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- No lo sé... pero por lo menos no he investigado la vida de mis amigos... ¿se acuerda, doctor? - Jade se acomodó mejor en el sillón y observó con una gran sonrisa al hombre canoso que apuntaba de vez en cuando parte de su relato. - Hasta investigué toda su vida; sus tres matrimonios que, por cierto, Vanessa, la de ahora, es mi favorita.

- Jade... - Su doctor le miró con cara de pocos amigos y ella en respuesta se encogió de hombros, pensando en que su psicólogo no podría juzgarla por todos sus problemas.

- El punto es que ya no lo hago, es decir, a veces vigilo a mis amigos por las cámaras de seguridad de la ciudad... ¿qué? No me mire así, usted dijo que el proceso era lento y eso es lo que estoy haciendo, cambiando lentamente. Por lo menos ya no hackeo las redes sociales del chico que me gusta... ¡ah! Tampoco doy sobres de dinero, ya sabe. Eso de: "gracias por ser mi amigo este mes". Ya no está de moda, así que lo dejé.

El hombre de bata asintió sin ninguna expresión en general que pudiera juzgar las actitudes extrañas de Jade.

- ¿Y lo has intentado?

Jade observó a su doctor, quien no paraba de escribir y escribir en lo que parecía ser su ficha médica. Ni siquiera le estaba prestando una real atención cuando le hizo la pregunta. Supuso que así sería menos incómodo para ella.

- ¿Qué cosa? ¿Suicidarme? - Su doctor dejó de escribir y le miró. Jade negó, bebiendo de la taza con café y recostándose de tal manera que su rostro observara el techo con nostalgia. - Eso quedó en el pasado, doctor. Cuando perdí a mis padres me había vuelto tan dependiente de ellos que no supe valorar mi propia vida. Creo que ese siempre fue mi peor miedo: quedarme sola, y el hecho de no poder superarlo me hizo hundirme en mi propia mierda. Mi cerebro seguía insistiéndome que mi mejor opción era la muerte.

- ¿Qué crees que fue lo que te hizo cambiar?

- Hace poco usted dijo que debería dejar de ver a todos como objetos para mi propia conveniencia, y comencé a ser más humilde, ¿sabe cómo se siente? - El hombre aguardó por su respuesta y los ojos de Jade brillaron mientras sonreía con dulzura. - Como si hubiera comenzado a vivir en serio mi vida.

Jade se despidió de su doctor con una pequeña reverencia mientras le decía un "hasta pronto". Sus citas eran cada vez menos frecuentes y eso de alguna manera se sentía bien, porque significaba que su estabilidad mental estaba sanando.

Cerró la puerta de la oficina y giró sus pies para posar la vista hacia las pequeñas sillas de plástico donde una persona de ojos claros se encontraba echada y notoriamente aburrida.

- Primero fuimos al skate-park, ahora a tu consulta... - Louis hizo una mueca, puchereando. - Por favor dime que ahora iremos a casa, estoy cansado y hambriento, cariño.

Jade sonrió enternecida mientras se acercaba, tomaba su mano y tiraba de esta para ponerlo de pie. - Un lugar más, Lou, un lugar más.

***

- Por cierto, ¿no vas a la universidad hoy? - Zayn paró de comer su almuerzo (cocinado deliciosamente por Liam, por cierto) y levantó el rostro enarcando las cejas curioso al escuchar la pregunta. - Me contaste que estudiabas canto, ¿no?

Negó, intentando no inquietarse al darse cuenta de que Liam no se había olvidado de lo que habían hablado en la fiesta. - Perdí este semestre. No alcancé a matricularme en la fecha de los ingresos especiales, tengo que esperar hasta fin de año.

- ¿Qué? - Liam bajó su tenedor y frunció el ceño ofendido. - ¿Qué jodidas cláusulas son esas? Podría demandarlos, ¿sabes? ¿Quieres que lo haga?

- ¡¿Qué?! ¡Por supuesto que no! Li, por favor... - Zayn cerró los ojos y suspiró. - Sé normal, ¿quieres? Estoy bien así, después de operarme decidí dejar el resto del año para recuperarme, además quedan unos tres meses para que termine el año.

Liam asintió conforme con la respuesta, aunque luego se reprochó mentalmente su comportamiento. ¿Qué quería lograr? ¿Demandar a una universidad sólo por Zayn? ¿Qué le pasaba?

- ¿Hace cuánto te operaste?

Zayn se echó un poco de arroz a la boca antes de contestar. - Ya serán cuatro meses más o menos. - Observó el calendario de kumamon colgado en la pared de la cocina y frunció el ceño, preguntándose quién mierda había traído eso ahí. Generalmente había cosas de Ryan adornando la casa por cortesía de Louis, claro. O de Hamtaro debido a él, pero nada de ese monstruo negro con sonrisa depravada que asustaba a los niños como él. De todas formas, recorrió los números hasta dar con el indicado. - El 29 de septiembre se cumplirán exactamente cuatro meses.

Liam frunció el ceño. Un dolor apareció en su estómago de forma repentina al pensar que también ese mismo 29 de septiembre se cumplirían cuatro meses de la muerte de Perrie. La vida parecía querer recordarle por todos los medios ese cruel recuerdo doloroso, sin embargo, ver a Zayn así, con el rostro arrugado mientras pensaba y las mejillas hinchadas por la comida, lo hacían relajarse de inmediato porque era muy mono.

No aguantándose, levantó la comisura de su boca emitiendo un leve sonido parecido al de una risa, aunque la acción duró poco, porque al percatarse de la mierda que hacía se tensó de golpe y carraspeó duro mientras regresaba a su comida.

- Y tú, Li... ¿siempre has sido abogado?

- Sí, me gradué a los 22.

- Que joven... - Susurró Zayn, pensando en que él tenía 20 y le faltaban unos tres años para graduarse.

- Bueno. - Liam cogió una servilleta para limpiarse, no sin antes tenderle una a Zayn, quien tenía las comisuras de su labio manchadas de salsa. Luchó con la urgencia de limpiarle él mismo, así que agradeció que el menor le hubiera recibido el pedazo de papel porque o sino estaba más que dispuesto a ponerse de pie, estirar el brazo y limpiarlo. Arrugó el papel pensando en que estaba muy mal esa idea en su cabeza. En serio, ¿qué mierda le pasaba? Carraspeó como por cuarta vez y continuó: - Eso es porque adelanté varias materias. Además, entré un año antes a la universidsd.