Hermanos King​

Capítulo 03

—Contesta, maldita sea. — Archer estaba a punto de llegar a la cutícula de tanto morderse las uñas. Era la cuarta llamada que le hacía a su primo y este seguía sin contestar.

—Bueno. — dijo soñoliento. —¿Quién es?

—¿Quién más te llamaría a esta hora idiota?

—Archer, qué carajos... ¿Qué quieres? ¡Son las tres de la mañana!

—Cállate, y son las cuatro.

—¿y esos es mejor?, habla ya.

—¿Has hecho lo que te pedí?

—Sí, si ya está hecho, ¿por qué demonios tienes que llamarme a esta hora? Nos vimos en clases hoy, ¿no pudiste preguntar ahí?

—Es más segura esta hora.

—Segura mis nalgas... —dijo, pero al instante guardó silencio. —Por lo visto, para mí no es seguro, creo que mi padre está despierto haciendo quién sabe qué cosas.

—Bueno, al menos está, el mío no ha llegado.

—Como sea, ya está hecho. Tienes que ir antes de la escuela o perderás la oportunidad.

—Gracias por esto.

—¡Ah…! Sé que ya lo has decidido, pero, tengo que volver a preguntar. ¿En serio lo quieres hacer?

—Necesito saber si es verdad o no.

—¿Y si no?

—Estaré eternamente agradecido con la vida por ese regalo.

 

Archer escuchó un ruido desde el otro lado, era un pequeño rechinido, pero tenía que asegurarse.

 

—¿Qué fue eso?

—Mi papá, creo que ya se fue a dormir. Y creo que hablaba con alguien, lo escuche despedirse

—Debe de ser mi papá. Entonces él está por llegar.

Y al poco tiempo escucho el sonido de la puerta principal abrirse.

—¿Es el tío Demian?

Archer salió de su habitación y hecho un vistazo al primer piso. Puedo ver a su padre llegar con el celular en la mano.

—Sí, es él.

—¿Cómo lo estás viendo? Archer, si me atrapan te arrastro conmigo pedazo de animal.

—Cállate idiota.

 

Archer terminó la llamada con Emmett, y miró cómo su padre se recostó en su viejo sillón. No tenía las energías para subir hasta su habitación y acostarse en su cama. Archer, miró triste la escena. Si lo que él creía era verdad, tal vez la aprovecharía para ayudar a su papá.

 

—Solo esta vez, por favor, que la suerte este de mi lado. Ya no quiero que sigas sufriendo.

 

 

 

 

 

__________________________________________

 

 

 

 

Demian despertó apenas y su alarma comenzó a sonar e inmediato se retiró al baño para tomar una fría ducha y ponerse algo de maquillaje para cubrir sus ojeras, ya que después de haber llegado a su casa a las cuatro de la mañana, apenas y logró dormir. Tenía que levantarse a las seis de la mañana para poder hacerle el desayuno a sus hijos y estar con ellos por lo menos unos minutos antes de que se fueran al instituto.

 

Ser padre soltero era difícil. Después de haber sido abandonado por su novio, y por sus padres, tuvo que aprender a vivir solo y no depender de nadie. No tuvo de otra más que aprender a ser fuerte, tenía que serlo por su pequeño hijo que crecía en su vientre. Solo al dar a luz, supo que eran dos los niños que había estado esperándolo; fue una suerte que tenía más nombres planeados. Al nacer, ambos niños recibieron el amor incondicional de su padre. Nunca les faltó amor, crecieron siendo unos niños felices y humildes. Y aunque estuviera solo en esto, él siempre buscó la manera de estar con ellos el tiempo necesario sin descuidar el trabajo. Pero con el tiempo su trabajo se volvió más pesado, siempre escondió el cansancio de los ojos de sus niños para no preocuparlos, pero ellos fueron creciendo y comenzaron a notarlo.

 

Al paso de los minutos se escuchaba cómo los jóvenes iban bajando de las escaleras. Sus hijos ya estaban listos para irse al instituto. Por suerte, él había terminado tan rápido de arreglarse y ya tenía sus desayunos listos en la mesa.

 

—Buenos días, papá. —Elián bajó sonriente a saludar a su padre; son un abrazo, algo que hizo sonreír a Demian.

—Buenos días, papá. —Archer saludó mientras bostezaba y se sentaba en la mesa.

—¿Descansaron bien? — Les pregunto por cómo Archer se había presentado.

—Sí. —dijo Archer sin energía.

—Yo dormí, excelente papá. — trató de sonar más positivo, mientras tomaba asiento al lado de su hermano.

—Bien, adelante desayunen o se les hará tarde mis niños.

Los chicos, sin esperar más, comenzaron a desayunar. Los platos de comida lucían deliciosos; era una lástima que solo su aspecto luciera así.

—¿Papá, a qué hora llegaste ayer en la noche? Quería esperar, pero me quedé dormido y ya no te escuché llegar. —Pregunto Elián.

—¿Lo siento? Tuve que quedarme horas extras, no pude venir hasta las 2 de la mañana.— mintió para no preocuparlos.

—¿El idiota de tu jefe al menos te pagará esas horas? — pregunto Archer.

— Porque no hablamos de eso luego —Demian estaba cansado y no quería hablar de las cosas que trataba de hacer su jefe para estar a solas con él.

— ¿Por qué sigues trabajando ahí si te tratan así? Ese hombre solo está buscando...

—¡Por favor! Basta, desayunamos tranquilos. —Demian se estaba enojando. Ambos jóvenes guardaron silencio y comenzaron a desayunar. —Tampoco se queden callados, díganme ¿Cómo les ha ido en clases?

—Oh, van bien. Elián está pintando un nuevo cuadro, ¿verdad, hermano?

Elián dejó su jugo de lado y miró a su hermano con una cara que le decía que lo mataría en cuanto estuvieran solos.

— Sí. Y se suponía que sería sorpresa, pero gracias, hermano.

—De nada. Siempre disponible para ayudar.

Demian sonrió. Eran aquellos momentos que él atesoraba, estar con sus dos hijos y verlos sonreír sin preocupaciones.

— ¿Elián tienes el material necesario, cariño? —preguntó a su hijo.

 

Algo de lo que siempre estaba preocupado era eso, de que no tenían suficiente dinero para darse algunos lujos, ya que a duras penas le alcanzaba para los gastos de la casa y las colegiaturas de sus hijos. ¿Cómo podría comprarles material a ambos? Era sumamente complicado.




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