Y si tienes suerte en esta vida, puedes conocer personas que llegan a entender que tan rotó estas por dentro y compartir tú dolor.
-Teen Wolf.
CALEB.
Septiembre 26 de 2016, 8:30 AM.
El fingir desconcierto no me ayudará en nada para escapar de esta situación, lo se, es de cobardes, pero ¡Vamos!, ¿quien es su sano juicio se levanta como loca y te señala con el dedo diciendo tu me besaste, tu me besaste?. Estamos en una etapa donde si le decimos a una chica que no la besamos va a saber que es mentira, pero si le decimos que si la besamos va a decir que somos unos pervertidos aprovechadores.
Prefiero que piense que es mentira.
—No sé de que hablas—mi rostro lleno de seriedad podría estamparse en un papel y ya lo verían como el de un ladrón. Lo mejor de mí es que se ocultar mis emociones, la mascara de frialdad siempre será como un escudo para mí.
—No te hagas el tonto, Caleb—baja la voz y lentamente se levanta de la cama para acercarse a mí, retrocedo—. Me besaste y luego borraste mi memoria.
—Repito, no se de que...
—¿Enserio quieres que piense que solo fue un sueño? Porque se sintió muy real.
Frunzo el ceño y me permito entrar a su mente; aquel recuerdo del beso hace pantallazos en su memoria. Puedo ver que quiere asesinarme, y eso hace que sonría un poco, pero vuelvo a mi seriedad.
—¿Y si lo hice que tiene?—muy bien Caleb, a la defensiva, así te odiara más—. Solo fue un beso, no significo nada.
—Con las ganas con las que me besaste no parecieron no significar nada.
—Las ganas del momento querrás decir.
—¿Y por qué borrar mi memoria si no significo nada?—se acerca e inspecciona mi rostro—, podrías haberme dejado ahí, sin tocar mi mente. Pero no pudiste porque sentiste más que sólo deseo, ¿o me equivoco?
Un silencio muy incomodo se forma entre los dos. La chica que hace momentos estaba llorando se fue, siendo remplazada por una chica que puede excitarme con una sola mirada.
—Yo...
—¡Chicos hay que irnos, la policía esta por las calles!—grita Jack desde las escaleras.
Salvado por los gritos de mi mejor amigo.
Sonrió con burla a lo que ella entrecierra los ojos pensando en millones de formas de matarme sin que nadie se entere. Wow, si que fue grave el que haya borrado aquel grandioso beso de su memoria.
—Bien, señorita sexy—canturreo rodando mis ojos, me doy la vuelta para irme pero me detengo volteándome a verla, esta de espalda y tengo una increíble vista de su trasero—. Nos vamos en 10 minutos, más te vale ser rápida.
—Imbécil.
Acomodando mi alargado cabello marrón hacia atrás bajo las escaleras encontrándome a toda mi familia riendo sobre alguna foto que les muestra la señora Roden, veo a mi hermana pequeña reír ante las cosquillas que Jack le hace en el estomago y eso hace que sonría y que los celos por el hecho de que no se ría así conmigo aparezcan.
—¿Y Emily?—pregunto confundido, creí que estaría con sus padres. Jack deja de jugar con mi hermana y se voltea hacia mí con el ceño fruncido.
—Pensé que estaba con ustedes—explica levantándose de su lugar, lo detengo antes de que cruce la puerta en busca de ella.
—Yo iré—le digo siendo consiente de que Emily teme que Jack la vea transformada. Estoy segura que entro en pánico y se transformo, como siempre.
Corro al patio trasero notando una luz roja iluminar todo el pasto, la casa y quizás las demás casas también. Mis manos tiemblan al abrir la puerta para salir.
Conozco a Emily desde que tengo memoria, somos amigos y el que tuviéramos que fingir que no nos conocíamos lo hacia muy difícil para nosotros. La quiero demasiado y soy consciente de que teme de si misma; le asusta no tener control sobre su poder y hacerle daño a alguien, se todo lo que le atormenta día y noche, y siempre la abrazo escuchándola decirme que se siente mal por Hannah, que desearía poder decirlo todo. Ahora que ella lo sabe creo que Emily tiene miedo de lastimarla.
También se que se merece alguien que la ame tanto que duela, aunque suene cursi es así. Se merece todo por luchar contra su poder queriendo ser el bien. Es por eso que fui yo quien animo a Jack a confesarse a mi amiga, sabiendo, por el hecho de haber leído su mente, que él esta enamorado, y juro que fue buena idea animarlo, o así me pareció hasta que lo vi diciéndome lo idiota que era. Ella lo rechazo.
Controlar la mente de Emily para que se animara a ir a la casa de Jack y confesarle que también le gustaba no fue muy bueno, se supone que yo no me debería meter entre ellos, que era problema de ella el no querer herirlo. Pero no me pude resistir, ella se sentía tan mal, su corazón latía como loco cambiando su imagen y me permití controlarla por unos segundos haciéndola entender que estar con Jack es lo mejor. No hay nadie que pueda amarla románticamente tanto como él.
Trazo mi camino hacia donde Emily esta sentada llorando abiertamente, su cabello rojo esta flotando en el aire y su cuerpo irradia fuego por todas partes. Mierda, esto sucede cuando se pone mal, los vecinos la pueden ver y llamar a la policía, o peor, puede querer matar a alguien tan solo para calmar el dolor que siente.
Con pasos sigilosos me acerco a ella, a cada paso que doy puedo sentir el calor del lugar y las flores rosas que antes había donde ella esta ahora son solo un polvo negro que se expande por todo el pasto verde.
—Emily—susurro con las gotas de sudor cayendo por mi frente, se que solo mi amigo es capaz de controlarla y hacer que se calme, pero no quiero que ella se sienta mal si lo daña sin querer—. Emily, soy Caleb.
Veo como rápidamente alza su cabeza hacia mí, el color verde de sus ojos es remplazado por un verde tan hipnotizante como brillante, y el contorno de ellos están desbordados en lágrimas del color de la sangre. Puedo distinguir que le hizo daño a sus mejillas con sus uñas, solo raspones que pueden curarse en segundos, pero la idea de que se siga lastimando me altera.