Hechicé tu corazón

Capítulo 2:

Volteé así a la ventana. Y vi a Lex junto a Rina. Así se llamaba la chica con la que estaba. Después volví la mirada a donde la señora y saqué de mi bolso 10 euros.

— Está bien, dime cómo enamorarlo.

Sinceramente, no pensé en hacerle brujería; solo quería ver qué clase de siniestro hechizo me daba la señora.

La señora rápidamente agarró los diez euros y los metió en su cartera, una cartera vieja de cuero que ya se estaba despegando.

__Mañana el Dios del amor dejará que la Luna se junte con el Sol, como cada siglo, las piedras que ellos controlan y nos dan vida se juntarán también.__

Sonreí en tono burlesco.

__Señora, la Luna y el Sol no son humanos, no son novios ni nada de eso.__

__Exacto, no son novios, son amantes.__

Quedé más desconcertada.

__Me está diciendo amantes en qué forma, amantes de novios o amantes de que uno de ellos engaña a su pareja.__

La señora sonrió y me dijo.

__Amantes, la Luna es la esposa del Dios del amor; ¿no lo sabías?__

__Señora, creo que le afecta mucho el sol; la Luna no es una mujer, no entiende.__

La señora pegó un golpe fuerte en la mesa y,enojada, dijo:

__La Luna y el Sol se juntarán mañana. Cuando se junten, tírate al suelo de rodillas y di : "Luna, deja que Lex me ame sin parar".__

Quedé sorprendida.

__¿Cómo sabe el nombre del chico que me gusta? __

La señora cambió de tema y me dijo

__Pero todo tiene un pre...

No la deje terminar.

__Mire,señora, la Luna no es un dios y si existe el Dios del amor, ¿por qué no se lo pido a él?¿No es más fácil? Por favor, solo déjeme leer tranquilamente y deje de inventar que la Luna cumple deseos;además, ¿por qué mañana?¿Por qué no hoy?¿Acaso solo tiene poderes en el eclipse?__

Me levanté , llegué a recepción y le pedí a la chica que me prestara el libro. Al salir, la señora me alcanzó y gritó.

__El Dios del amor solo une personas destinadas, pero la Luna no.__

Todo el mundo se me quedó viendo; apenada, me tapé la cara con el libro y me dirigí a la parada de autobús, ya que los apartamentos quedaban lejos de la biblioteca.

Llegué a la parada de autobuses y una lluvia leve empezó. Miré las gotas caer; era sorprendente cómo tal cosa podía pasar.

__¿Acaso es porque el Dios de la lluvia está llorando?__

Empecé a reír sola en la parada y todos los carros que pasaban se me quedaban viendo. En eso, alguien tocó mi hombro, volteé y era la señora.

__Recuerda, pídelo de corazón.__

Me pare enojada. Empecé a maldecir.

___Ya déjeme de seguir; no quiero rogarle a un eclipse que me deje estar...

Cuando volteé, donde la señora estaba, no estaba. Me volví a sentar. ¿Acaso me estaba afectando hablar con la señora? Llegó el autobús y me subí...




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