Hermandad: Ciudad Oscura (vol.4)

El ataque más rápido gana.

Chandler escogió ser un héroe gracias a su familia.

Él creció toda su vida en un orfanato, rodeado de otros niños de distintas edades, unos con poderes, otros sin poderes, y un par de mujeres jóvenes que todos consideraban sus madres. Nunca tuvo nada de que quejarse ahí.

Incluso cuando todos esperaban ser adoptados con ilusión, los mayores casi nunca eran adoptados por lo que Chandler se centró en ayudar a su familia, realizando pequeños trabajos donde pudiera obtener más fondos para todos.

— ¡Tu poder es increíble, hermano!— Le había dicho uno de sus hermanos menores mientras Chandler le ayudaba a realizar una de las tareas que le encargaron en la escuela— ¡Serías un héroe genial!

— ¿Tú crees?— Chandler no pudo evitar mirarlo con atención tras ese comentario.

— ¡Claro!— Le dijo el chico mirándolo con fascinación para luego bajar el rostro— Yo no tengo poderes así que no puedo pero no importa porque voy a estudiar muy duro y también ayudaré a nuestra familia como tú lo haces.

—Estoy seguro de que así será— Le dijo Chandler acariciando su cabeza para luego señalar el problema—­ Por cierto, aquí olvidaste regresar el ultimo valor antes de hacer la suma final…

—Oh, es cierto— Dijo el chico, acercando su mano a su goma.

En realidad estaba por entrar a la preparatoria así que era su oportunidad de tomar la decisión que podría cambiar su vida: Mantenerse en una escuela corriente y sacar una carrera o ser héroe.

Convivir tanto con aquellas mujeres en realidad había hecho que se le pegara algo de ellas.

Cuando él llego, tenía cinco años por lo que se preguntó cuál fue la razón por la que sus padres lo abandonaron pero sin importar cuantas veces preguntara, sus madres jamás le dieron respuesta.

Con el tiempo eso dejo de importar, pues tenía una familia en todos ahí.

Le enseñaron a ser un chico de bien, respetuoso de las mujeres pero sobre todo a ser solidario con todos ya que según ellas, no sabíamos las razones por las que la gente hacia las cosas así que en lugar de culparlos, lo mejor que podías hacer era escucharlos.     

— ¿Qué pasa? ¿Por qué no te vas a dormir?— Preguntó una de sus madres, una mujer de cabellos castaños y ojos del mismo tono claro, mientras lavaba los trastes— ¿Tienes problemas en la escuela?

—No, claro que no… Solo pensaba en lo que quiero hacer de grande…

—Sabes que te apoyaremos en lo que decidas— Le dijo la otra mujer, de cabellos morenos largos y que estaba falta de un ojo debido a un enfrentamiento con un villano en sus tiempos de heroína.

—Lo sé, muchas gracias y tampoco esperen que deje de apoyarlas por eso ¿Saben? Mi trabajo de empaquetador paga muy bien.

—No debes preocuparte por nosotras— Le dijo la primera mujer, la de cabellos castaños con visible energía— Vamos a estar bien solas ¿Verdad? La verdad es que el hecho de que no fueras adoptado es un fracaso de nuestra parte ya que siempre pensamos que merecías ser feliz, igual que los demás adoptados y en cambio, te quedaste atrapado con nosotras.

—Yo también lo siento— Dijo la otra mujer, mostrando el mismo rostro arrepentido de su compañera— Nuestra misión era ayudarlos a todos ustedes y a ti, te fallamos.

  — ¿De qué hablan?— El chico se levantó de la mesa para mirarlas mientras estas le regresaban la mirada— Yo no pude ser más feliz de lo que soy ahora, estando aquí con ustedes y con mis hermanos y por eso se los agradezco, bellas damas. Nunca jamás vuelvan a decir que me fallaron, porque esa es la mayor mentira que van a decir.

Las dos chicas intercambiaron miradas conmovidas.

—Creo que… Me volveré un héroe— Dijo en voz alta.

— ¡¿Eh?! ¡¿De verdad?!— Preguntó la chica de cabellos oscuros con visible emoción mientras su ojo se iluminaba pero al instante se aclaró la garganta con vergüenza— Quiero decir… ¿Estás seguro?

—Creo que si…

— ¡Genial!— Respondió de regreso, volviéndose a emocionar por la noticia.

—Debes entender que pese a lo feliz que hagas a tu mamá, es una decisión que marcara toda tu vida así que ¿Estás seguro? Te apoyaremos pero solo si estás seguro en totalidad— Dijo la otra mujer.

­—Ustedes me enseñaron que debemos ayudar a los que podamos y creo que con mi poder podré hacerlo— Dijo el chico cruzándose de brazos— Además escuche que Pugnale Blu te paga por estudiar así que…

—En ese caso tu mamá tiene razón— Le dijo la de cabellos oscuros con la misma seriedad de antes—No puedes escoger ese tipo de cosas pensando en nosotras, debes pensar en ti porque todo lo que hemos hecho es para ti…

—Lo sé y también lo hago por mí— Le dijo este, sonriéndole como si nada— ¡Bien, tocara esforzarme para entrar!

— ¡Entonces te estaremos apoyando!— Dijo la mujer de cabellos castaños levantando su puño mientras la de cabellos negros iba a abrazarlo con tal fuerza que lo levanto del suelo como si nada.

Chandler se preparó para saltar, listo para que lo que viniera de parte de su rival.

Iris comenzó a brillar para que evitar su embiste directo, entonces vio al chico aparecer delante de ella como si nada a lo que por poco esquivo el golpe que le lanzo y al tratar de contraatacar, fue interrumpida por un golpe del chico que por poco da en su estómago, impidiéndolo al lograr detenerlo con su brazo.




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