Hearts Alight: A qué te hago caer

Capítulo 22.

¿Qué idioteces hice anoche?

Capítulo 22.

Puta madre. Que dolor de cabeza horrible. ¿A caso mis neuronas estaban haciendo algunas clase de fiesta en mi cabeza? Porque sentía un pum cada vez que pestañaba. Uff, tenía rato que no me daba una resaca de esas que te hacen cuestionar la mera existencia del ser humano. Los gritos de mi mamá no se hicieron esperar. Cada palabra entraba dolorosamente por uno de mis oídos y martillaba mi cabeza. Aún así, me preparó una de esas sopas con carne que tanto me gustan.

—Prepárate porque la próxima semana empezarás a trabajar —Fue lo último que mi madre dijo después de salir de casa.

Hago el intento de dormir un poco en el autobús, pero el dolor de cabeza es tan pesado que me pongo sensible a cada uno de los sonidos estruendosos a mi al rededor.

—Por fin apareció después de tanto tiempo —El chófer le habla a alguien—. Pensé que tú y la jovencita habían terminado su relación y tan bonita pareja que hacen.

El asiento a mi lado recibe peso. Es raro. Normalmente nadie se sienta nunca a mi lado. Al menos, no desde la vez que durmiendo me tiré unas flatulencias. Culpé al niño que iba a mi lado cuando la señora me despertó para reclamarme, pero a la madre eso no le agradó. No me importó, jamás me arrepentiría de comer tacos de birria incluso cuando soy consciente de que a mi estómago no le cae muy bien.

Levanto la vista para ver a la persona que ha tenido las agallas para sentarse a mi lado. Spoiler: mejor no hubiera sido tan metiche. Está con los ojos cerrados y sus audífonos puestos. ¿Qué diablos hace Lee Taein sentado a mi lado? No, espera.

"¿Por qué tu novio siempre baja antes? Sube una parada después de ti y se baja una antes que tú. Siempre te quedas dormida en su hombro y tiene tu mismo uniforme."

Me lleva la que me trajo.

Fue Lee.

Todo este tiempo fue él.

Pero... ¿por qué?

No lo entiendo.

Tiene la intención de abrir los ojos. Doy la vuelta de inmediato y me hago la dormida.

¿Cómo nunca me di cuenta?

¿Cómo te vas a dar cuenta, estúpida? Si te la pasas durmiendo en el autobús.

¡Pero no tiene sentido!

El autobús pasa por encima de algo grande, por lo que hace que mi cuerpo se zarandee y mi cabeza caiga en su hombro. Estoy muerta. Aprieto los ojos esperando el impacto de su mano contra mi cabeza para apartarme de él. No llega. Es más, acomoda mi cabeza para que no me vaya de lado.

Ya me estoy empezando a preocupar. ¿¡Qué demonios está pasando!?

Es inevitable quedarme tiesa. No pensaba abrir los ojos hasta que él bajara. No podía saber que había estado despierta todo este tiempo. El tiempo llega. Pone sus manos en mi cabeza y la acomoda suavemente en el asiento del autobús. El peso del asiento vuelve a ser normal y es cuando sé que se ha bajado. Abro un poco los ojos y lo veo bajarse una calle antes del colegio.

¿Por qué se sienta a mi lado? ¿Por qué acomoda mi cabeza? ¿Por qué se baja una parada antes? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Lo observo caminar al mismo tiempo en el que el autobús empieza a avanzar. Unas imagines pasan en putiza por mi cabeza. Son recuerdos de ayer. Bebí demasiado, eso ya lo sabía. En los recuerdos puedo ver a Markel reclamándome por haber bebido tanto y sin control. Y también, se me había confesado.

"—Mírame a mí. Me gustas, Jeudy."

También Lee. Lee estaba allá y hablé con el.

"—Necesito que te levantes."

"—Y yo te necesito más de lo que me gustaría admitir."

No, no, no.

El autobús llega a mi destino y ni siquiera espero que pare bien para bajarme de prisa.

Estaba mirando la luna y había alguien sentado a mi lado pero no logró distinguir su cara. Lo próximo que recuerdo es el cuerpo de esa persona aproximarse hacía mí y... besarme.

Mierda.

¿Con quién diablos me besé anoche?

#

Empecé a guardar las cosas en mi casillero.

Hablando de amigas traicioneras, la veo llegar junto a su padre y, saludandolo de manera formal en cuando me acerco a ellos, agarro a mi amiga de la mano y la llevo conmigo al área verde del colegio. Mi amiga sonríe de emoción cuando termino de contarle la historia.

—Por fin lo estás viviendo.

—¿El qué?

—Tus dramas.

Sí, pero, no creía en serio que en la vida aburrida de Jeudy Marshall, algo tan dramático como esto podría pasarme. 

—Sí y tú eres partícipe de ello. ¿Hasta cuando planeabas ocultarme lo de Lee?

—¿Qué pasa con Lee?

—Sabías que se subía conmigo al puto autobús.

Abre la boca; —Ah, eso. Es que no era cosa mía para contarte.

—¿Y si me hubiera hecho algo, Healy?

—Por Dios, Jeudy, sabía que era él desde el principio. No es como si fuera un desconocido.

—¿Desde cuándo lo sabes?

—Desde siempre.

—¡Healy!

—¡Perdón! ¡Perdón! ¡Pero se me hizo tan tierno la primera vez que los vi juntos!

—¡Quiero matarte, mujer! —Me inclino e intento agarrarla de las greñas pero dice algo que me hace detenerme en el aire.

—¡Descubrí quien son mis padres! —dice, de repente, sin un poco de anestesia.

La observo sería, sin decir palabra, esperando que diga que continúe, que me diga que es una broma o simplemente que diga algo. Pero no lo hace.

—¿Es en serio, Healy? —Me siento contenta por ella, sin embargo, nunca me enteré de que estaba buscando a sus padres biológicos.

—Tenía tiempo pensando en sí quería saber quienes eran mis padres biológicos. Ayer hablé con mi papá y le dije que estaba segura y que quería saberlo. Me dio sus nombres, lo único que tiene de ellos.

—Por Dios, Healy. Eso es increíble —La abrazo efusivamente—. ¿Qué vas a hacer ahora?  ¿Vas a buscarlos?

—Sí. Lo mejor es que mi papá me ha dicho que me apoya en lo que decida.

—Yo también te apoyo en lo que sea que quieras hacer. ¿Cuándo quieres empezar la investigación? ¡Siempre me han encantado las películas de detectives!



#7670 en Novela romántica

En el texto hay: romance, latina, coreano

Editado: 24.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.