Hermandad: Ciudad Oscura (vol.3)

Lo importante no es ganar.

Como todos, Javier había estado practicando sus poderes, sobre todo los de fuego y viento, que eran los que podría usar más para ese ejercicio, sin mencionar que tenia de motivación igualar en cuanto a poder a aquellos terroristas elementales que enfrento al inicio de las vacaciones.

En solo meses, aun se sentía insatisfecho pero de menos, pudo escapar de esta.

Aylin fue ayudada por él y tras esto, todo su brazo derecho se apagó y le tendió la mano— Usemos el fuego, el viento y la gravedad para elevarnos mucho ¡Hay que salir del bosque ahora!

Aylin asintió y sujeto su mano con fuerza.

Javier se elevó usando el viento y el fuego para potenciar uno con el otro, mientras Aylin en su lugar, aligeraba su peso para poder subir con mayor facilidad.

Se elevaron lo suficiente como para ver el final del bosque, Ambos notaron que las plantas ya no se movían.

— ¡Te rodeare!— Le dijo Javier, y la cómodo sobre su hombro para que sea más fácil para ella y no lastimarla. Aylin no dijo nada pero Javier lo interpreto como que estaba de acuerdo— ¡Bien, ahora vamos a aprovechar el impulso!

Ambos sonrieron y comenzaron a avanzar.

Ambos se movieron a gran velocidad mientras Aylin los impulsaba, y mientras Javier usaba el viento para cortarlo frente a ellos y que pudieran avanzar más rápido, sin la resistencia del viento además de aumentar la potencia de su fuego bajo sus piernas con el mismo viento.

— ¿Siempre habías podido volar?— Preguntó Aylin.

—Sí, solo que no suelo hacerlo— Admitió él, avergonzado. Lo sabía desde pequeño pues ese fue el primer poder que despertó de los cuatro.

Ambos pudieron ver el final del bosque y con ello, el comienzo del área acuática.  

— ¡Hay barcos!— Aylin le señalo un grupo de barcos. Ya había espacios vacíos por lo que algunos ya debieron adelantarse.

Ambos se impulsaron hacia ellos y por poco caen mal pero su entrenamiento era el suficiente como para evitar daños graves— ¡Au! Aun debo practicar los aterrizajes. ¡Lo siento!

—No te preocupes ¡Vamos!— Le dijo Aylin, y al instante ambos subieron a uno de los barcos.

La costa estaba llena de arena y un inmenso lago artificial, seguro lleno de minas de ondas e incluso minas que podrían destrozar los barcos, por lo que esta vez debían ir esquivando a esas condenadas.

Javier recordó que la última vez no había una zona así por lo que podría esperar lo peor.

Arrancaron el bote y comenzaron su travesía.

—Incluso hay bombas submarinas ¿De verdad no quieren matarnos?— Preguntó Aylin con preocupación al levantar el rostro del estribor del barco. Se veían las minas pero aun así era preocupante la cantidad.

—Normalmente, no.

Conducir rápido los volvería propensos a chocar con las bombas, por lo que mantuvieron un ritmo constante, lo suficiente para poder girar con tiempo y al mismo tiempo, poder estabilizarse sin riesgos.

El sonido de una bomba los hizo estremecerse pero no se giraron a ver.

Ni cuenta se dieron que estaban bastante tensos.

Fue entonces que pudieron escuchar el sonido del hielo a su lado, algo que si los hizo girarse pues estaba pasando a su lado como si nada.

Javier lo reconoció.

— ¿No tenías poderes de agua? ¿Qué haces en una lancha?— Su compañero de clases, Cornelius Diamond pasaba a su lado, mientras se deslizaba, literal, sobre un camino de hielo que estaba produciendo.

Era un chico alto, de tez clara, ojos azulados y cabellos rubios largos atados en una coleta corta. Era de nariz respingada, labios delgados y unas pestañas largas rubias. Portaba el uniforme de la Academia Torre Blanca.

— ¿No es mejor ahorrar los poderes?— Preguntó Javier de regreso.

— ¿Cuándo crees tú que es el mejor momento para usarlo?— Le cuestiono Cornelius, sonriéndole con suficiencia— Bueno, supongo que cuando te topas con una gran pared ¿No?

Javier no pudo responder pues el chico se adelantó.

Entonces se puso frente a ellos y con una pisada grande, una gran barrera de hielo se formó frente al barco, haciéndolos encallar con gran estruendo mientras picos de hielo seguían formándose para encerrarlos en una gran prisión helada.

— ¡¿Qué me dices ahora?! ¡¿Eh?!— Preguntó el chico mientras la barrera de hielo se había más grande. Su sonrisa era malévola— ¡­ ¿Es suficiente para usar tus poderes o aún te parece poca cosa?!

Su poder se centraba en congelar el agua, tanto de forma líquida como de forma gaseosa.

Aylin se adelantó y aumentando el peso en su puño, reventando parte de la barrera como si nada y haciendo retroceder a Cornelius del impulso.

Cornelius se deslizo con el hielo y entonces esta vez toco el agua con sus manos, provocando dos grandes avalanchas de hielo que iban directo a destrozar el barco de los chicos.

Aylin noto que de hecho, el chico tenia los pies descalzos para tocar el agua y congelarla.



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En el texto hay: torneo, peleas, superpoderes

Editado: 26.12.2022

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