Hey, tú ¡mi loco amor!

Capítulo 3| Te odio por quererte.

~ Amy ~

Ok. Ver a Nick me superó. La forma en la que habló acerca del proyecto, lo cautivadoras que fueron sus palabras. Joder.

Decido irme porque tenerlo tan cerca empezaba a sofocarme. No tenía ni la más mínima idea de como enfrentarlo. Había tantas cosas inconclusas entre nosotros, que simplemente una conversación no bastaría. Y ya no tiene objeto. Lo de nosotros está enterrado y así tiene que quedarse.

Entro a mi departamento y me encamino a la sala. Me quito los tacones porque empiezan a matar mis pies, después de un rato escucho la puerta abrirse. Linda mi compañera de apartamento y de la universidad entra con una gran sonrisa en su rostro.

— Te ves feliz — digo.

— Lo estoy — suspira. — tengo una cita.

— Oh. — vuelvo mi vista al frente. — bien por ti.

— ¿Te pasa algo? — se sienta a mi lado.

— No, solo… que volví a ver a alguien de mi pasado…

— Oh, entiendo ¿Era alguien especial para ti? — inquiere. La miro y asiento.

— Mucho, el primer chico del que me enamoré.

— Guau. — exclama — eso es increíble, se reencontraron después de mucho tiempo, debe ser el destino. — le sonrío con desdén.

— No, lo nuestro no terminó bien. Es algo que no tiene arreglo sabes.

— No pienso eso — se encoge de hombros — si volviste a ver a ese chico y te produjo toda una revolución de sentimientos es porque… aún sientes algo por él.

— Estoy con Norman…

— Y me agrada — recalca — pero la pregunta sería ¿Es el indicado para ti? — muerdo mi labio. — piénsalo, y ahora me voy a escoger algo sexy que ponerme, ese chico me gusta y mucho.

— Suerte — le sonrío.

La veo perderse en su habitación. Por lo menos ella la está pasando bien.

Huir. Idiota.

Hubiese querido que estuviera en mis zapatos esa noche, aún después de verlo con esa mujer, de que mi corazón se haya desquebrajado no lo dejé solo. Me tragué mis putas lágrimas y lo acompañé durante toda la noche, porque lo comprendía, sabía por lo que estaba pasando.

¿Y por qué él no me comprendió? ¿Por qué no me dejó decidir si quería luchar o no? solo tomo la decisión por ambos. ¿Y yo soy la que hui?

Limpio mi mejilla porque una jodida lágrima de impotencia se me ha escapado. Malditas lágrimas quédense donde están. Les prohíbo que salgan.

Ahora ya parezco una loca peleando con mis lágrimas. Me río y decido preparar algo de comer. Cuando termino llamo a Linda que se mueve como una gallina loca por toda su habitación.

— Come un poco antes de irte.

— ¿Cuál crees que me queda mejor? — me muestra dos abrigos.

— Cualquiera, eres hermosa, incluso si te pones un costal de papa encima quedarás bien — refunfuña.

— No me ayudas — me río.

— El beige. Es bonito, combina con tu piel blanca. — asiente con una sonrisa — ven a comer.

Salgo de la habitación y termino de servir la comida, empiezo porque mi compañera continua muy ocupada poniéndose sexy para su cita.

Termino mi comida y empiezo a lavar los platos. Minutos después Linda sale de su habitación, se ve hermosa. — ¿Qué tal estoy? — se da una vuelta entera haciéndome reír.

— Preciosa.

— Gracias, estoy tan nerviosa. — niego divertido.

— Solo es una cita, debes relajarte.

— Es que… ese chico es increíble, creí que no aceptaría mi invitación.

— Tienes mucho encanto, Linda. Por supuesto que te diría que sí. Estaría ciego si no lo hubiese hecho. — sonríe con timidez.

— Intentaré relajarme. ¿Y qué me dices de ti? ¿Saldrás a algún lado?

Niego — No, estoy agotada, me quedaré a leer un poco.

— Tú y tus libros. — me río — bien… — se escucha el toque en la puerta. — Oh, por dios, Oh por dios, es él. — me carcajeo con su drama, — ¿Me veo bien? ¿No tengo corrido el labial? ¿Mi aliento está fresco? — me sopla en la cara haciéndome cerrar los ojos — perdón, adiós.

Corre a la puerta y solo me río. La abre y me asomo con curiosidad para conocer al chico, pero no consigo verlo. Hago una mueca. Soy un asco espiando a la gente.

Entro a mi habitación y retiro el maquillaje de mi rostro, busco mi piyama y entro al baño para darme una larga ducha en agua tibia. Odio que ese maldito vampiro siempre invada mis pensamientos, pero es que hoy me dejó deslumbrada, no sé cómo soportaré por dos meses sin lanzármele encima.

¡Por dios! ¿En qué estoy pensando? Tengo novio, joder.

Termino de bañarme y me enfundo en una bata de baño, entro a la habitación y me visto para después sentarme sobre la cama y cubrirme con mis cobijas. Esto es vida.

Leo unas cuantas páginas de mi libro, pero el sonido de mi celular detiene mi lectura. Observo el número de Norman en la pantalla y sonrío.

— Hola.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.