Decir que estaba molesto era poco, y es que ni Liam sabía el por qué de su mal humor, a veces se preguntaba si la palabra "paciencia" existía en su diccionario, sin embargo, a través de los años se había dado cuenta de que el estrés en su vida sólo iba en aumento y él necesitaba quitarse toda esa mala energía siendo una mierda con las demás personas.
Así que ahora, mientras guardaba papeles y papeles de un nuevo caso en su maletín, se detuvo un poco para observar a la persona frente a él y de paso soltar otro botón de la camisa que se sentía demasiado apretada siendo que sólo habían pasado apenas dos horas desde que había salido de casa vestido con uno de sus trajes.
- ¿No te da curiosidad? - Preguntó Luke mientras jugaba con uno de los lápices típicos que regalaba el buffet de abogados donde trabajaba.
- Ya, no quiero saber y no quiero conocerlo. - Liam sentía que le daría algo, estaba seguro de que su rostro se quedaría para siempre con la expresión molesta de tanto que fruncía el ceño. Quiso echarle la culpa al nuevo caso en el que estaba trabajando, ya que estaba siendo demadiado agotador como para querer llevar un horario de comida y descanso normal. ¿Cuánto había dormido? Sí, apenas una media hora y que Luke, el hermano de su difunta esposa le viniera a hablar sobre un tema que lo cabreaba más, claramente no ayudaba.
- Pero tiene el corazón de mi hermana, aunque de todos modos no es como si supiéramos mucho, el director del hospital lo único que nos dijo fue que el chico tenía 20 años, apenas dos años menos que yo.
- Dije que no me interesa. Ahora quítate que tengo que ir donde otro abogado.
Liam lo escuchó suspirar mientras se removía en la silla donde generalmente se sentaba la gente que venía a contratar sus servicios. Conocía a Luke desde hace muchísimo tiempo, quizás desde que el menor tenía 10 y él 12, así que la confianza que tenían era suficiente como para soltarse las verdades a la cara con la intención de ser honesto y generar unas cuantas heridas en el proceso, eso para mala suerte de Luke, porque Liam lucía como una roca tan dura que ni la más filuda cuchilla podía rayarla.
Y es que en realidad, Luke no sabía que lo que más le incomodaba era que le hablaran de su esposa, no porque fuera un pasado que le gustaría borrar, al contrario, haría lo que fuera por traer ese pasado de vuelta, tenía que ver más con el hecho de que sus verdaderos sentimientos estaban puestos ahí, así que de alguna manera, hablar de ella y que sobre todo Luke, que era el hermano, hablara de ella, lo hacía sentir un poco expuesto. Por lo tanto, su único refugio era ser un mal nacido con una de las personas a las que les guardaba un gran cariño.
Luke salió de la oficina y Liam lo siguió para caminar juntos al ascensor, no sin antes decirle a su secretaria que estaría fuera por un tiempo.
Entraron al pequeño elevador pulsando el botón de la planta principal y cuando descendió, Luke se giró a su dirección, esta vez su mirada lucía más lastimosa que antes.
- Li, sabes que mi hermana no quería esto para ti, tienes que aprender a dejarlo, ni siquiera estaban jun-
- Ni te atrevas a ir por ahí. - Graznó, girándose para observarle con presunta molestia y cortando las palabras cuando se dio cuenta del final y sentido de estas. - Lo que yo crea o piense no es tu problema, así que deja ese discursito sobre lo que sería bueno y malo para mí.
- Dios. - Luke lo miró con desapruebo, negando con la cabeza y dando un paso hacia atrás, aumentando la distancia. - Eres demasiado gruñón, contigo no se puede.
- ¿Sí? Que bueno. - Respondió con sarcasmo mientras desataba un poco su corbata, se estaba sintiendo demasiado ahogado.
- Nadie te va a querer así, Li.
Liam enarcó una perfecta ceja y no hizo más que observarlo a través del reflejo que otorgaba el vidrio de las puertas polarizadas.
- Mejor así entonces.
***
Zayn jugaba con los dedos y golpeaba suavemente el piso con la suela de su zapato mientras el nivel de ansiedad crecía. Las puertas del ascensor se abrieron al tiempo que un "ding-dong" se escuchaba, indicándole que había llegado al piso destino. No pudo evitar soltar una risita.
Estaba demasiado nervioso, nadie sabía que su alta había sido hoy, por ende, llegar al apartamento compartido con uno de sus amigos sería toda una sorpresa. Y básicamente, eso esperaba que fuera, incluso había mentido horriblemente sobre el periodo de rehabilitación, diciéndole a todos que no aceptaban visitas porque sus defensas estarían tan bajas, hasta el punto que cualquier contacto con el medio externo sería muy peligroso. Y en parte, era cierto, pero no tan exagerado como él lo había escrito en el grupo de WhatsApp que tenía con los estúpidos de sus amigos. Él sólo no quería que la gente se preocupara demasiado por él.
Llegó hasta la puerta del apartamento y rebuscó en los bolsillos pequeños de su bolso para sacar la llave. Cuando la introdujo se escuchó un ligero clic y la puerta automáticamente comenzó a abrirse. Mordió sus labios reprimiendo la gran sonrisa que llevaba debido a la emoción, incluso sentía que lloraría. Abrió la puerta por completo y arrojó el bolso en la entrada, tirando los zapatos y corriendo por el pasillo hasta llegar a la sala.
- ¡Lou! - Gritó cuando vio a Louis con el ceño fruncido observando el desorden de papeles esparcidos por la mesa, un cigarro a medio fumar se encontraba entre sus labios.
Louis pegó un salto y abrió sus ojos cuando sus miradas se encontraron. Zayn sólo se quedó parado ahí sonriendo abiertamente y el mayor lucía como si hubiera sido pillado en algo malo.
- ¡¿Z-Zayn?! Oh- ¡¿Qué haces aquí?! Es decir, tú... - Louis lo apuntó y Zayn soltó risitas a punto de moverse hasta su sitio. Sin embargo, el mayor abrió más los ojos, escupiendo el cigarro hacia la mesa y formando una "o" con sus labios, lo cual era gracioso porque sólo hacían ver su cabeza más redonda, pero ese no era el punto, Zayn notó la mirada de horror que le daba mientras levantaba ambos brazos.