—Zeus— Heracles musitó soltándome repentinamente a lo que yo me tambaleé. Helios en un pestañeo ya se encontraba a mi lado sosteniéndome evitando que cayera —Oh rayos, lo siento— me vio apenado y yo negué.
—Gracias— le sonreí a Helios recomponiéndome —Mi amor ¿está todo bien? — fingí tranquilidad ante su furioso rostro.
—¿Qué haces aquí? — preguntó entre dientes. A lo que me acerqué a él.
—Solo ayudaba a Heracles— sonreí —Por lo visto va por buen camino gracias a Helios— Helios sonrió, pero la mirada furiosa de Zeus borró su sonrisa —¿Has terminado ya con lo que mi padre necesitaba? — pregunté.
—Si— se limitó a decir —Helios sígueme— ordenó dándome la espalda para comenzar a andar.
—Heracles es todo por hoy— Helios dijo y él asintió. Fue tras Zeus alejándose hasta entrar a un salón.
—Lo has hecho bien— besé la frente de Heracles.
—Creo que ya he entendido lo que Helios y tú me trataban de decir— suspiró sonriendo —Tengo que mantener la cabeza fría y la ira contenida— asentí con emoción.
—Ahora ve con Hebe y solucionen las cosas— limpie una mancha de tierra de su mejilla —Dile lo que me has dicho sé que va a comprender, como también dile que te he prometido cuidarte, aunque sé que al final no será necesario— sonreí —Eres fuerte, serás un buen guerrero—.
—Gracias— dijo emocionado —En verdad gracias por todo— hizo una reverencia antes de marcharse a paso rápido.
Suspiré sintiéndome orgullosa de él. Caminé hasta el salón donde Zeus y Helios estaban. Supongo que hablaban sobre lo que sea que haya sucedido con Thanatos.
—Lo que hiciste no está funcionando, siempre termina yendo hacia ti— mis pasos se detuvieron justo enfrente de la puerta al escuchar a Zeus.
—No sé porque pasa— Helios dijo —Se supone que ella no debería de hacerlo— ¿de qué carajos hablan?
—Te dije desde un principio que lo que hiciste iba a ser una pérdida de tiempo ¡cuando tu maldito plan fracase y ella recuerde todo va a liármela a mí! Espero que sepas decirle que esta decisión estúpida ha sido solo tuya— Zeus se escuchaba ¿cabreado? —Sabes muy bien que ella está enamorada de ti y ningún poder estúpido hará que eso cambie ¡esto es una mierda! — gritó —No sabes cuánto hubiese deseado que ella jamás te hubiera conocido— fruncí el entrecejo confundida. ¿acaso Helios tiene una novia? ¿Pero por qué Zeus le reclama?
—No tienes ningún maldito derecho en decirlo— Helios comenzaba a sonar molesto —Si yo no le hubiese conocido ¡ella ya estuviera muerta! — gritó —¡No tienes ni una maldita idea de lo que esa mujer ha sufrido por tu maldita culpa! — «¿Por su culpa?» pensé —Si yo no hubiese estado a su lado ella hubiese cometido cualquier locura—.
—No quieras venir a echarme la culpa de todo esto— dijo Zeus —Tu solo te aprovechaste de la situación ¡sabiendo que ella estaba casada! — gritó.
—Cierra la maldita boca— Helios elevó la voz —¡Al menos pude darle momentos de tranquilidad en tu maldito caos! — gritó —Ella no se merecía todo eso y aun así seguiste haciéndolo—.
Empuje las puertas entrando como si no hubiese escuchado nada antes que se matasen ahí mismo.
—¡Oh lo siento! ¿Les he interrumpido? — llevé mi mano hasta mi boca. Zeus extendió su mano hacía mi dándome a entender que me acercara lo cual hice hasta tomar su mano —¿Están bien? — pregunté inocente al ver que ambos no se soltaban la mirada.
—Hera— Helios volteó a verme —Lo siento mucho, pero voy a pedirte que no te acerques al campo de entrenamiento—.
—¿Qué? ¿Por qué? — vi a Zeus y este se mantenía serio.
—Porque es demasiado peligroso para tu condición— Helios respondió.
—Pero quiero verlos entrenar— fruncí el entrecejo.
—No te quiere ahí entiéndelo— dijo Zeus y Helios tensó su mandíbula, provocando que un extraño sentimiento se atorara en mi garganta.
—Pero…—
—Mi señora con todo respeto no voy a repetirlo de nuevo, por favor no interrumpas mis entrenamientos— Helios sentenció. Extrañamente lagrimas se aglomeraron en mis ojos.
—Bien— mi voz salió en un débil susurro a lo que abracé a Zeus escondiendo mi rostro en su pecho. ¿Por qué sus palabras han dolido tanto? ¿Zeus tenía razón y en verdad él no quería que estuviese ahí?
—Ve a armería Thanatos dijo que quería verte— dijo Zeus acariciando mi cabello.
—Si— Helios musitó. Un resplandor apareció dando aviso de que se había marchado.
—Vida mía— Zeus susurró.
—¿Acaso tú le dijiste que me alejara? — me separé de él.
—Fue él quien tomó la decisión— Zeus respondió.
—¿Hice algo malo? — pregunté dejando que mis lágrimas se escaparan de mis ojos.
—No— musitó halándome para abrazarme una vez más —Tú no has hecho nada malo, nunca has hecho nada malo mi amor— suspiró.
—¿Zeus, Helios tiene novia? — mordí mi labio. No podía controlar lo curiosa que podía ser.
—¿Escuchaste algo no? — él suspiró riendo.