PARTE 3

Un viernes, sería un día cualquiera para otros, pero para mí resultó ser un día muy intrigante, después de haber salido de mis clases de piano, me detuve en la sala un rato, de hecho, estaba muy cansada, tan agitada, que ya no pude más, así que, sin tener opción, decidí darme una siesta, una del que sin darme cuenta quedaría atrapada en el misterioso secreto y la oscuridad.

Ring, ring, ring, vibraba un ruido extraño, entonces me desperté, era mi celular, se hallaba en mi bolso y no dejaba de sonar.

-Rayos, ¿qué hora es? - me pregunté, había perdido la noción del tiempo, todo estaba muy oscuro, no podía ver absolutamente nada, así que quise tomar mi móvil de mi bolso, pero al hacerlo o a penas intentar cogerlo, este se apagó.

Las ventanas comenzaron a sonar muy fuerte, el viento era imparable, era como si alguien jugara con este, abriendo y cerrando. Entonces cogí mi bolso, y comencé a dirigirme hacia la puerta, tocando y tocando cada mueble del salón, hasta que de pronto, toqué algo, “¿Qué es esto?” se siente como un líquido, ¿que sería? No sabría decirlos porque no podía ver. De repente, todo se calmó nuevamente, el ruido se había ido, ahora se encontraba todo muy silencioso, tanto así, que mi corazón empezó a latir muy fuerte.

Mi móvil volvió a sonar

-Pero, ¿Qué pasa a esta cosa? -  dije en voz alta y en tanto desesperada, de pronto, escuché una risa, y venía de alguien que estaría a tan solo unos pasos y por dé tras de mí, era como la de una niña, ¿habría alguien más aquí?

Lo más pronto que pude, cogí mi móvil y al prenderlo vi todo mi mano manchado de rojo, ¡era sangre! Nuevamente mi celular dejó de funcionar.

Grité y corrí como si huyera de alguien.

Salí por aquella puerta, en mi mente estaba “no mires atrás”, me repetía una y otra vez a cada salto que daba, sin darme cuenta había salido de aquel instituto.

Decisión que por el momento parecía la correcta, pero del que quizás me arrepentiría por el resto de mi vida.