Haunter 2 - El Corazón del Cazador

Otra Mañana en Casa Blotter

Ya sé que se complica entender la familia Blotter porque todos usan los mismos nombres, así que acá les dejo un árbol genealógico simplificado, que sólo incluye a los Blotter que aparecen en la historia.

*    *     *

Había una sola cosa mejor que dormirme en los brazos de Brandon: despertarme en sus brazos.

A juzgar por lo oscuro que estaba el cielo que veía desde la ventana, era demasiado temprano. Brandon estaba profundamente dormido. Se había atrevido a apartar uno de sus brazos de mí, pero sólo para sujetar mi mano sobre su pecho como solía. Estaba irremediablemente despierta, y sabía que no podría levantarme sin perturbarlo. Intenté en vano volver a dormir. Entonces intenté escurrir mis dedos entre los suyos. Si lograba hacerlo sin despertarlo, tendría una oportunidad. Estaba por conseguirlo cuando su mano apretó la mía y sus labios rozaron mi frente.

—Buen día, amor —musitó, los ojos cerrados.

No me pregunten por qué, pero que me llamara así en esa situación catapultó mi romanticismo por las nubes. Nada de levantarme. Tenía cosas más interesantes por hacer antes. No se despertó completamente, gruñendo y ronroneando, sin ofrecer ninguna resistencia. Ya casi amanecía cuando me levanté y lo arropé, besando su sien.

—Te amo —susurré, aunque sabía que ya había vuelto a dormirse.

Me duché, me vestí y bajé como cualquier otro día, la imagen de él durmiendo en mi cama ensanchando mi sonrisa.

Me detuve ante el salón oriental de camino a la cocina, pero la pelotita permaneció apagada. Extraño. Sin embargo, todo estaba tranquilo en la mansión, así que no me preocupé. Llené la cafetera, la puse a trabajar y fui a la biblioteca.

Pase —dijo mi teléfono cuando llamé a la puerta.

—Buen día. ¿Joseph, Edward?

Edward. ¿Cómo estás?

—Bien, gracias. Creo que fue el stress. ¿Cómo va todo con Cristine?

Mejor de lo esperado. Lizzie y los niños la llevaron a ver el amanecer en el Quabbin.

¡Excelente!

Sí. Charlotte le recuerda a su hija, eso ayuda.

—Qué suerte.

Lo que hiciste anoche fue arriesgado. Pero funcionó. Como funcionó con tu Kujo.

Asentí con esa sonrisa que sólo me curvaba los labios cuando pensaba en él o me lo nombraban. No importaba que lo hubiera visto hacía apenas unos días. Hubiera regresado a Pennhurst esa misma mañana.

—Estaré en la cocina si me precisan.

Joseph se me unió mientras desayunaba y conversamos sobre la teoría de Brandon. Coincidimos en que debía tener razón, aunque no parecía que fuera una maldición. La partida de Ann Marie probaba que no estaban prisioneros en la mansión. Era más como que algo había obligado a Cristine a ocupar el lugar que Ann dejara para restablecer el número de espíritus residentes.

Le pregunté cómo eran sus interacciones con los vivos antes que yo llegara, y me sorprendió que me dijera que siempre se habían mantenido separados, en su propia dimensión paralela, hasta que Grace fuera designada guarda de Casa Blotter, unos veinte años atrás.

Joseph recordaba que había habido discusiones entre los Blotter de la generación de Grace, hasta que ella había hallado la manera de poner fin a los debates y convertirse en la nueva guarda. Pero justo antes que ella tomara posesión de la mansión, había venido con otra persona de la familia. Habían tenido una discusión tan violenta, que los ecos los habían alcanzado en su plano. Habían hecho lo posible para mantenerse aparte, pero no lo habían logrado por completo.

Peleaban por el derecho de Grace a ser la guarda —recordó Joseph—. La otra persona argumentaba que se suponía que la mansión pasara a la línea de Henry. Y Grace insistía en que esta otra persona ni siquiera tenía derecho de estar aquí.

—¿Por qué la línea de Henry en vez de Grace, que pertenecía a la línea sucesoria de James?

Cambian de línea con cada generación para mantener el equilibrio. El último guardián había sido mi hijo Stephen, y antes que él, Arthur, el hijo de Ann Claire.

—Oh, lo recuerdo. Nieto de James. Cambió su apellido a Blotter cuando su padre dejó a Ann Claire para huir con otra mujer. —Y Ann Claire había sido la nieta de Ann Marie que había regresado a la mansión después de morir para terminar disolviéndose hasta desaparecer.

Sí. Todo un escándalo.

—Me imagino. Arthur quedó lisiado en la Segunda Guerra y se retiró a vivir aquí, ¿verdad?

Sí. Le dejó la mansión a mi hijo, de modo que el siguiente guardián tendría que haber sido uno de los hijos de los mellizos.

Uno de tus sobrinos.




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