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Hace miles de años, cuando la magia era común no solo en los coloridos paisajes repletos de brillo, abundantes en fauna y flora, sino que también se encontraba a modo de regalos otorgados a cierto tipo de personas, aquellas con un corazón puro y entregado a una causa específica.

Todo era paz, hasta que el reino oscuro, oculto en las tinieblas del inframundo escapó para esclavizar el mundo de la magia blanca, convirtiéndolo en un nuevo y más grande reino gobernado por la oscuridad, las gárgolas, sombras y arcángeles negros corrían con total libertad de cometer las maldades que les placían, destruyendo pueblos enteros, incendiando viviendas sin importar los residentes de las mismas, alimentándose de las almas inocentes que se atrevieran si quiera a cruzarles la mirada, deshaciéndose de todo rastro de felicidad hasta quedar un enorme páramo gris, nublado, donde no existía otro sentimiento más que el de la desesperación, un paraíso para todo ser maligno que lo pisara. Dicho reino estaba bajo el dominio de tres reyes de la oscuridad, el rey Dagger, gobernante del norte, poseedor del don de la mente, capaz de manipular la materia con tan solo pensarlo. El rey Napoli, dueño del centro, maestro en el poder de la fuerza, su enorme figura fornida era poco comprado a la verdadera capacidad y habilidad. Y el rey Moreau, del sur, poseedor del poder del hielo, llevando un triste invierno eterno a las personas inocentes.

Cuando todo parecía perdido en la tristeza e incertidumbre de no saber cuándo aquella oscuridad saciaría su sed de violencia, aparecieron tres almas puras, bendecidas con los dones del fuego, la fauna y el agua, junto al ojo de arcángel rojo lograron contrarrestar el poder oscuro que tenía al mundo oprimido ante la maldad, liberando una batalla de cinco años cuyo desenlace fue el triunfo de los corazones blancos, aprisionando a los tres reyes oscuros dentro de un profundo abismo, defendido bajo el hechizo de protección de la espada de plata de Dagger bañada en la sangre de los tres reyes, para asegurarse de contenerlos hasta que sus almas sean consumidas por la luz. Estos tres malvados como acción final, un día antes de ser apresados lograron hacer un hechizo juntos, proclamando que su descendencia mas digna sería la que adoptaría sus poderes y nuevamente serían capaces de levantarse a esclavizar la tierra, esparciendo el oscuro mal por toda la población, así como las almas blancas hicieron el juramento que si los reyes volvían, ellos también, para asegurarse de mantener la paz entre las almas inocentes...