Hijos de luna

Prologo

Existe un mundo mágico, hermoso y maravilloso el cual conocen, mágicos cuentos de hadas que hablan de seres que cuidan, protegen y son los guardianes de nuestro mundo.

Pero también existe un lado oscuro, de criaturas, mágicas, llenas de odio, rencor y maldad que asechan en las sombras listas para atacar, mientras el humano promedio solo puede ver su eminente final.

Ahora les contare, no son mundos separados, en realidad es el mismo planeta tierra lleno de mitología real, más o menos.

Mi nombre es Jack Frost hace poco me convertí en un guardián, bueno… en realidad han pasado años desde aquel suceso, pero el mundo ha cambiado mucho, pocos creen en nosotros, hay más gente creyendo en el lado oscuro de la magia, “nosotros somos solo un simple cuento infantil”.

Pocos saben que la magia proviene de la luna, ella nos eligió a todos, desde el día en que soy guardián, aprendí que hay más como yo haya fuera, todos cumplen diferentes funciones, encaradas por el habitante de la luna, como al viejo barbudo le gusta llamarlo, yo la llama ella nuestra madrina.

Claro que existen muchas hadas de todo tipo, pero ahora les contare un poco en que consiste mi trabajo, cuido de la diversión, la alegría de los niños, como la fe en nosotros se desvanece, vivimos de los niños más pequeños que no tiene prejuicios, ni siquiera yo sé que significa esa palabra, pero debo cuidarlos… Hasta que crecen y empiezan a creer más en los seres de la noche entonces dejan de ser mi preocupación y pasan a otros…

El sistema funciona, pero el mundo humano es todo un caos, la mayoría de guardianes tratamos de alejarnos de los humanos, por miedo, pero en mi caso solo son niños es algo que puedo manejar.

Hoy es un día especial, llega mi aprendiz, la luna ha elegido a un pequeño niño en desgracia, que ha demostrado ser un guardián de hielo.

-Puedes decirnos como se supone que llegue- pregunto el conejo

-Cálmate saltarín, iré por la luna me dijo que el estará en el polo sur, pero…- lo mire suspicaz. - no sé, tengo que comprobar que sea un guardián digno

-Jack… Jack parece que no has aprendido de ti mismo, si el habitante de la luna te elije, ya eres digno.

-Lo entiendo gordo- me miro advirtiéndome. - Pero tengo mucha curiosidad de mi contra parte… ¡nos vemos ansíanos! - grité y corrí mientras con mi bastón creaba un tobogán de nieve cristalina para huir… llegar al polo sur no será nada fácil por suerte el viento es mi aliado.

Creciente hielo me eleva a lo más alto, me pongo mi capucha y de saltó vuelo entre las nubes, viajando para llegar a conocerlo.

La Antártida era igual o menos fría que el norte, pero eso no era de importancia, veía como la aurora boreal serpenteaba en el cielo… era la primera noche después de meses de sol, estaba intrigado como seria, como se llamaría…

Entonces paso a través de las nubes la luz de luna se dio paso, la seguí se dirigía hacia al continente, era un lago, y del emergía un cuerpo. La luz se cernió sobre el cuerpo tan fuerte que me dejo ciego, combinado con la nieve blanca del alrededor era como luz de día.

Entonces dejo el cuerpo en la orilla y la noche volvió hacer oscura…

-Hola…- dije sin aliento, el cuerpo no respondió, me acerqué cautelosamente. -Estas bien- me agache junto a su cuerpo. -Hola amigo háblame soy JACK.

La razón real por la que vine es para que no este solo, recordando el día en que morí, me sentía como alguien que se quedaba solo, no quería eso para este chico.

-agh- se movió con dolor entonces pude ver como su cabello, castaño se volvía negro, un negro intenso, pero reflejaba un azul oscuro, pequeños reflejos imperceptible si no fuera por el reflejo del agua, alzo su cabeza y me miro.

Sus ojos pintaban un negro, pero ante los míos desapareció para volverse un color de hielo, transparente luminoso azul verdoso, y su piel morena palidecía volviéndose como la mía, fue realmente majestuoso. Serie y el me miro asustado.

-Quien eres…- me miro con miedo, duda y curiosidad… alzo su mano a mi cabello. – Hola- salude

-miro alrededor- Donde… estoy.

- ¿Cuál es tu nombre? - le dije mientras tomaba su mano y nos poníamos de pie, pero el no pudo.

-Me miro con susto- No lo sé…- pronuncio sin aliento. Y empezó a tiritar. - Tengo frio dijo con sus labios volviéndose azul.

Pensé como era eso posible, si es alguien como yo, o debería sentir frio…

Lo abrace. - Mi nombre es Jack Frost, soy un guardián, y vine a verte. Alzo su mirada y me abrazo más diciendo, que era cálido.

Tenía muchas preguntas en mi mente, en especial, si alguien hubiera estado en el lago cuando nací, hubiera sido como el en este momento, esto es totalmente diferente a lo que esperaba.

-Vamos a ponernos de pie, tenemos que abrigarte. - un pequeño animal, salía de la nada llego a nosotros tirándose encima del nuevo ser mágico, logrando calendarte, después encontré una cabaña inhabitada y encendí la luz viendo mejor al chico.

-Hey ahora me puedes decir tu nombre…

-Mi nombre…- me miro- No lo sé, tu… tu no lo sabes- entonces me preocupe



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En el texto hay: aventura, amor, magia

Editado: 02.10.2020

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