Heartbeat (adaptación Ziam)

02

El sol del día pegaba fuerte en su cara, de tal forma que abrir sus ojos era casi doloroso. Las nubes no estaban por ningún lado aunque intentara buscarlas, y la sombra de los árboles no existía porque el lugar donde se encontraba no era nada más que pastizales tapando las llanuras.

No sabía dónde estaba, Liam no había conocido un sitio así antes. Sin embargo, el sentimiento de tranquilidad que llenaba su pecho era lo suficientemente gratificante como para no preocuparlo.

Y entonces pudo ver a lo lejos la silueta de una mujer que se mecía de manera cálida, como si en cualquier minuto el viento se la fuera a llevar. Y a pesar de que solamente eran contorneadas líneas de una sombra difusa, pudo distinguir que se trataba de ella.

- Perrie. - Susurró contento mientras movía ligeramente sus piernas. Se la podía imaginar riendo fuertemente mientras decía su nombre, sin embargo, su propia sonrisa desapareció cuando notó que cuanto más cerca estaba, más lejos permanecía la silueta.

Comenzó a correr tan rápido como sus piernas se lo permitieron, intentando no desesperarse cuando supo que no podía hacer nada para intentar alcanzarla. De pronto no había pastizales, la tierra bajo sus pies se hundió, obligándolo a caer al vacío, tan hondo que la sensación de sentirse atrapado le ahogó el corazón.

Liam despertó exaltado, jadeando por aire mientras se incorporaba en el sofá donde dormía.

El edredón se encontraba por el suelo y él estaba hecho un lío sintiendo las gotas de sudor deslizarse por los laterales de su rostro. Cerró sus ojos y masajeó su sien hasta sentirse completamente tranquilo. Los sueños con Perrie eran cada vez más recurrentes hasta el punto de volverlo nostálgico. Lo desesperaba un poco, porque se sentía como si la herida nunca fuera a cerrar y como si no pudiera dar ese siguiente paso de superar una relación que había terminado mucho antes de que él se diera cuenta.

Suspiró pesado, sin la más mínima intención de querer darle vueltas al asunto y tomó su celular. Eran las 5:30 de la mañana, las ventanas que daban al balcón mostraban el comienzo del amanecer en Reino Unido.

Sabiendo que no volvería a dormir, se puso de pie medio somnoliento y recitando una gran cantidad de maldiciones hacia su persona por ser tan sensible y no ser capaz de volver a cerrar sus ojos. Caminó hacia el dormitorio y, cuando entró, fue directo en busca de su ropa, pues lo único que vestía era un ligero boxer de color burdeo.

No pensó mucho, y quizás fue el sueño, la somnolencia o porque se encontraba demasiado distraído como para darse cuenta de que estaba vagando por el dormitorio de Zayn como si fuera el suyo propio. Quizás la costumbre, realmente, Liam no sabía qué era, pero entró al baño con toda la calma, y sin darse cuenta de que la llave de la bañera corría, deslizó la cortina.

Mierda y doble mierda. Lo primero que sus ojos vieron fue un trasero redondo, una espalda ancha, la cabellera negra mojada y una voz cantando justo el coro de una canción de Justin Bieber.

Sus ojos se abrieron más de lo normal y estaba seguro de que si hubiera estado bebiendo se habría ahogado. Él no era un pervertido como Louis, que se encerraba horas mientras veía porno. Demonios, no, él no era así. Pero ahora que había despertado completamente al ver ese cuerpo frente a él, no podía evitar seguir mirando de más.

Por un segundo creyó que hubiera sido genial si Zayn no se hubiera volteado, porque ahora la sensación de verlo a los ojos era incómoda. Zayn no hablaba, jadeaba abriendo y cerrando la boca. Liam sólo frunció el ceño un poco cabreado, como si quisiera decirle que no era realmente su culpa haberlo visto así.

Estuvo dispuesto a mantener la mirada por el tiempo que Zayn estimara conveniente, como si de una batalla de quién pestañeaba primero se tratase, sin embargo, algo completamente extraño le llamó la atención. Zayn tenía una cicatriz que ocupaba toda la línea de su esternón hasta terminar en la boca del estómago, eran cerca de 20 centímetros de piel sobresaliente, rosada y clara; no lucía para nada bien, lucía como una cicatriz que le había costado la vida.

El momento terminó cuando Zayn se percató de que él estaba demasiado ocupado viendo algo que no debía.

- ¡VETE! - Zayn gritó, girándose de nuevo. Liam supuso que había sido la incomodidad de saber que había visto la cicatriz, sin embargo, cuando se volteó no pudo evitar darle otro vistazo a su trasero. - ¡¿No te vas a ir?! ¡¡VETE!! ¡Vete, Liam! ¡VETE!

Zayn ahora le estaba gritando y él no se llevaba para nada bien con las voces elevadas. Se cabreó y con un pequeño gruñido cerró la cortina de un jalón.

- De todos modos tenemos lo mismo, idiota, no exageres.

Zayn no le respondió. Liam se quedó de pie al otro lado de la cortina escuchando el agua correr y pensando en la cicatriz. Su curiosidad se vio tentada sin ningún sentido. Nunca había visto algo así, a lo mucho él tenía la cicatriz de su apendicitis del año pasado, pero no algo que lucía como si le hubieran roto los huesos para abrir el centro de su pecho.

- ¡Te dije que te fueras! No que te quedaras al otro lado de la cortina, idio...

Liam se estaba enojando. No esperó a que terminara y sintiendo la molestia, abrió rápidamente la cortina.

- Mira, mocoso, yo... - No terminó la frase porque ahí estaba de nuevo esa cicatriz que Zayn ahora intentaba tapar con sus brazos, luciendo muy avergonzado.

Entonces ocurrió. Iban a ser cerca de las seis de la mañana cuando Zayn comenzó a gritar, gritar y gritar. Incluso siguió gritando cuando Liam le gritó de vuelta que no había visto nada y que sólo había entrado por el shampoo.

Zayn gritó incluso cuando Liam salió de ahí, a pasos apresurados hasta llegar al baño principal donde más que rápido echó el agua a correr por su espalda. Estaba seguro de que había gritado por al menos 15 minutos y Louis nunca despertó.

***




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