Herencia Maldita

Capítulo 1: Balcón

Recuerdo que una voz, la de un hombre me susurraba algo al oído que hizo reaccionar a mi cuerpo de inmediato, haciéndolo ponerse de pie inclusive más rápido de lo que pude haber abierto los ojos. Me sentía mareada, todo lo veía borroso, las luces parpadeaban, no tenía ropa ni zapatos puestos y además hacia frio.

Empecé a caminar tratando de encontrar una salida; la garganta me quemaba demasiado y la respiración me faltaba a cada paso, luego las piernas simplemente dejaron de obedecerme, aun así, eso no me detuvo pues yo tenía que salir de ahí, si no podía ser caminando seria a rastras, pero yo debía salir de ese lugar como fuera, y tras pasar mucho tiempo al final logré encontrar la salida.

Con todas mis fuerzas conseguí ponerme de pie y abrir la puerta que se hallaba delante mío; afuera todo estaba cubierto de nieve. Mi nariz comenzó a sangrar y mis piernas volvieron a reaccionar, sin embargo, mis pasos eran lentos y débiles. Sentía que la cabeza me daba vueltas, estaba demasiado mareada y no veía con claridad, mi cuerpo era un completo desastre.

Sin darme cuenta tropecé con algo, haciéndome perder el poco equilibrio que aún mantenía y logrando así cayera a un lago congelado, el cual se desplomó al tacto con mi cuerpo y comenzó a absorberme rápidamente.

En verdad estaba muy agotada, tanto que pese a estar siendo devorada por las frías aguas, no puse ninguna resistencia. Lo extraño era que sabiendo que pronto moriría, no tenía miedo. Yo solo permití me consumieran, sin embargo, fue justo antes de cerrar mis ojos, que vi una luz demasiado radiante aproximarse velozmente hacia mí, sentí unos brazos tomar mi cuerpo y cálidos labios posarse sobre los míos y luego en un parpadear encontrarme afuera, en la superficie.

También recuerdo oír disparos cerca de donde estaba y sentir una gota de agua caer en mi mejilla, que al tacto con ella tiño las yemas de mis dedos de rojo carmesí. Al volver mi mirada sobre quien aún me llevaba en sus brazos, note que se trataba de aquella luz radiante con forma humana, la de un hombre para ser exacta con hermosos ojos, uno del color del mismo atardecer y el otro tan verde como los árboles en primavera. Sin explicación alguna la tristeza se apoderó de todo mi cuerpo, causando que en ambos las lágrimas se desborden incontrolablemente...

Alice: que extraño

Yo: lo sé, fue demasiado extraño, tanto que no creo haya sido solo un sueño, quizás

Alice me interrumpió antes de poder finalizar la oración, sólo para decirme que en realidad no le interesaba mi extraño ''cuento de fantasías''.

Alice: date prisa Sam, en serio se nos hace tarde

Alice y yo trabajamos desde hace seis años en el oficio de guardaespaldas, fue justo después del incidente, que ella nos introdujo en este mundo porque deseaba que aprendiéramos a defendernos en caso de que alguna vez volvieran por nosotras. Fueron durante los dos primeros años, luego de haber escapado, que ambas solíamos tener pesadillas, aunque eran alternas. Un día ella podía despertar a medianoche temblando, sudando y casi retorciéndose de dolor, y al otro ser yo la que experimentara esas horribles sensaciones, pero extrañamente eso ceso de repente, y con el pasar del tiempo fuimos olvidándolo todo.

Obviamente intentamos recuperar la memoria para saber quiénes éramos, antes de todo lo ocurrido, pero fue inútil ya que nuestras mentes casi y parecían haber sido formateadas. Lo único que sabemos, gracias a que Alice lo marco en su piel con un pedazo de vidrio, son nuestros nombres además del hecho de que debíamos escapar de ''ellos'', aunque claramente no teníamos ni idea de a quienes se refería.

En fin, fue por ello que decidimos dejar de perder el tiempo haciéndonos preguntas que nunca tendrían respuestas, y empezar de cero con lo único valioso que aún conservábamos, y nuevamente si, son nuestros nombres. Lo único que nos daba constancia de que alguna vez habíamos pertenecido a una familia, ya que solo ellos podían ser los únicos en tomarse la gentileza de ponernos un nombre. Ambas también decidimos convertimos en la familia, apoyo y soporte de la otra, y por eso día tras día me dediqué a entrenar muy duro, para lograr convertirme en alguien realmente fuerte y capaz de mantenernos a salvo, al igual que a nuestras esperanzas y sueños.

Aunque en nuestro tercer año de servicio fue Alice quien logró superar las expectativas de todos, ''derrotando'' a muchos guardaespaldas en diferentes campos, ya sea en el manejo de armas, en combate cuerpo a cuerpo o estrategias en general. Ella en verdad era más que buena en todo lo que hacía, y eso la ayudo a avanzar lo suficiente como para dejarme atrás. Pero eso no me desmotivo, sino todo lo contrario, me ayudó a superarme a mí misma, logrando vencer obstáculos, hasta lograr alcanzarla; a finales del tercer año, a ambas se nos asignaron dos personas importantes a quienes custodiar y ellos eran la familia presidencial, claramente Alice estaría a cargo del Presidente Stewart y yo de su pequeña hija Natalia.

Ahora ya en nuestro sexto año se podría decir que a ambas nos va de maravilla, aún seguimos protegiendo a los Stewart y en este periodo de tiempo hemos logrado congeniar muy bien con todos, tanto que inclusive nos tratan como parte de su familia. En verdad todo esto me hace sentir muy afortunada, y es por ello que todos los días se lo hago saber a los cielos, les doy las gracias por tantas nuevas oportunidades que nos han brindado para poder ser felices...

Hoy la hermosa Natalia cumple diez años, y la familia le está organizando una increíble fiesta en su parque favorito de diversiones. Toda la decoración y temática se basan en su color favorito, y en lo que este representa para ella. El blanco que significa paz y armonía precisamente de lo que su padre siempre le ha hablado, acerca de extinguir la oscuridad del mundo entero y en su lugar crear un nuevo mundo armónico, sin rencores y sin odio. Aquel sueño realmente cautivo por completo a Natalia.




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