Haunter 2 - El Corazón del Cazador

Temblores

No nos detuvimos a discutirlo, pero tanto Isaac como Trisha y yo esperábamos que fuera Brandon quien decidiera qué hacer a continuación y cómo. Porque a pesar de que pretendía seguir en segundo plano, era quien estaba habituado a coordinar trabajo de equipo en situaciones raras.

—Antes de decidir nada, tenemos que encontrar las dos estrellas restantes —dijo, molesto porque le endilgáramos la responsabilidad.

Tenía razón, por supuesto, así que Isaac y Trisha salieron a buscarlas con las coordenadas del mapa, mientras Brandon y yo subíamos a ducharnos y quitarnos las ropas sudadas.

—Ésta no era la idea —rezongó desde la ducha—. Se suponía que yo me limitaría a verlos a ustedes solucionar todo este lío.

—Te dije que tienes este aura tiránica de líder nato que no puedes evitar —repliqué entrando al baño—. Esto resultó mucho más que un fantasma enojado revoleando cosas, y todos confiamos más en ti para tomar las decisiones.

—Bla, bla, bla —gruñó, rascándose la cabeza vigorosamente bajo la lluvia tibia—. Necesitamos que sean ellos quienes toman las decisiones.

—Para el proyecto. Pero esto ya no es sólo un piloto para tu compañía.

Terminé de desvestirme y entré a la ducha, empujándolo suavemente para poder cerrar el cubículo. Miró hacia atrás ceñudo y me hizo lugar, manteniendo la cabeza bajo la ducha para terminar de enjuagar su cabello.

Esto era una de las cosas que más disfrutaba de estar con él: una ducha juntos podía ser lo más sexi del mundo, o simplemente una charla mientras nos lavábamos, como ahora.

—No trajiste equipo suficiente para que vigilemos las siete estrellas mientras extraemos una o dos —comenté—. ¿Qué haremos?

—Creo que la que debemos vigilar es la que está aquí, en la mansión. Los dos lugares: el estudio y el pozo en el sótano —replicó sin vacilar—. Si se produce algún cambio apreciable, seguramente será allí.

—¿Porque es el centro de la estrella, reuniendo o irradiando energía?

—Sí. Podemos concentrar el equipo en esos dos puntos. Cámaras, micrófonos, lectores de campo, cámara térmica, incluso grabadoras y SLS, por las dudas. El problema es que si vamos a extraer dos estrellas al mismo tiempo, vamos a estar los cuatro ocupados.

—Dos equipos de dos: uno extrayendo la estrella y el otro filmando.

—Exacto. Así que no quedará nadie para monitorear los instrumentos.

—¿Nadie? Tenemos seis Blotter para que nos ayuden.

—¿Tú crees? ¿Y cómo?

—Mensajes de texto, o una llamada con la app de hablar abierta. Deberíamos probar y ver qué funciona mejor.

Brandon rió por lo bajo. —Si hace diez meses alguien me hubiera dicho que recurriría a espíritus para que me ayuden en una investigación paranormal.

—Oh, pero eso era antes y esto es ahora.

—Oh, sí —susurró en mi oído.

Ya había terminado de ducharse, y al parecer había decidido que se me había acabado el tiempo de aseo, el maldito. Acabé echándolo del cubículo, porque no buscaba acción, sino divertirse molestándome. Algo que me parecía adorable, pero no podía mostrarlo o jamás podría ducharme tranquila con él cerca.

Susan me ganó a hacer el almuerzo, y por una vez no me molestó. Era muy buena con las recetas veganas, y Trisha y yo acabamos sumándonos a los elogios ese mediodía.

Cuando nos planteamos qué par de estrellas extraer, coincidimos todos en que la de la casa de huéspedes y el galpón eran las mejores candidatas. Estaban incrustadas en madera, no en piedra, y aun si era la única línea que coincidía con puntos cardinales, las restantes aún formarían una figura simétrica, en caso de que eso tuviera alguna importancia .

Después de comer, mientras Trisha y los Cazadores instalaban el equipo en el estudio y el sótano, yo me senté con los Blotter a pedirles ayuda y explicarles lo que precisábamos que hicieran. Accedieron antes que terminara de hablar, y creo que se alegraban de poder ser algo más que observadores pasivos por una vez, sobre todo porque esto los afectaba a ellos más que a nadie.

Decidieron que Edward se apostaría en el estudio con mi teléfono y Joseph en el sótano con el teléfono de Trisha, ambos ya conectados con los de Isaac y Brandon, para informarnos cualquier cosa que observaran. Lizzie pidió que le diéramos algo para hacer, de modo que las damas vigilarían las estrellas en ambos extremos de la cerca. Los mellizos irían al bosque a vigilar las otras dos estrellas.

Brandon insistió en ser quien filmaba mientras Isaac les explicaba a los señores Blotter a qué prestar atención en cada instrumento. Trisha y yo también tomamos cámaras para ayudar a documentar un momento tan surrealista, en el que un investigador paranormal les enseñaba a dos espíritus a usar tecnología de cazafantasmas. Como fuera, tratándose de Isaac, todo resultó tan natural como la breve plática que Brandon tuviera con ellos esa mañana. Hasta logramos varias tomas excelentes, porque los Blotter aparecían en la cámara térmica y el SLS.

—Nadie lo creerá —rió Trisha.

—Por lo que me importa —replicó Brandon—. Es fantástico.

Luego llegó el momento peliagudo de llamar a Mike para preguntarle si tenía alguna herramienta que nos ayudara a extraer las estrellas sin dañar la madera. De más está decir que se ofreció a unírsenos y hacerlo él mismo. O sea que Susan me iba a detestar un poco más que de costumbre, si era posible.




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