Capítulo VII: Nobleza vs Brutalidad.

Parte 1

Merid caminaba por las calles de la ciudad mientras miraba los productos de los comerciantes, hoy era el día de descanso entre rondas del torneo por lo que él decidió tomárselo con calma y salir a dar un paseo ya que durante el torneo las clases se suspendían, aunque como miembro del Consejo Olímpico Merid no estaba obligado a ir a clases en primer lugar.

De vez en cuando se encontraba con algunas personas de la academia, mayormente chicas, las cuales lo saludaban con sonrisas en sus rostros. Desde el momento en que Merid entró en la academia no tardó en volverse popular con los estudiantes, primeramente porque era un semidiós y eso es algo que llama la atención.

Pero ese no era el único motivo, si lo fuera entonces Belial sería igual de popular, la verdadera razón era la personalidad atrayente de Merid sumada a su apariencia. Los semidioses casi que por regla general tenían tendencia a ser bien parecidos debido a su ascendencia divina, por supuesto que había casos como el de Belial que aunque también podría llamarse atractivo desprendía un aire intimidante y macabro en lugar de divino.

Y más aún con el incidente del otro día, Belial les mostró a todos una escena bizarra en la que estaba a punto de cortarle la cabeza a su oponente cuando este estaba tan aterrado que no se podía ni mover. Aún si solo fuese eso no habría tanto problema, el asunto es que Belial liberó un aura tan horripilante que hizo que todos los que lo miraban en ese momento entraran en shock, esa aura era más la de un demonio que la de un semidiós y tenía tal magnitud que afectó a la audiencia aún a través de la barrera en la arena. De solo recordar esa experiencia a Merid se le ponía la piel de gallina.

Procurando no pensar en esas cosas Merid caminaba tranquilamente por las calles, cuando un edificio en particular llamó su atención.

“¿Gremio de alquimistas?”

Era el edificio del gremio de alquimistas, Merid conocía vagamente sobre el oficio de los alquimistas ya que en la ciudad donde Merid vivía antes había una persona con esa profesión. Los alquimistas se dedicaban a crear medicinas, aparatos o materiales nuevos al trabajar los elementos naturales, por ejemplo un material llamado Aceite de Loldium que era ridículamente inflamable hasta el punto que solo una chispa y este ardía tanto que podía fundir rocas en minutos. Por cierto, el uso de este elemento está prohibido en competencias deportivas por obvias razones.

“vaya que recuerdos.”

Merid recordó su ciudad natal al ver el edificio, esta era una ciudad costera ubicada en el borde oeste del imperio Olympia. No era una ciudad particularmente rica pero era un buen lugar para vivir, pensar en esto puso a Merid algo nostálgico.

“tal vez debería enviar algún regalo un día de estos, bueno después pensaré en eso.”

Merid estaba dispuesto a continuar con su paseo, cuando de repente algo le vino a la mente.

“los alquimistas son buenos creando materiales…. Entonces tal vez puedan…”

Merid entró en el edificio con una sonrisa en el rostro expectante sobre la idea que se le había ocurrido, una vez dentro buscó a alguien que pudiera atenderlo y encontró que había una mesa con la palabra “recepción” escrita, allí había una joven chica atendiendo a todos los que buscaban información.

“Hola, ¿qué puedo hacer por usted?”

“hola me gustaría saber si puedo hacer peticiones de materiales especiales.”

“oh por supuesto, usted puede solicitar que algún alquimista cree un material especial para usted. El costo puede variar según lo que se pida específicamente, dado que este gremio es mayormente para investigación, las solicitudes son enviadas en mayor parte a los aprendices si son sencillas, y los trabajos más delicados son dejados a los maestros.”

“ya veo, en ese caso lo que necesito es…”

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“Entendido, la solicitud será revisada a profundidad por el gremio y luego se le informará sobre el costo y el tiempo que tardará en estar listo.”