Esa noche llegué a mi apartamento; mi amiga no estaba. Después de ir de compras, se había dirigido a una fiesta. Estaba feliz por ella; está haciendo nuevos amigos. Mientras tanto, yo estoy aquí, me tiré a la cama y no me podía borrar a la señora de la mente. Tomé una nota y apunté las palabras que ella me dijo que le dijera a la Luna. No sé por qué lo hice.
__Luna, deja que Lex me ame sin parar.
Encendí el televisor y me puse a ver una serie cuando me entró gran hambre. Bajé y puse a calentar en el microondas una comida que había dejado en la mañana. Me senté en la mesa chiquita que había, ya que era un apartamento pequeño, y vi por la ventana donde se podía observar la Luna.
__No sé qué me pasa, algo me dice que lo que la señora me dijo es cierto.__
Algo dentro de mí quería creerle a la señora que, si le decía al eclipse lunar que me diera a Lex, me lo daría, pero otra parte de mí decía que no. Existe una leyenda donde dice que los destinados están amarrados por un hilo rojo invisible. Me pongo a pensar, si esa leyenda existe, ¿quién será mi alma gemela?
Me llegó el sueño y me fui a dormir como a las tres de la mañana; mi amiga llegó borracha y tuve que bajar a traerla.
__¿Qué te pasa si tus padres se enteran de que tomaste? Me matarán .___
__Ay, amiga, solo fue un traguito, jajjaj.
La miré.
__No puedes ni caminar sola.
La subí poco a poco a la habitación; mientras la llevaba arriba, me sorprendí con lo que dijo.
__Mañana puedes crear tu destino con Lex gracias al eclipse lunar.
Estaba en el show.
—¿De qué hablas,Yana?
Mi amiga me miró desconcertada, con sus ojos medio cerrados y con hipo.
__ Que de que yo no te he dicho nada.
Empecé a reír.
__Estás tan borracha que no te acuerdas. Vamos, sube rápido.__
La llevé a su cama y la dejé ahí y me fui a la mía.
Al día siguiente pasé en casa ayudando a mi amiga con su resaca. Lo odié; odio cuidar borrachos. La primera vez que lo hice fue a mi amigo. Él tenía 17 años y yo 16 cuando se emborrachó y, para que sus padres no se dieran cuenta, yo tuve que cuidarlo de la resaca y, si hay algo que odio, es el vómito y más si huele a cerveza.
Ya era tarde cuando mi amiga me dijo.
__Vamos a ver el eclipse a la terraza de un chico que invitó a casi toda la uni.
La miré con una sonrisa.
__No puedo, tengo que leer dos libros para mañana y por cuidarte a ti hoy no los he empezado.__
Mi amiga me miró con una sonrisa pícara.
__Estará Lex.
Mi cara se puso roja.
—Pero estará con Rina,dime, son novios.
Mi amiga, quien estaba recostada en la cama, se sentó y me miró directamente a los ojos.
__Sí son novios desde hace 2 años.__
__Que eso es imposible, él vive en otro país. _
Ella me miró y me dijo.
_¿Por qué crees que Lex ganó? La beca fue para ella.
Mi corazón sentía celos,odio,tristeza,rabia, envidia.
__Bueno, no importa, habrá alguien que me guste, ¿verdad? No es el único chico.__
Mi amiga se levantó y agarró el baño.
__Tienes toda la razón; irás entonces.__
Me lancé a la cama de mi amiga y me inventé una mentira.
__Hablaré con mis padres más tarde; no creo poder ir, pero dime tú qué tal te diviertes solo. No vayas a tomar.__
Era obvio que mi amiga no se creyó mi mentira...