver lo que hacía hasta que ya era tarde, le di un golpe que le hizo girar el rostro-
__Emma eres muy inocente, después de tanto tiempo aun sigues con esa cara tan estúpida creyendo que todo es color de rosa, mira lo que le sucedieron a ellos –dijo con una sonrisa maléfica.
__Eres un idiota...Te odio, te odio –no pude controlar mis sollozos que cada vez eran más fuertes.
__No me interesa si me odias o no. No me importa nada que tenga que ver contigo. Toma –me tendió un par de llaves- por tu servicio, el apartamento es tuyo.
Cada palabra suya rompió mi corazón, no aguante y le volví a dar una cachetada que con la fuerza que utilice le rompí el labio, el solamente se tocó el labio y su sonrisa se volvió más fría. Cogió su maleta y salió por la puerta para no volverlo a ver nunca más.
Fin sueño de Emma
Desperté agitada de aquel sueño, llevaba mucho tiempo sin tener aquel sueño. Pero eso no importa ahora, ya amaneció y si queremos llegar a tiempo debemos alistarnos rápido.
Milo aun dormía a mi lado, así que decidí dejarlo dormir un rato más, mientras despertaba a Adrian y bajaba a preparar el desayuno para irnos.
Salí de mi habitación y entre a la de mi hijo a despertarlo, él es más difícil arreglarlo para tenerlo listo a tiempo. Cuando estuvo listo fuimos a despertar a su papa, un papa que se encontraba acobijado hasta la cabeza. Adrian se lanzó a despertarlo saltando encima de él, así lo despertó inmediatamente mejor como yo lo habría hecho.
__Ya, ya estoy despierto, pequeño diablillo –se dio la vuelta y lo tomo en sus brazos para hacerle cosquillas.
__No... No más Pa... Papi. Ya no más –hablaba entre risas
__¿Te rindes campeón?... Dime y te suelto –le bajo la intensidad a las cosquillas para escuchar su respuesta-
__¡No! jamás, nunca me rendiré –recupero su aire y tomo una gran bocanada preparándose para lo que se venía-
__Ese es mi hijo, nunca rendirse, nunca vayas a dejar tus sueños no los abandonaras nunca ¿Lo prometes? –Adrian asintió y le dio un beso en la mejilla- Buenos días amor.
Baje a desayunar, mientras Milo se alistaba. Cuando bajo ya estaba todo servido, desayunamos tranquilamente en medios de risas y bromas, un desayuno familiar.
Al acabar de desayunar, me ayudaron arreglar la cocina y revisamos que todo quedara bien cerrado, antes de emprender nuestro viaje de mini vacaciones. Tomamos las maletas ya listas y las metimos en el coche.
El viaje fue de cinco horas, cinco horas en las que estuvimos jugando y cantando a todo pulmón así que el viaje se hizo relativamente corto. Al llegar a la casa nos recibió un gran portón con la insignia familiar en la cabecera de este, y en la puerta ya estaba Sergio esperándonos.