Hielo y Sombra - La guerra del norte

Capítulo 1

Urio: animal parecido a una llama que en la primavera pierde el pelo como si se desprendiera de una capa, y este es hilado para realizar tejidos.

 

 

 

Dreysha - Aistara, Isla de Itzoz, Agyry

 

 

A sus 16 años, Dreysha ya realizaba todas las tareas de una mujer adulta. Su madre, Aurora, la había preparado de pequeña, ya que, siendo una princesa, estaba prometida desde su nacimiento, al igual que su hermano menor, Déctor. A diferencia de este, que se crió con su prima en cuarto grado, Celia, con quien se casaría, Dreysha aún no conocía a su prometido.

 

Déctor y Celia estaban enamorados, él sólo era un año menor que Dreysha, y aunque no demostraba sentimientos románticos, como sí lo hacía su prima, se notaba en su mirada que le agradaba la situación.

 

Tenían también un hermano mayor, el heredero al trono, Dinaro, él tenía unos cientos de años más que ellos, ya que sus padres al tener su hijo varón no se preocuparon por la llegada de nuevos hijos.

 

Los demonios de la sombra creían que sus almas provenían de Ghina, de los caídos que morían allí y reencarnaban en ellos, lo que no era muy frecuente. Si Dreysha se ponía a analizar esta teoría, la derribaba por tierra de inmediato, porque ¿cuántos damoni debería haber habido para alcanzar a cubrir la gran población de demonios de la sombra? Ya debería estar vacío Ghina. Sonrío ante este pensamiento. Pero no lo dijo, ya que era algo demasiado revolucionario y a las gentes de la corte no les gustaba oir estas cosas. De cualquier manera, ella tenía muchos años por vivir y el casamiento temprano que se acercaba no iba a quitarle el sueño.

 

Siempre podría vivir en un castillo alejado, luego de dar a luz a un heredero. Tal como lo había hecho su madre.

 

Su padre, Leico, con la excusa de preparar a Dinaro para el trono, se la pasaba en el continente, asique lo veía muy poco. Hoy, había llegado para llevarla con él a la temporada social, que este año tendría lugar en Anakaris, la capital del Reino. Allí conocería a su prometido, Arelio, él además era primo suyo muy lejano, pero vivía en la ciudad de Alnis, lugar que ella no conocía. Como doncella este sería su primer período de socialización y no había tenido oportunidades de cruzarse con él antes.

 

—¡Dreysha!—La voz grave de su padre resonó en el salón donde las damas tejían.

 

Poniéndose de pie de un salto, corrió hacia él en una actitud algo infantil, impropia para una dama. Pero ser una princesa tenía sus ventajas.

 

—Padre—dijo al abrazarlo.

 

—¡Cómo has crecido!—Dijo el rey sonriendo con calidez a su hija.—Tu madre ya ha enviado el equipaje al carruaje, así que despídete y vamos.

 

—¿Tan rápido? Creí que almorzaríamos…

 

—Almorzaremos por el camino, no quiero llegar de noche a Anakaris—la interrumpió.

 

—Bueno, buscaré mi abrigo.

 

Acercándose a las damas y jóvenes que estaban en el lugar, se despidió con un abrazo de cada una de ellas y se apresuró en sombra hasta su habitación donde su abrigo de lana de urio la esperaba sobre la cama. Se trataba de un manto grueso de color negro violáceo, que había sido teñida con tintes importados del sur.

 

Dio una última mirada de despedida a su dormitorio infantil y salió de allí.

 

***

 

Déctor - Aistara, Isla de Itzoz, Agyry

 

 

Se hallaba en la entrada del Palacio de Aistara, el lugar de descanso de la realeza de Agyry. De descanso era un decir, porque ellos habían nacido y vivido allí siempre. Ahora tocaba despedirse de su hermana, la muchacha, aunque sonreía y fingía entusiasmo, ocultaba alguna lágrima furtiva con su pañuelo.

 

Su padre acababa de llegar y ya casi se marchaba, nunca se quedaba a pasar la noche y venía muy esporádicamente por algún asunto de estado. Ya que era el gobernante de Agyry, y la isla de Itzoz pertenecía a este reino.

 

Para él era inútil intentar llamar su atención, hacía varios años que había dejado de hacerlo, pues para su padre solo Dinaro era importante, porque era el primogénito. El resto de sus hijos eran moneda de cambio.

 

En este día su padre había venido por su hermana Dreysha a la cual casaría con un desconocido llamado Arelio, no lo conocía, pero ya le desagradaba su nombre.

 

Lamentaba la partida de la joven, ya que eran muy unidos. Él también estaba comprometido como Dreysha, pero con Celia, que vivía allí en Itzoz y era su novia desde los once años. Su boda se llevaría a cabo luego de la de su hermana.




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