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- ¿Sigue mirando? - Preguntó Liam, ahora en la pista, con Zayn abrazado a su cuerpo.

El mayor los giró de tal modo que fuera Zayn el que terminara observando la barra. - Sí...

Liam casi por instinto posó su mentón en el hombro del menor sin realmente preocuparse, aunque cayó en cuenta de lo que estaba haciendo cuando Zayn se tensó. - ¿Qué está haciendo? ¿Sigue solo?

El pelinegro comenzó a jugar con su cabello y luego negó suavemente con su cabeza, sabiendo que Liam estaba lo suficientemente cerca para sentir el movimiento. - No está solo, hay otro hombre más joven, pero se están riendo. Ya no miran.

- Bien.

Zayn titubeó. - ¿E-ese "bien" es bueno o malo?

Liam rió ante su pregunta. - Está bien, Zayn... está bien. Por cierto, se te da bien esto.

- ¿El qué?

- El baile.

Ambos habían estado en la pista desde hace unos diez minutos, pasando de música electrónica a algo de mucho más bajo perfil que hizo que la mayoría de la gente dejara la pista ya que el ritmo no era demasiado animado. Ellos estaban bien con sus cuerpos pegados.

Zayn infló su pecho con aires de orgullo. - Es porque dentro de lo que estudio nos dan algunas clases de baile complementarias. - Soltó sin más recordando las veces que sus padres lo animaron, o las veces que su equipo médico le había dicho que no había problema en estudiar algo que requiriera actividad física alta/moderada o algo que requiriera buena capacidad pulmonar.

Liam enarcó una ceja. Ni siquiera sabía que iba a la universidad, y entendió mejor ahora el por qué Zayn parecía moverse como si no tuviera huesos hace unos minutos atrás, donde había bailado como si todo lo de su alrededor hubiera desaparecido por unos segundos. - ¿Danza?

- Estudio canto. Y a ti también se te da bien esto. - Confesó el menor poniéndose rojo al segundo de haberlo soltado, sin saber por qué le avergonzaba darle un elogio a Liam. - Es decir, para ser abogado y hacer secretamente esto, se te da bien porque no eres profesional ni nada y por eso...

Liam soltó una risa al sentir cómo Zayn casi lo ahogaba en ese abrazo. - Estás divagando.

El menor resopló. - Sí, lo estoy.

- ¿Lo haces porque estás nervioso? También me estás ahorcando.

Zayn destensó el agarre casi de inmediato, echándose hacia atrás por la pura sorpresa de haber hecho eso. Liam se le quedó mirando, un poco curioso, con sus brazos aún abiertos para él. Se quedó en silencio y luego de un rato sin compartir palabras, volvió a rodear los hombros de Liam para seguir bailando sin un ritmo en especial.

- Lo siento por eso.

- No pensé que te cayera tan mal como para que quisieras matarme en medio de una fiesta.

Sintió las mejillas de Liam levantarse, y supo de inmediato que estaba sonriendo a lo grande. Resopló un poco frustrado. - ¿Sabes? No te entiendo, eres diferente a como te imaginé.

- ¿Cómo me imaginaste?

- Cascarrabias, enojón, molesto y sin corazón.

Zayn creía que nunca olvidaría esa primera impresión de Liam; bramando sin paciencia en la puerta de su apartamento compartido como si quisiera maldecir hasta las cosas inertes por ocupar un poco de espacio en este mundo. Como si le valiera nada todo lo de su alrededor y como si no le importara nada más que él mismo.

Con el tiempo descubrió que era alguien responsable, bastante directo y que, efectivamente, le valía nada todo lo de su alrededor, pero sabía que tenía corazón y sentimientos, porque de no ser así entonces no lo hubiera buscado para reconciliarse, y no le hubiera importado esa vez que lo habían acosado en el ascensor.

De repente Liam habló, sacándolo de sus pensamientos idealizados sobre él.

- Admito ser todo eso, pero supongo que has visto otro lado de mí.

Algo meció su corazón, sintiéndose de la nada importante ante el hecho de ver quizás otra personalidad que ni Louis, ni Jade habían visto. ¿Por qué se sentía tan bien? Estaba considerándose como una persona egoísta.

- ¿Eso es bueno?

- Siéntete privilegiado. - Respondió encogiéndose de hombros.

Zayn sonrió risueño, reacomodándose en su sitio y sintiendo el agarre de Liam en su cintura. - Tu ego me sorprende, Li.

- Gracias, a mí también.

De pronto su celular vibró en su bolsillo. Zayn se separó lo suficiente para registrar su saco y sacar el teléfono -no sin antes cerciorarse de que mientras sacaba su celular no cayeran los sobres extraños que Louis le había dado, porque sí, eran extraños para él-. La pantalla se iluminó indicándole que era su alarma.

Vio la hora y se acordó de que tenía que tomar su pastilla.

Liam le dio su espacio con las manos ahora en su bolsillo, volteando el rostro hacia el dj que de a poco comenzaba a cambiar la música a un ritmo más animado.

- Ugh... necesito ir al baño. - Dijo nervioso, esperando que Liam no le dijera "te acompaño" o algo que implicara que él presenciara cómo bebía la píldora para suprimir su sistema inmunológico.

El mayor sólo asintió sin ninguna expresión en concreto. - Estaré en la barra, ¿te pido algo?

- Algún jugo o bebida, pero nada de alcohol.

Y de nuevo se puso nervioso porque tampoco quería que Liam le.preguntara por qué no bebía. Y aunque perfectamente podía decir que no le gustaba el alcohol, a él nunca se le había dado bien mentir; cambiaba su voz a veces y mordía sus labios con insistencia hasta hacerse daño.

Cuando llegó al baño que se encontraba al final del pasillo de azulejos, inspeccionó hasta cerciorarse de que se encontraba solo. De la nada había comenzado a marearse y agradecía que nadie de los presentes ahí dentro había encendido un cigarrillo porque si no en ese momento estaría peor.

Se apoyó en la encimera con sus manos y respiró de manera audible, observándose en el espejo de pared completa. El sudor frío volvió a formarse por su frente y sus ojos se volvieron nublados. No tenía ninguna enfermedad extraña que le hiciera tener todos esos efectos que lo hacían sentir como si estuviera viviendo los últimos minutos de su vida. Básicamente todo era parte de los malditos efectos secundarios que tenía que aguantarse para que sus demás órganos intentaran ser uno solo con su corazón.