Suspiro al sentir el agua helada sobre su rostro. Tomo la toalla y se secó. Se vio en el espejo del lavabo, aun no se acostumbraba a verse con el cabello de una tonalidad oscura. A pesar de que ya había pasado un año desde que tenía esa apariencia. Se había cortado el cabello y teñido, ya había crecido y su cabello natural ya se asomaba atreves del tinte. Así que utilizo pintura de lata que utilizan los niños, para retocarse el cabello. No era lo adecuado, pero servía.
Por otro lado ya no se sentía incomoda con los pupilentes castaños.
Scarlett se preguntaba cuánto tiempo más podría seguir escondiéndose en ese país. Aunque realmente sabía que la vigilaban. Monitoreaban cada cosa que hacía.
Trato de ya no seguir pensando en ello. Ya no era la misma. Tenía un nuevo nombre, nuevos amigos, nueva apariencia, nueva vida.
Esa mañana había amanecido sin ganas de ir al colegio, no es que se sintiese enferma, sentía como si algo malo fuera a pasar si salía de su cama. Pero ignoro su intuición, pronto cumpliría la mayoría de edad. Y quería ser una adulta responsable, o eso pensaba.
Tomo su mochila y se dirigió al colegio.
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Su celular comenzó a sonar, casi llegando al colegio.
-¿Bueno?-
-¿Katrina? ¿Dónde estás?-
-Estoy por llegar a la escuela, ¿Por qué Jessy?- Jessy se había convertido en su mejor amiga en ese lugar, una chica blanca de cabello castaño y bastante extrovertida.
-No creerás lo que sucede. Hay una limosina afuera del colegio rodeada de varios coches negros y hay varios hombres vestidos de negro. ¡Todo un espectáculo!-
-¿Qué cosa? Hombres de...- Se interrumpió a si misma al verlos al girar la esquina.
-¿Katrina sigues ahí? Solo te avisaba para que tuvieras cuidado-
-Realmente te agradezco Jessy, no sabes cuánto.- Y sin más le colgó.
"¿Qué hare ahora?" pensó. "Si comienzo a correr les llamare la atención y me atraparan. Y si paso por ahí como si nada, sabrán que soy yo, pero ya no luzco como antes. "
Comenzó a caminar hacia el colegio disimuladamente.
-¡Katrina!- gritaron.
Se detuvo de golpe. Se volteo. Ahí estaba su amigo Sebastián gritándole.
-¡Katrina!, ¡Espérame!- le gritaba. Se suponía que no quería llamar la atención.
-Katrina, ¿Acaso no me escuchaste?- le pregunto al alcanzarla.
-Sí, te escuche- Dijo mientras veía al suelo.
-¿Qué sucede Katrina?- Pregunto preocupado.
-Nada- Dijo alzando el rostro. Su mirada se había cruzado con la de uno de los hombres.
El hombre la observo y llamo a uno de sus compañeros.
"oh no, ya se habían dado cuenta de quién era ella"
-Katrina- Sebastián le toco el hombro.
Los hombres e le acercaron e hicieron una reverencia.
-Señorita Scarlett debe venir con nosotros- dijo uno de los hombres.
-¿Scarlett?- Sebastián volteo a ver a Katrina.
Scarlett estaba inmóvil.
-Déjenla en paz ella no ha hecho nada- Se interpuso Sebastián.
-No interfieras niño- Uno de los hombres se le acerco amenazante.
Scarlett lo detuvo con la mano.
-Detente Jeremy, no le hagas nada.-
-Como ordene señorita Scarlett- El hombre volvió a su posición anterior.
-Katrina, ¿los conoces?- ella solo asintió.
-¿Qué es lo que desean?- les pregunto Scarlett.
-Venimos con órdenes de que vuelva a Italia- Scarlett les observaba.- Su padre está enfermo.-
Scarlett se quedó atónita. Su padre no era alguien quien se enfermara.
-Está bien, pero solo iré a verlo- termino por decir.
-Por aquí señorita- le indico hacia la puerta de la limusina.
-Katrina- Sebastián la tomo de la mano- ¿Qué sucede?- se veía tan confundido.
-No es de tu incumbencia Sebastián, y mi nombre no es Katrina.- trato de ser indiferente- es mejor que no sepas nada.-
Scarlett entro en la limusina.
Sebastián se quedó observando cómo se alejaban los autos. Cuando reconoció el escudo de los automóviles. No se lo creía. No creía nada de lo que sucedía. ¿Acaso Jessy sabía algo? No sabría hasta que se lo preguntara.
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Scarlett observaba como todo lo que había conseguido se desmoronaba, y ahora su padre también.