Hijo de la oscuridad

Capítulo 2

El cielo se pintó de un hermoso color violeta como señal que anochecía, los últimos fragmento de la tarde eran poco visibles, y aquellas aves nocturnas cumplían su rutina.

Aquella joven tenía su cabello revuelto , y soltó un leve repingo cuando sintió el pañuelo húmedo sobre su tobillo hinchado. Ese hombre era un poco brusco y le dolió cuando el pañuelo hizo contacto con la piel herida de la joven, pero las buenas intenciones eran claras al ver el rostro arrepentido del joven de ojos negros.

Lo lamento - dijo con una gran amabilidad, formando una sonrisa tan amable que derritió el corazón de la joven.

Descuide - dijo amablemente, pero su rostro no mostraba alegría y menos por lo que había vivido en menos de veinticuatro horas. El rostro de la chica de ojos ámbar era triste.

¿Porque un sirviente te perseguía? - entonces de un cuarto salió aquel joven que destruyó la especie de demonio .

No lo sé - suspiro con frustración - yo venía de la escuela, llegué a mi casa, mi madre muerta, mi cuñada era dueña de aquel sirviente - entonces comenzó a llorar. Estaba claro que era una niña - y... Mi hermano está aquí - entonces mostró el polvo cosmético que guardaba con recelo . Sus lágrimas eran cascadas y su respiración estaba entre cortada.

No llores - dijo de brazos cruzados - aquí no te hará daño - contesto el de ojos azules- es tierra sagrada.

Déjame ver eso - el joven que la curaba tomó el polvo con amabilidad , destapandolo para poder ver a un joven llorando - tu cuñada es una bruja, y no una cualquiera... Es aliada de un principado - dijo cerrando el espejo y colocándolo en la mesa.

¿Cómo puedo liberarlo? - le preguntó de inmediato.

Sólo un espadachín puede... - aclaró aquel joven que no parecía tener tacto al hablar - y solo queda uno con vida.

¿La leyenda es cierta? - pregunto asombrada - ¿Dónde lo encuentro?

No aceptará liberar a tu hermano - dijo de inmediato el joven que la curaba - abandono su espada.

Lo sé - aclaró entonces - pero... Quería entrenar para ser espadachín - dijo desesperada - quiero salvarlo.

Báñate y come primero - habló el de ojos azules - no puedes ir a tu casa... Tienes que quedarte - dijo retirándose de inmediato.

Perdona... Mi primo no tiene tacto - dijo con amabilidad - ¿Y tu padre? - pregunto terminando de curarla y dejándole unos vendajes en la mesa.

No importa - dijo suspirando - no lo conozco.

Entiendo - expulsó aquellas palabras con melancolía - cuando te bañes, te colocas las vendas... Me voy a casa - el rostro de la chica mostró una gran sorpresa - no te preocupes, dentro de unos minutos vendrá una amiga que se queda aquí... No estarás sola con el amargado - se colocó una chaqueta blanca, abrió la puerta, movió su mano para despedirse y simplemente escucho que la puerta se cerró.

Ella permaneció en el mayor de los silencios, con el mayor vacío en su pecho. Su madre, su hermano... Lo perdió todo, si quiera podía regresar a casa porque la matarían.

¿Porque? ¿Porque? ¿Porque? - lo único que decía mientras golpeaba su frente con la mesa - yo nunca le hice nada malo a nadie... ¿Porque le pasa cosas malas a la gente buena? - dijo mientras una lágrima recorría su mejilla.

Porque los demonios no desean el dolor de sus aliados - alzó su mirada llorosa hacia aquel joven.

Ella se sentó firmé al verlo mientras secaba sus lágrimas.

Estás herida y te golpeas - entonces con su pulgar acarició su frente roja - tonta - dijo para dejarle una ropa en la mesa - al final del pasillo - aclaró mientras se iba nuevamente.

Ella fue con lentitud y desánimo hasta aquel baño. Trato que con el agua se corriera su dolor y se fuera por la cañería y no funcionó. Se colocó aquella camisa, supuso que era de el, era tan alto y ella tan baja que le llegaba a mitad de las rodillas. Tomó un suspiro con calma mientras dejaba caer su largo cabello. Regresó con desánimo para vendar su tobillo pero se encontró con una chica pelirroja que iba entrando, ella al verla frunció el ceño.

¿Quien demonios eres? - le pregunto de mala gana.

Buenas noches... Yo soy - fue interrumpida por el llegar del joven alto.

Hola Zoey - la saludo con frialdad - tu siéntate - se refirió a la chica que del susto se sentó.

Ella... ¿Quién es? - regaño entonces con carácter. Era alta y muy sensual, se notaba en su mini vestido negro, y su cuerpo bien formado - ¿Quien es esa plana? ¿Porque tiene tu camisa? - dijo entonces.

No insultes a la gente - dijo automáticamente - ella es... - entonces la miró - ¿Cuál es tu nombre? - le preguntó.

Raven - dijo rápidamente.

Es Raven... Tratala bien o te mueres - dijo como si fuera lo más normal en el mundo amenazar a una mujer - y tiene mi camisa porque no tenía ropa.

Le fueras dado una mía - se quejó - nunca me has dado una de tus camisas.

Iba prestarle tu ropa pero es muy reveladora... ¿Y para que quieres mi camisa?- dijo Serio mientras se iba.

Espera- entonces la miró molesta - alejate de James.

Así se llamaba - pensó mientras la miraba sin responder.

Responde algo - dijo amenazante para que el joven pasará a su lado con un plato de sopa caliente .

Come algo hace frío - dijo con frialdad.

Gracias - dijo tímidamente - gracias por todo.

No creo que el espadachín te entrene, eres muy débil - se arrodilló frente a ella tomando con brusquedad su tobillo y vendandola .

¿Sabes James? Yo tengo hambre - dijo sería.

Sabés cocinar ¿No? Tienes veinticuatro y no estás herida - dijo Serio mientras la vendaba con brusquedad.

Auch - se quejó Raven.

Débil - Dijo entonces - no te entrenará - aclaró.

Tengo que liberar la única familia que me queda - dijo sería - duele este vacío - señaló su pecho .

Él es el hijo del espadachín que marcó historia... tiene cosas que hacer - dijo entonces - ¿Que crees que es una espada?.

Entonces la pelirroja se sentó en la mesa para escuchar la conversación.




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